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Laporta se convierte en el triunfador invisible en el adiós de Sandro Rosell
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SE MANTIENE EN LA DISTANCIA

Laporta se convierte en el triunfador invisible en el adiós de Sandro Rosell

Y en medio de la tormenta que arrecia sobre el Camp Nou, Joan Laporta surge, en la distancia, como el triunfador invisible de todo lo vivido en el Barcelona

Foto: Joan Laporta y Sandro Rosell (EFE)
Joan Laporta y Sandro Rosell (EFE)

“El presidente Sandro Rosell debe dar explicaciones a los socios del FC Barcelona. Se debe a ellos. Su silencio perjudica la imagen del club”. Estas son las últimas palabras de Joan Laporta. Llegaron a través de su cuenta personal de Twitter hace un par de días después de que la Audiencia Nacional admitiera la querella presentada por Jordi Cases en relación al fichaje de Neymar. Aquel gesto desencadenó un efecto mariposa que acabó este jueves cuando Sandro Rosell presentó su dimisión como presidente del Barcelona, pasando el testigo a Josep Maria Bartomeu. Y en medio de la tormenta que arrecia sobre el Camp Nou, un nombre apareció en la mente de muchos: Joan Laporta. El expresidente surge, en la distancia, como el triunfador invisible de todo lo vivido en la Ciudad Condal.

Las últimas elecciones que se vivieron en Barcelona tuvieron lugar en junio de 2010 y la victoria fue para la candidatura que presidía Sandro Rosell. Joan Laporta ponía punto final a su etapa como máximo dirigente del club azulgrana, utilizado como trampolín para sus ambiciones políticas. El sillón presidencial del Barcelona le abrió suficientes puertas, le dio contactos de sobra y le aportó impacto mediático para meterse en un mundo que desde siempre le atrajo. De esta forma, Joan Laporta aterrizó en el mundo de la política con Solidaritat Catalana y le dio la posibilidad de ejercer como diputado en el Parlamento de Cataluña y como concejal del Ayuntamiento de Barcelona. Y todo esto sin perder de vista al club de sus amores.

Siempre crítico con Sandro Rosell y su directiva, parece que el tiempo ha acabado por darle la razón, igual que a un Guardiola que se marchó rumbo a Nueva York después de que la relación con el presidente se enfriase hasta el punto de no existir. Sus diferencias, el cada vez más complejo control del vestuario y el convencimiento del actual entrenador del Bayern para no dar su brazo a torcer acabaron con su etapa en el banquillo azulgrana.

Nunca ocultó Laporta lo que pensaba acerca de todo aquello que sucedía en el Camp Nou desde que el atravesó la puerta de salida y aseguró que su sustituto estaba empeñado en destruir todo aquello que él había logrado de 2003 a 2010. Joan Laporta llegó tras la dimisión de Joan Gaspart y puso en marcha una contundente renovación deportiva, económica y social. Lo que nadie puede negar es que bajo su mandato y con Guardiola al frente, el Barcelona hizo historia logrando lo que nadie: ganar seis títulos en una sola temporada. Iniesta, Xavi, Messi y compañía se convirtieron en el referente mundial del fútbol. No todo fue vino y rosas ya que en julio de 2008 se votó la moción de censura contra Laporta y su directiva, pero no se alcanzó la cifra del 66,6% fijada por los estatutos del club para la dimisión y la convocatoria de elecciones.

Listo para regresar al Camp Nou

El éxito deportivo crecía al mismo tiempo que la fractura social: 8 de los 17 directivos de la junta directiva del club se marcharon. La dimisión no entraba en los planes del entonces presidente del Barcelona, aunque su futuro parecía sentenciado. Laporta acabó saliendo del club y no tardó en desvelar que estaba “listo para volver al Barcelona”. Anunció sus intenciones el pasado junio marcando las elecciones de 2016 como plazo para reaparecer en la pelea por volver al sillón presidencial del Camp Nou. Y, mientras tanto, se mantiene en la distancia. Tras lo vivido en las últimas horas en la Ciudad Condal, muchos le han señalado como el triunfador invisible.

“El presidente Sandro Rosell debe dar explicaciones a los socios del FC Barcelona. Se debe a ellos. Su silencio perjudica la imagen del club”. Estas son las últimas palabras de Joan Laporta. Llegaron a través de su cuenta personal de Twitter hace un par de días después de que la Audiencia Nacional admitiera la querella presentada por Jordi Cases en relación al fichaje de Neymar. Aquel gesto desencadenó un efecto mariposa que acabó este jueves cuando Sandro Rosell presentó su dimisión como presidente del Barcelona, pasando el testigo a Josep Maria Bartomeu. Y en medio de la tormenta que arrecia sobre el Camp Nou, un nombre apareció en la mente de muchos: Joan Laporta. El expresidente surge, en la distancia, como el triunfador invisible de todo lo vivido en la Ciudad Condal.

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