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Elecciones vascas: Urkullu arrasa y no necesita ni a PSE ni PP para ser lendakari
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Elecciones vascas: Urkullu arrasa y no necesita ni a PSE ni PP para ser lendakari

Obtiene más votos que la suma de EH Bildu y Podemos y podría gobernar con mayoría absoluta con el PSE. Batacazo de Podemos, que pasa a tener el mismo peso que PSE y PP

Foto: Urkullu celebra los resultados electorales. (Reuters)
Urkullu celebra los resultados electorales. (Reuters)

Las elecciones vascas han puesto la alfombra roja al PNV, que logra más escaños que la suma de Podemos y EH Bildu, con lo que a la formación nacionalista ni siquiera le hace falta del apoyo del PSOE o PP para gobernar. Además, podría asegurarse una legislatura plácida con el apoyo de los socialistas, al sumar ambos mayoría absoluta en el Parlamento vasco. Las urnas han dado al PNV más de lo que buscaba. Crecer en escaños en un fragmentado escenario político derivado de la fuerte irrupción de Podemos y lograr no depender de ninguna otra fuerza para mantenerse en Ajuria Enea. Algo que ni los más optimistas en Sabin Etxea preveían.

[Consulte aquí los resultados de las elecciones vascas]

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La formación de Iñigo Urkullu logra 29 escaños, dos más que en 2012, a una enorme distancia de EH Bildu, que se recupera de la losa de las generales y arrebata a Podemos la segunda plaza debido al desplome de la formación de Pablo Iglesias. La coalición 'abertzale' logra 17 representantes en el Parlamento vasco, mientras que la formación morada solo logra 11. Todo un varapalo y una cura de humildad para quienes aspiraban a desalojar al nacionalismo de Ajuria Enea, impulsados por los éxitos electorales del 20-D y el 26-J, que habían hecho de Euskadi el gran bastión electoral de Iglesias. De expulsar al PNV a tener la misma fuerza que el PSOE y el PP.

El PSOE sufre un duro batacazo. Pierde casi la mitad de sus 16 escaños y, con sus nueve asientos, cae a mínimos históricos. Pasa de tener 25 representantes en 2009, cuando Patxi López rompió el monopolio nacionalista en el Gobierno vasco, a solo nueve. Pero aun así, los socialistas podrían tener un papel clave y entrar en el Ejecutivo de Vitoria con un acuerdo de gobernabilidad con el PNV, con quien ya conviven en las principales instituciones vascas dentro de un pacto para dotar de estabilidad a Euskadi. La fuerte caída lleva al PSOE a tener el mismo peso en Euskadi que el PP, que, si bien pierde un escaño, aguanta el tirón por el impulso de Álava. Ciudadanos, por su parte, no logra su objetivo de seguir la estela de UPYD y se queda fuera de la Cámara de Vitoria.

[Resultados de las elecciones en Álava]

[Resultados de las elecciones en Vizcaya]

[Resultados de las elecciones en Guipúzcoa]

El recuento electoral mantuvo en vilo a los partidos, porque un escaño arriba o abajo llevaba al PNV a tener que depender del PSOE o del PP. Unos pocos votos cambiaban por completo el escenario. Al 99% escrutado, el PNV perdía la supremacía ante la entente EH Bildu-Podemos y se quedaba por detrás de este bloque por apenas unos votos en Vizcaya en lucha con la coalición ‘abertzale’.

Toda la legislatura estaba a expensas de unos pocos sufragios. De no depender de nadie y tener mayoría absoluta con el PSE a verse en la obligación de pactar y sin la tranquilidad de llegar a los 38 escaños que marcan la diferencia en un Parlamento con 75 asientos. Finalmente, Urkullu tiene todo despejado para decidir por qué camino transitar. Gobernar en minoría con apoyos en el Parlamento, sellar un acuerdo de gobernabilidad con el PSE para dar estabilidad al Ejecutivo vasco… Falta contabilizar el voto extranjero, pero no se prevén cambios. El PNV tiene todas las cartas.

Había optimismo en las filas ‘jeltzales’, pero nunca habrían imaginado semejantes resultados. El PNV siempre ha sabido aprovecharse del voto del miedo. Tiene una base social arraigada y se aprovecha del voto prestado por el temor a lo desconocido. De todos los espectros. De la derecha y de la izquierda.

El ejemplo más evidente de esta capacidad de absorción está en 2001, cuando consiguió arrastrar al voto de Batasuna, que cambió masivamente a Arnaldo Otegi por Juan José Ibarretxe para evitar que la previsible entente entre Jaime Mayor Oreja (PP) y Nicolás Redondo Terreros (PSE) se implantara en Ajuria Enea. Ahora, en un escenario marcado por otra amenaza, en este caso la de Podemos, la formación nacionalista ha concitado a ese voto constitucionalista de derechas que prefiere la seguridad que da el PNV a la incertidumbre de la entente Podemos y EH Bildu.

El PNV se coloca a la par de los resultados de Juan José Ibarretxe, que logró 33 escaños en 2001, 29 en 2005 y 30 en 2009. Gana con claridad en los tres territorios. Obtiene el 37,6% de los votos. Los resultados de EH Bildu y Podemos se interpretan sin acuerdo a la lógica electoral. Nunca un retroceso fue un destacado éxito y nunca una irrupción tan potente dejó tan mal sabor de boca.

La coalición ‘abertzale’ pierde cuatro escaños con respecto a hace cuatro años, al pasar de 21 asientos en el Parlamento vasco a 17, pero salda la cita con las urnas con éxito al recuperarse con fuerza de los varapalos electorales de las generales. Estaba en el infierno y ahora toca el cielo como segunda fuerza en Euskadi, algo impensable hace apenas tres meses, cuando de la herida provocada por Podemos manaba mucha sangre, con 180.000 votos de diferencia entre ambas fuerzas. Ahora, la antigua Batasuna supera en 70.000 votos a la formación morada.

Por su parte, la formación de Iglesias logra una buena presencia en su estreno en la Cámara de Vitoria, aunque se queda lejos de las expectativas generadas tras arrasar en Euskadi el 26-J y el 20-D, que habían convertido al País Vasco en el gran bastión electoral de Iglesias en España. El ascenso de Bildu se sustancia en Guipúzcoa, donde Podemos se da un batacazo, al no ser capaz de retener a la base ‘abertzale’ que le dio su apoyo de forma masiva en las generales. La candidata morada a lendakari, Pili Zabala, recibe un fuerte varapalo en su territorio en beneficio de Arnaldo Otegi. En su conjunto, Podemos pierde 180.000 votos tres meses después del 26-J.

Las elecciones también suponen un duro golpe para la candidata a lendakari del PSE, Idoia Mendia, que ve amenazado su liderazgo en la que ha sido su primera gran reválida electoral en términos vascos. Por el contrario, el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, sale reforzado de la cita con las urnas, que concitó un 38% de abstención, dos puntos más que en 2012. El dirigente popular tenía una difícil papeleta y ha logrado mantener su peso en el Parlamento vasco a pesar de la irrupción de Podemos.

Para Alonso, los resultados son el "punto de arranque" de alternativa constitucionalista

En su conjunto, el PNV logra cerca de 400.000 votos, cuando en 2012 logró 384.766 sufragios. EH Bildu logra cerca de 224.000, lejos de los 277.923 de hace cuatro años, pero la izquierda 'abertzale' hace una lectura triunfalista de los datos por la amenaza de Podemos. De hecho, Arnaldo Otegi, que ejerció de voz para valorar los resultados, ya ha pedido al PNV que se sume al frente soberanista en vez de ir de la mano del PSOE. Podemos logra algo más de 156.000 votos y el PSE logra 126.000, casi 100.000 menos que en 2012. El PP, por su parte, logra 107.000 sufragios, por los 130.000 de hace cuatro años, mientras que a Ciudadanos no le sirven de nada los más de 21.000 apoyos.

Las elecciones vascas han puesto la alfombra roja al PNV, que logra más escaños que la suma de Podemos y EH Bildu, con lo que a la formación nacionalista ni siquiera le hace falta del apoyo del PSOE o PP para gobernar. Además, podría asegurarse una legislatura plácida con el apoyo de los socialistas, al sumar ambos mayoría absoluta en el Parlamento vasco. Las urnas han dado al PNV más de lo que buscaba. Crecer en escaños en un fragmentado escenario político derivado de la fuerte irrupción de Podemos y lograr no depender de ninguna otra fuerza para mantenerse en Ajuria Enea. Algo que ni los más optimistas en Sabin Etxea preveían.

PNV Iñigo Urkullu
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