Las nuevas tecnologías de Amaya Arzuaga

La naturaleza y las nuevas tecnologías visten el invierno de Amaya Arzuaga. La diseñadora burgalesa, una de las más reconocidas de nuestro país, apuesta por una equilibrada mezcla para su colección Otoño/Invierno. Arzuaga utiliza materiales high tech que contrastan con otros orgánicos, es decir, los de toda la vida.

La diseñadora crea dos siluetas para la mujer. Por un lado, busca un patrón severo, alargado y esbelto. Por otro, enfatiza el talle y aporta volumen a las faldas, que se abren lateralmente. Pero al mismo tiempo, mezcla el detallismo y la opulencia a través de pliegues, patronaje y decoración (pelo de caballo, plumas, cordones de cashmere, sedas metálicas y cuentas preciosas).

El pelo de caballo es más que una ornamentación. Es la pieza clave en la construcción de tops, vestidos y abrigos, un tirante, un cinturón, una manga o delinear una espalda. Las faldas se inspiran en el efecto que en ellas se crea al sentarse en una silla de amazona y se refleja en los volúmenes laterales.

Los pantalones son todos de pitillo y de talle alto. Los escotes en espaldas se construyen con cordones de cashmere o pelo de caballo. Para los zapatos se mezclan el charol, la piel y el plástico. Las botas son por debajo de la rodilla de plástico transparente ahumado con el talón y la puntera descubierta.

Los colores negro, marrón, fucsia, magenta, marino flamee, marfil y metales. En cuanto a los materiales, destacan el papel de seda plastificado, punto acolchado, plástico guateado, mikado de seda, lana y seda plastificada, seda metalizada, trenzas y cordón de punto.

Respecto al hombre, los jerseys se alargan casi hasta la rodilla y los abrigos se acortan en la misma proporción. Punto de mohair acolchado, pantalones pitillo, cremalleras metálicas, abrigos y chaquetas de pelo de conejo, americanas entalladas y acolchadas y gabardinas trench pintan un hombre muy real.