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Los bolsos que crearon historia
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Los bolsos que crearon historia

El bolso, ese elemento imprescindible para muchas mujeres, ha pasado de ser un elemento para guardar las llaves o el monedero a convertirse en sinónimo de

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Los bolsos que crearon historia

El bolso, ese elemento imprescindible para muchas mujeres, ha pasado de ser un elemento para guardar las llaves o el monedero a convertirse en sinónimo de glamour y estatus. Este popular complemento ya no es sólo práctico y funcional, sino que además es sexy. Así se ha puesto de manifiesto durante la última década, cuando ha vivido su gran transformación. Y es que muchas mujeres suspiran por bolsos de grandes diseñadores, que han encontrado en este popular accesorio una forma de redondear sus cuentas corrientes. Pero también han ayudado a ello las famosas, que los lucen como un símbolo más de su prestigio. Al mismo tiempo que se han refinado estas creaciones, han elevado su precio.

En el mundo del bolso hay un antes y un después. Según expertos consultados por el diario Daily Telegraph, los últimos diez años resultan esenciales para entender la transformación de esta pieza. Además, hay modelos que han creado escuela. Todo empezó en 1998 cuando Fendi presentó su modelo ‘Baguette’. Diseñado por Silvia Venturi Fendi, estaba pensado para colocarlo bajo el brazo como si fuera una barra de pan francesa. Además, llevaba el logotipo de la marca que Karl Lagerfeld creó allá en la década de los sesenta cuando comenzaba en el mundo de la moda de la mano de Fendi. Su éxito se inició a finales de 1997, fecha en que la empresa comercializó algunas unidades a modo de prueba. Fue tal su éxito que en la actualidad hay más de 600 versiones diferentes del ‘Baguette’

Pero éste no es el único modelo que ha sentado precedente por su original diseño. En 1999 llegó el Prada Bowling, un concepto totalmente opuesto al de ‘Baguette’. Se trata de un bolso grande pensado para personas que necesitan espacio, donde se pueden guardar desde unas medias de repuesto a un kit completo de maquillaje. Su funcionalidad atrajo a miles de compradoras. Un año más tarde se hizo famoso el Dior Saddle. Este bolso, con un estilo ecuestre único, permitió a John Galliano crear uno de los grandes caprichos de la moda.

En 2001, llegó el Balenciaga Lariat, que un principio tuvo unas discretas ventas. Tras una ardua promoción, se consiguió que artistas como Sienna Miller o Kate Moss lo colgaran de sus hombros, lo que sin duda impulsó este modelo de cuero basado en la estética de los mensajeros. Un año más tarde, la sensación la causó Luella Gisele, con un exclusivo accesorio que causó furor entre algunas famosas. De hecho, recibió este nombre por la modelo Gisele Bündchen. Se trata de un bolso grande y con compartimentos que hoy en día ya es un símbolo de exclusividad.

Louis Vuitton conquistó a la audiencia en 2003 con el Monogram Multicolore, es decir, un bolso basado en el ideario japonés. Como todo lo que fabrica esta marca francesa, la idea de Marc Jacobs fue enseguida copiada y falsificada. A este le siguió el Mulberry Rosanne, la sensación de 2004. Para esta marca siempre ha sido más fácil vender sus sofisticados bolsos de cuero que otros productos.

Las celebridades y el 'Stam' de Jacobs

En 2005, el Chloé Paddington volvió a romper los cánones dentro del mundo del bolso. A través de este accesorio intentaron vender ostentación en gran formato con un llamativo candado como cierre. De hecho, logró comercializar su primeros 300 ejemplares en menos de 36 horas. Un año después, cuando los bolsos protagonizaron el mayor crecimiento dentro del mercado de la moda de lujo, fue de nuevo el momento de Marc Jacobs con su modelo Stam, llamado así por la modelo y actriz Jessica Stam. Éste ha sido uno de los grandes diseños de este creador gracias a su piel, su enorme broche y su gran cadena de oro. Este producto ha colgado de hombros tan famosos como Kate Moss, Scarlett Johansson o Dita Von Teese.

La última sensación ha sido el YSL Downtown, con su diseño de cubo. Este modelo, un referente para los imitadores del lujo, no destaca por su arrogante diseño –a menos que la compradora opte por la versión leopardo-, sino por su tranquila vuelta a sus orígenes. ¿Qué triunfará en 2008? Hay que estar atentos a los megabolsos, el último grito en moda. Y es que teniendo en cuenta que una treintañera compra un bolso cada tres meses, no resulta un mal negocio para los diseñadores.

El bolso, ese elemento imprescindible para muchas mujeres, ha pasado de ser un elemento para guardar las llaves o el monedero a convertirse en sinónimo de glamour y estatus. Este popular complemento ya no es sólo práctico y funcional, sino que además es sexy. Así se ha puesto de manifiesto durante la última década, cuando ha vivido su gran transformación. Y es que muchas mujeres suspiran por bolsos de grandes diseñadores, que han encontrado en este popular accesorio una forma de redondear sus cuentas corrientes. Pero también han ayudado a ello las famosas, que los lucen como un símbolo más de su prestigio. Al mismo tiempo que se han refinado estas creaciones, han elevado su precio.