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Colonial Norte, un multiespacio gastronómico y cultural
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Colonial Norte, un multiespacio gastronómico y cultural

Más que un restaurante y más que un club. Eso es lo que pretende ser Colonial Norte, un multiespacio único que se define en su

Más que un restaurante y más que un club. Eso es lo que pretende ser Colonial Norte, un multiespacio único que se define en su carta de presentación como un universo gastronómico, cultural y de ocio ajeno a cualquier convencionalismo. Precisamente, son esos formulismos tan tópicos dentro del mundo de la restauración y el espectáculo de los que huye este nuevo proyecto que insiste en su original y su identidad propia al estilo de los actuales locales europeos en los que la cocina no está reñida con la música y el divertimento.

En la antigua Estación del Norte de Madrid, hoy convertida en un gran centro comercial, el Grupo Oter ha establecido su última aventura empresarial. Un negocio entendido como un todo sustentado en tres pilares bien diferenciados pero complementarios entre sí. En un lateral del histórico edificio se sitúa la terraza exterior, que da acceso al lounge, una zona ideal para tomar algo ligero antes de coger el ascensor y elevarse a las alturas, donde el restaurante y la llamada ‘sala multifunción’ –dedicada a eventos y actuaciones de todo tipo– cumplirán todos los deseos de los clientes más exigentes.

La primera parada es gastronómica. Gerardo Oter, padre de todo este complejo y dueño de numerosos restaurantes tan simbólicos como El Barril o El Telégrafo, ha elegido a Paco Martínez Sanabria para dirigir los fogones de Colonial. Su experiencia culinaria adquirida en Madrid le ha servido para decantarse por una cocina mediterránea contemporánea en su actual proyecto. Las recetas clásicas sufren un proceso de modernización y se convierten en platos renovados que mantienen su esencia tradicional gracias a una cuidada elaboración. Una gran variedad de pescados, carnes y verduras componen una carta hecha a conciencia dando prioridad a la calidad y frescura de los productos. Muestra de ello es la exquisita carne de venado, el rodaballo con crujiente de patata o los deliciosos entrantes como la parrillada de verduras. Mención especial merece la presentación, cuidada hasta el más mínimo detalle y supervisada por un atento y cercano servicio.

Todo un viaje en el tiempo

Adentrarse en el restaurante de Colonial Norte es como retroceder en el tiempo, concretamente a la época colonial de los años 20. La claridad de sus paredes y la viveza de las plantas que decoran la estancia contrasta con los toques oscuros del mobiliario en muchos de los recovecos de la sala. Sin embargo, la amplitud y la luminosidad es la cualidad del comedor que más se agradece, aunque para las ocasiones especiales, existen privados modulables para que el comensal disfrute de una mayor privacidad e intimidad.

En las pantallas de plasma colocadas en puntos estratégicos de la sala se retransmiten en tiempo real las actuaciones que tienen lugar en la ‘sala multifunción’. Ese es el término en el que insisten la responsable de Eventos y Marketing de Colonial Norte, Asunción García-Campoy y el encargado de la Producción Musical de Colonial Norte, Eugenio Gurumeta. Ambos rechazan categóricamente la expresión ‘discoteca’ para denominar un concepto tan global y amplio como el que han ideado. Desde actuaciones de cante y baile flamenco hasta conciertos de músicas del mundo, pasando por sesiones de jazz, nu-jazz y dance-floor-jazz-clásico, componen un reclamo irrechazable para continuar la velada en Colonial Norte.

Más que un restaurante y más que un club. Eso es lo que pretende ser Colonial Norte, un multiespacio único que se define en su carta de presentación como un universo gastronómico, cultural y de ocio ajeno a cualquier convencionalismo. Precisamente, son esos formulismos tan tópicos dentro del mundo de la restauración y el espectáculo de los que huye este nuevo proyecto que insiste en su original y su identidad propia al estilo de los actuales locales europeos en los que la cocina no está reñida con la música y el divertimento.