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La pintoresca marcha por el mundo de la 'Cow Parade'
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La pintoresca marcha por el mundo de la 'Cow Parade'

Es de esas cosas que de tanto verlas uno parece olvidarse de su importancia, pero pocos animales viven una relación tan estrecha con el hombre como

Foto: La pintoresca marcha por el mundo de la 'Cow Parade'
La pintoresca marcha por el mundo de la 'Cow Parade'

Es de esas cosas que de tanto verlas uno parece olvidarse de su importancia, pero pocos animales viven una relación tan estrecha con el hombre como la vaca. Ese animal ligado al desarrollo del ser humano como especie; rumiantes astadas que ha servido como herramienta y alimento desde tiempos inmemoriales y protegidas en el hinduismo por Govinda por ser gracias a su leche madres de la civilización, son también las primas hermanas de la primera representación artística que el hombre dejó para la posteridad, y llevan años tomando las calles de decenas de ciudades de todo el mundo en una colorista cabalgata que no entiende de fronteras políticas, religiosas o económicas.

La cow parade se define a sí misma como “el mayor evento de arte público del mundo”. Fue creada en 1998 por el suizo Walter Knapp, aunque su éxito comenzó cuando el empresario de Chicago Peter Hanig organizó el evento un año más tarde, y responde a una idea muy simple: esculturas del bovino realizadas en fibra de vidrio decoradas por artistas locales y distribuidas en los corazones de las ciudades: calles comerciales, centros históricos y parques que son subastadas tras unos meses para destinar los beneficios a la caridad.

Las de Rio de Janeiro, que se han ganado el sobrenombre popular de cowriocas, están a punto de abandonar las calles de la ciudad brasileña: el próximo 26 de noviembre volverán a sus establos y el 11 de diciembre serán subastadas. El próximo año visitarán San José de Costa Rica y el Pekín olímpico, aunque su presencia no está exenta de controversia en algunos lugares.

En Estocolmo, por ejemplo, la organización denominada The Militant Graffiti Artists of Stockholm secuestró y llegó a decapitar una de las figuras para protestar por la presencia en ellas de anuncios comerciales, y es que ésta es precisamente una de las críticas más repetidas por sus detractores: que en muchos casos se convierten en meros soportes publicitarios... y las ciudades ya tienen suficientes chirimbolos invadiendo el espacio público sin necesidad de revestirlos de una supuesta pátina artística o de diseño.

Otra decapitación, propuesta en este caso por un creador de prestigio, tampoco fue aceptada en su momento por el comité organizador de la Cow Parade en Nueva York. La cruda propuesta del cineasta David Lynch, que diseñó su vaca decapitada, con tenedores y cuchillos clavados en el lomo y cubierta de una sanguinolenta sustancia roja artificial fue demasiado para el estómago de los convocantes. “Pensé que se trataba de Charles Manson, declaró el horrorizado y sensible comisionado de parques Henry J. Stern, al que el recordatorio de la crueldad con la que el animal de cuatro estómagos es tratado por la industria alimentaria le debió amargar unos cuantos escalopes.

Las vacas, cuya última visita a España fue a Vigo el pasado verano, han provocado el surgimiento de multitud de muestras imitadoras que han tomado como referencia la idea de la exposición pública de esculturas de fibra de vidrio y la posterior subasta, aunque adaptándola a la fauna asociada simbólicamente al lugar. En Berlín, por ejemplo, se han hecho populares los osos de la United Buddy Bears, aunque en este caso promueve la tolerancia, el diálogo entre los pueblos y la coexistencia pacífica. En Hannover les dio por los elefantes; en Vermont, por los renos. Y sin irnos tan lejos, Las Palmas de Gran Canaria, donde hace algún tiempo los perros de presa, auténtico símbolo de las islas presente en su escudo, tomaron la ciudad en una especie de reivindicación de su capacidad simbólica.

Es de esas cosas que de tanto verlas uno parece olvidarse de su importancia, pero pocos animales viven una relación tan estrecha con el hombre como la vaca. Ese animal ligado al desarrollo del ser humano como especie; rumiantes astadas que ha servido como herramienta y alimento desde tiempos inmemoriales y protegidas en el hinduismo por Govinda por ser gracias a su leche madres de la civilización, son también las primas hermanas de la primera representación artística que el hombre dejó para la posteridad, y llevan años tomando las calles de decenas de ciudades de todo el mundo en una colorista cabalgata que no entiende de fronteras políticas, religiosas o económicas.