Es noticia
Menú
Valle de Arán, algo más que pistas de esquí
  1. Estilo
VIAJE

Valle de Arán, algo más que pistas de esquí

Empieza la temporada de esquí y pocos son los que pueden resistirse al encanto de este deporte que, en unos años, ha pasado de ser exclusivo

Foto: Valle de Arán, algo más que pistas de esquí
Valle de Arán, algo más que pistas de esquí

Empieza la temporada de esquí y pocos son los que pueden resistirse al encanto de este deporte que, en unos años, ha pasado de ser exclusivo de las clases más pudientes a convertirse en algo habitual en estas fechas. Además, para gozar de las mejores pistas ya no es necesario viajar hasta Suiza o Canadá. Mucho más cerca, en el Pirineo Catalán, encontramos algunos de los mejores enclaves del mundo.

Ubicada en Lérida, Baqueira es la estación de esquí con más prestigio de la cordillera pirenaica. La calidad de la nieve y el hermoso entorno que la rodea la han convertido en uno de los lugares predilectos de la Familia Real española, habituales de estas pistas. Formada por tres grandes zonas, Baqueira, Beret y La Boniagua, sus 104 kilómetros de pistas balizadas y sus modernas instalaciones la han convertido en la mejor de las estaciones españolas. Su orientación geográfica abierta al clima atlántico le asegura la mayor recepción de nieve que, además, se refuerza con una extensa instalación de nieve artificial. Los servicios que ofrece la estación son de lo más extenso, desde heliesquí y vuelos panorámicos en helicóptero hasta raquetas. Para aquellos que todavía no estén familiarizados con el deporte invernal, hay que destacar la completa escuela de esquí, que cuenta con más de 300 profesores.

Sin embargo, no sólo de esquí vive el hombre, y el Valle de Arán tiene otros muchos atractivos con los que agasajar a los turistas. Dependiente administrativamente de Cataluña, la singularidad histórica de este enclave le ha brindado una cierta autonomía y privilegios que pueden apreciarse en muchas situaciones cotidianas. La lengua oficial del lugar, el aranés, es uno de los pocos vestigios de la histórica lengua occitana, que floreció durante la Edad Media y se convirtió en el idioma de los trovadores. En la actualidad las principales señalizaciones están escritas en esta lengua, orgullo y signo de identidad de sus habitantes.

La capital de la comarca, Vielha, es una pequeña ciudad en plena expansión debido al auge del turismo. Sin embargo, esta encantadora villa sigue siendo una visita obligada para aquellos que recaigan en la zona. El barrio histórico ha sido declarado conjunto histórico artístico y en él se puede contemplar la magnífica iglesia de Sant Miquèu, con su imponente torre campanario del siglo XVI y su paradigmática talla románica de Cristo del siglo XII. En el mismo casco antiguo, siguiendo la orilla del río Nere, encontramos los edificios civiles de mayor interés y que dan un aire medieval a la ciudad. A la salida de Vielha y en dirección a Francia, podremos visitar la Era Pèira de Mijaran, un monumento megalítico que según la tradición marca el centro del Valle de Arán.

Otra visita obligada en el pirineo ilerdense es el bello pueblecito de Arties. Con sus tejados de pizarra y sus mansiones señoriales, esconde la impresionante iglesia de Santa María, uno de los mejores ejemplos de arquitectura románica de la zona. Sin embargo, si lo que realmente se pretende conocer es la arquitectura tradicional aranesa no debes perderse Vilamòs, un pequeño pueblo colgado sobre la ladera que ofrece una estampa muy peculiar.

No se poede hablar del valle de Arán sin mencionar otro de los atractivos de esta zona de montaña, como es la prestigiosa gastronomía local. Los visitantes podrán disfrutar de los magníficos embutidos tradicionales, como la butifarra, el bolh o diversos embutidos de caza, de los exquisitos patés, o, si lo prefieren, del espléndido cocido catalán, la ‘escudella de carn d’olla’, o la popular olla aranesa del mítico Turnay, en el coqueto pueblo de Escunhau. Todo dispuesto para reponer fuerzas y seguir disfrutando de la nieve.

Empieza la temporada de esquí y pocos son los que pueden resistirse al encanto de este deporte que, en unos años, ha pasado de ser exclusivo de las clases más pudientes a convertirse en algo habitual en estas fechas. Además, para gozar de las mejores pistas ya no es necesario viajar hasta Suiza o Canadá. Mucho más cerca, en el Pirineo Catalán, encontramos algunos de los mejores enclaves del mundo.