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El descalabro de Arcade Fire
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aNÁLISIS DEL NUEVO DISCO

El descalabro de Arcade Fire

Lluvia de palos al nuevo álbum del grupo canadiense, Reflektor, que en unas horas ha pasado de disco más esperado de año a catástrofe musical de 2013

Foto: Arcade Fire publica nuevo disco
Arcade Fire publica nuevo disco

Jaime Rubio, periodista y novelista, tuvo que pedir calma ante sus treinta mil seguidores en Twitter: "Leyendo vuestros mensajes me resulta difícil saber si Arcade Fire ha sacado un disco o asesinado a toda vuestra familia". Las grandes esperanzas suelen engendrar grandes decepciones. El cuarto disco de los canadienses, titulado Reflektor, ha provocado muchos más gestos torcidos que sonrisas. ¿Los agujeros del álbum? Primero: ser doble. Hasta los más entusiastas reconocen que hubiera resultado más sensato dejarlo en disco sencillo. Lo explica de forma contundente Alexis Petridis, veterano crítico de The Guardian: "Suena como el trabajo de una banda con muchas buenas ideas, pero incapaz de distinguirlas de las malas (o quizá no tienen a nadie en su entorno que les avise)".

Es un situación clásica en el rock masivo: acumulas tanto éxito y adoración popular que ninguno de tus allegados quiere ser el primero en decir que te has vuelto autocomplaciente y que las canciones empiezan a flojear. La historia del rock está repleta de álbumes dobles decepcionantes: Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me(The Cure), Stadium Arcadium(Red Hot Chili Peppers), The Fragile(Nine Inch Nails), las dos entregas de Use Your Illusion(Guns N` Roses) o los últimos quince años de Smashing Pumpkins.

Entre Kierkegaard y el Caribe

Arcade Fire son especialistas en rock épico, pero han querido acercarse a la pista de baile

Segundo reproche general: el grupo suena perdido entre el sonido discotequero de su productor. Arcade Fire son especialistas en rock épico, pero han querido acercarse a la pista de baile. Es una estrategia que puede salir bien. Resucitó a U2 en la época Acthung Baby(1991) y también a Primal Scream cuando se apuntaron a la cultura de clubes con Screamadelica(1991). Para su mutación, Arcade Fire escogieron a un productor de primera: James Murphy, cerebro de los contagiosos LCD Soundsystem. La reseña de la web Jenesaispop, admiradores rendidos de Arcade Fire, es un buen ejemplo de la confusión reinante entre sus seguidores: "Algunas composiciones siembran bastantes dudas (y no me refiero sólo a las 'pistas ocultas'o al interludio). Cuesta escoger favoritas a la altura de sus éxitos, más allá del single. Las letras, a veces algo vagas, no alcanzan sus pretensiones (citan un ensayo de Søren Kierkegaard llamado The Present Age), pareciendo más bien adolescentes en su acercamiento a temas como la identidad, las nuevas tecnologías, la función de la música o el Más Allá". La puntuación que reciben es de un 8,2 sobre 10, pero los argumentos negativos tiene mucha más entidad que los piropos (tan tibios como "es significativo que en casi una hora y media de duración no eches de menos que el segundo single aparezca antes"). Algo no cuadra.

Experimentos fallidos

La crítica profesional también ha quedado fuera de juego con Reflektor. El titular más llamativo ha sido el de El Mundo: "Arcade Fire se pasan al reggaetón". No se alarmen, que no es verdad. Lo que dice el texto que los mejores momentos del álbum llegan cuando el grupo se apoya en las músicas populares del Caribe: "Más juego dan la citada primera parte de Here comes the night time, donde también caben Paul Simon, Vampire Weekend y la blanquitud fascinada con la negritud, y donde Murphy aplica uno de esos mágicos desbroces suyos de dejar desnuda la canción durante dos segundos para luego dar paso a un final extático de trompetas y conga haitiano-caribeña".

Las estrellas pop-rock blancas vampirizan la tradición negra siempre que necesitan inyectar un poco de vida a sus composiciones

Más o menos, lo de siempre: las estrellas pop-rock blancas vampirizan la tradición negra siempre que necesitan inyectar un poco de vida a sus composiciones. El truco suele funcionar a las mil maravillas. Ya lo dejaron claro Talking Heads y tomaron buena nota en la escena indie, hipster o como queramos llamarla. En todo caso, el crítico de música de El Mundo no se calla que Reflektordeja bastante que desear. "En el terreno de lo fallido estaría We exist, una canción construida sobre la línea de bajo de Billy Jean, de Michael Jackson. También Flashbulb eyes, una rayada dub-reggae que tampoco aporta mucho.You already nowse hace un poco cargante por recordar demasiado a fanfarrias del pasado. Una sensación de "más de lo mismo" que vuelve a aparecer en Afterlife". En realidad, tras leer más de veinte críticas, la impresión general es que los canadienses ofrecen "menos de lo mismo".

Relaciones públicas

Por supuesto, también hay alguna reseña entusiasta. La página Metacritic, que hace media de las puntuaciones de reseñas de discos, le otorga un 79 sobre 100. El problema es que hace años que las notas que reciben los grupos más populares son sistemáticamente hinchadas por motivos de relaciones públicas. Ejemplo elocuente: Rolling Stone se deshace en elogios conReflektoren una reseña de noventa sobre cien. Los lectores más veteranos seguramente sospechan que algo tiene que ver que la revista vaya a pasarse 2014 pidiendo al mánager acceso al grupo, sesiones de fotografía y tiempo de backstage en festivales masivos de verano como Coachella, Glastonbury o Roskilde. Poner una mala nota significa en muchos casos torpedear la relación con el representante, la empatía con la banda y arriesgarse a enfadar a decenas de miles de fans que los esperaban con impaciencia (por no hablar de que disminuyen las posibilidades de que el disco o la gorra se anuncien en la web o revista). Ante la duda, tres estrellas y media.

Rolling Stone también puso cinco sobre cinco al último disco en solitario de Mick Jagger (Godess in the Doorway, 2001, del que hoy nadie recuerda nada). Y otorgó cuatro sobre cinco al infumable Stadium Arcadium(Red Hot Chili Peppers). El artista elogiado suele compensar con exclusivas y todos contentos. En el caso de artistas que mueven tantos millones, siempre son más fiables las reacciones de fans que las de los medios. Por supuesto, habráreseñas positivas sinceras, pero cada vez resulta más complicado saber cuánto hay de entusiasmo y cuánto de interés comercial. Lo que ofrece pocas dudas es que al último disco de Arcade Fire ha recibido muchos más palos de lo que cabría esperar. ¿Descalabro rock del año?

Jaime Rubio, periodista y novelista, tuvo que pedir calma ante sus treinta mil seguidores en Twitter: "Leyendo vuestros mensajes me resulta difícil saber si Arcade Fire ha sacado un disco o asesinado a toda vuestra familia". Las grandes esperanzas suelen engendrar grandes decepciones. El cuarto disco de los canadienses, titulado Reflektor, ha provocado muchos más gestos torcidos que sonrisas. ¿Los agujeros del álbum? Primero: ser doble. Hasta los más entusiastas reconocen que hubiera resultado más sensato dejarlo en disco sencillo. Lo explica de forma contundente Alexis Petridis, veterano crítico de The Guardian: "Suena como el trabajo de una banda con muchas buenas ideas, pero incapaz de distinguirlas de las malas (o quizá no tienen a nadie en su entorno que les avise)".

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