Lacroix reúne en París ocho siglos de moda concentrados en veinte años de trabajo

Medio millar de vestidos. Ésa es la cifra que Christian Lacroix ha reunido para elaborar un repaso a la historia de la moda hilvanado con el hilo conductor de sus propias colecciones. Desde este jueves es posible contemplarlo en el Museo de Artes Decorativas de París.

Lacroix se ha metido para la ocasión en la piel de un conservador de museo. Como tal, presenta su propia visión de la historiografía sobre el vestido, en un recorrido que comienza en el siglo XIII y termina en la época posmoderna que vivimos. Para ello, el modisto francés se ha convertido en un ratón de biblioteca durante un año, estudiando en profundidad los fondos del museo parisino.

El cambio como elemento fundamental de la moda, como permuta y diferenciación entre lo actual -lo presente- y lo antiguo -lo pasado- es uno de los ejes de la exposición, en la que es posible contemplar tanto las creaciones que ha desarrollado en sus 20 años de trabajo como los modelos clásicos.

Sobre las prendas que se exhiben en París, Lacroix ha afirmado que ha "seleccionado las piezas más inspiradoras, algunas de ellas inéditas, con el fin de contar lo mejor posible la historia de la moda, como el conservador de museo" que le hubiera gustado ser.

Lacroix confiesa que no ha querido dar a la exposición una finalidad didáctica, por lo que ha seguido criterios de estricta afinidad estilística en una mezcla de periodos y estilos. Sus propias creaciones, un total de 80 elegidas también por él, sirven como hilo conductor de la muestra, aunque el diseñador niega que pretenda con este trabajo hacer una labor de autopromoción, algo que hubiera considerado "vulgar".