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El mejor hotel de Europa está en Fuerteventura
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El mejor hotel de Europa está en Fuerteventura

Cuando Miguel de Unamuno fue deportado a la inhóspita Fuerteventura no se esperaba que la naturaleza le fuera a regalar la visión de un paisaje tan

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El mejor hotel de Europa está en Fuerteventura

Cuando Miguel de Unamuno fue deportado a la inhóspita Fuerteventura no se esperaba que la naturaleza le fuera a regalar la visión de un paisaje tan sobrecogedor como el de la isla majorera. El castigo casi acabó tornado en don: “¡Es una bendición, una verdadera bendición! En mi vida he dormido mejor. ¡En mi vida he digerido mejor mis íntimas inquietudes!”, clamaba con una emoción contenida ante su visión el hombre que había hablado de la austeridad de la tierra castellana en En torno al casticismo.

Unamuno se encontró en Fuerteventura un marrón ocre diferente al de las praderas sembradas de cereales: halló más bien la austeridad natural de una tierra moldeada por los vientos alisios, aires que dibujaron la silueta de esta isla, una de las más viejas del archipiélago canario, como la de un animal nadando por el mar, como uno más de los cachalotes que se pueden ver con adentrarse un poco en la costa.

Aquella Fuerteventura de comienzos del siglo XX tiene poco que ver con la de este ya casi extinto 2007. Al igual que el resto de las Canarias, Fuerteventura ha perdido su inocencia y compite por el turismo, aunque sus paisajes aún mantienen cierta apariencia virginal. En el norte de esta isla, junto al Parque Natural de las Dunas de Corralejo, se halla el Gran Hotel Atlantis Bahía Real, recientemente galardonado nada más y nada menos que con el Premio al Mejor Hotel Europeo otorgado por la prestigiosa guía británica Condé Nast Johansens.

El Bahía Real pertenece a la última hornada de grandes resorts construidos en Canarias. Todos ellos comparten una búsqueda del turismo de calidad en detrimento de la masificación que había caracterizado a la industria en las islas durante las últimas décadas, y a la vez tienen en común ciertas señas arquitectónicas. El estilo neomudéjar y las influencias coloniales son las bases a partir de las que se levanta el complejo, pintado en tonos cálidos y dotado de una vegetación exuberante. En su interior, 170 habitaciones, 13 Suites Atlántico, una Suite Royal, 44 Junior Suites y 14 Junior Suites Familiares con cinco tipos diferentes de decoración.

En los 3.000 metros cuadrados del spa del hotel, justo al borde del mar, hay espacio para una piscina climatizada con circuito de masajes subacuáticos, baño de vapor, jacuzzis individuales o el rasulbat oriental, un sistema ceremonial de purificación no sólo corporal sino mental a través de lodos, vapores, sales del Mar Muerto y aromaterapia.

Los niños también tienen la diversión asegurada en el Bahía Real. En el Mini-Club, los niños de entre 4 y 12 años pueden realizar todo tipo de talleres, juegos y competiciones, además de disfrutar de una mini-discoteca por las tardes. Y en la era de la tecnología, los videojuegos no pueden faltar: el hotel cuenta con un rincón con Playstation y juegos de mesa.

El premio al Bahía Real no es el único que ha recaído en un establecimiento español en la última edición de los premios británicos. El Orfila de Madrid ha sido considerado el mejor hotel con encanto; así como la Casa Palacio Conde de la Corte, en Extremadura, el que tiene una mejor relación calidad precio, y el Palacio de los Patos de Granada, el mejor hotel en diseño e innovación. La guía incluye 410 hoteles de 21 países europeos y de la cuenca mediterránea, de los cuales 104 son españoles.

GRAN HOTEL ATLANTIS BAHÍA REAL
Dirección:
Avda. Grandes Playas s/n. Corralejo – Fuerteventura
Teléfono: 928 53 64 44
Fax: 928 53 75 75
Web: www.atlantishotels.com.
Habitaciones: 170 habitaciones, 13 Suites Atlántico, una Suite Royal, 44 Junior Suites y 14 Junior Suites Familiares.

Cuando Miguel de Unamuno fue deportado a la inhóspita Fuerteventura no se esperaba que la naturaleza le fuera a regalar la visión de un paisaje tan sobrecogedor como el de la isla majorera. El castigo casi acabó tornado en don: “¡Es una bendición, una verdadera bendición! En mi vida he dormido mejor. ¡En mi vida he digerido mejor mis íntimas inquietudes!”, clamaba con una emoción contenida ante su visión el hombre que había hablado de la austeridad de la tierra castellana en En torno al casticismo.