Messi se refugia en su hijo Thiago para recuperar la magia perdida en el césped

En la resaca del derbi ante el Espanyol, como una mala pesadilla, Messi se refugia en su día libre con la familia. En el perfil de la red social Weibo, donde mantiene contacto con sus seguidores,colgó una foto con su hermano Rodrigo, tomada en la celebración del cumpleaños de su hijo Thiago. Acompañó la instantánea con un mensaje de tranquilidad para sus seguidores. "Los partidos contra el Espanyol son siempre muy complicados. Físicamente todavía no estoy al 100 %, pero seguro que con el correr de los partidos iré agarrando ritmo", declaraba el argentino.

No está Messi, falto de alegría sobre el césped. Necesita el argentino sentirse en plenitud física para ofrecer su mejor versión y desde París, cuando se lesionó en la ida de cuartos de final ante el PSG, ha perdido vigor. No ejecuta las jugadas con la naturalidad y se obsesiona con el gol. A diferencia de Vigo, donde pareció recuperar cierta chispa, ante el Espanyol volvió a perder el duende. No sólo es revelador el hecho de que lleve 4 partidos sin marcar. La apatía mostrada se ilustra con otros síntomas. Ha encadenado dos lesiones en apenas dos meses en una zona especialmente sensible para el rosarino, el bíceps femoral, lo que le ha llevado a disputar menos minutos de juego (743 por los 1022 de la temporada pasada).

Sucede también que ha perdido peso en el juego, muy lejos del papel preponderante de anteriores temporada, donde aparecía como principio y fin del equipo. Ya no se busca tanto a Messi como el flanco izquierdo, donde el papel de Neymar crece día a día. Suma ya 7 asistencias por 4 del argentino con menos minutos de juego. Falto de gol, también ha perdido precisión en el pase respecto a otros compañeros de ataque. Si Messi sigue entre sombras, encallado en un túnel desde abril, Neymar es la luz a la que se agarran los de Martino para volver a encontrarse. El argentino completa 20 pases más que el brasileño (458 por 438), aunque con menos precisión. Pese a ser alta, es menos que la del nuevo ídolo del Camp Nou. Neymar logra un 85’8 % de precisión en el pase por un 83’8% de Leo. Su zona de influencia en el campo le expone a comerte errores que penalizan en exceso en partidos de enjundia, como su error en los últimos minutos del clásico, que provocó el contragolpe del Madrid terminado con el gol de Jesé.

No exponen en el Barcelona a su estrella pese a la evidencia de su mal momento. Así el primero en arroparle era Zubizarreta al término del encuentro. “Cuando está en el campo, nunca se le echa de menos. No hay que juzgar a Messi por los goles que marca sino por lo que aporta”. “Es el jugador más importante de un equipo repleto de figuras importantes, ofrece todo lo que es capaz y no le veo preocupado”, refrendaba Martino en rueda de prensa. "Le vemos muy bien. Está claro que quiere marcar más, porque es muy exigente con él mismo. Pero aunque no marque siempre deja pinceladas muy buenas. A Leo se le puede permitir esto y mucho más”, corroboraba Piqué. “Leo está en la misma forma de siempre. Se pasa a un rival, a dos y si no ha marcado es porque no ha tenido suerte. No le vemos mal en el vestuario, está tan bien como siempre", declaraba Alexis. Su historia le avala pero la magia le ha dado la espalda. Terminado el encuentro agachaba la cabeza negando. Señal de que algo no carbura.