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La satisfacción erótica (I)
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SALUD Y BELLEZA

La satisfacción erótica (I)

No le demos más vueltas, la satisfacción sexual es posible. Por tanto, es sensato que hombres y mujeres aspiren a ser felices también en este aspecto.

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La satisfacción erótica (I)

No le demos más vueltas, la satisfacción sexual es posible. Por tanto, es sensato que hombres y mujeres aspiren a ser felices también en este aspecto. Sin embargo, no siempre resulta sencillo. ¿Qué sucede? ¿Cómo puede convertirse en difícil algo que, en realidad, parece al alcance de la mano?

Vayamos por partes. Imaginemos una pareja que quiera ser feliz con su erótica ¿Qué deberían hacer? ¿Cómo deberían comunicar sus deseos? ¿Cómo hace compatibles las cesiones con las coherencias? ¿Cómo distribuir las caricias, las palabras o los besos? Muchas preguntas, muchas posibilidades y, detrás de cada una, la felicidad como objetivo.

Se puede estar solo

Si la felicidad sexual se escondiese exclusivamente detrás de esas cuestiones u otras muy parecidas ¿qué sucedería con quien no tiene pareja? ¿con esos hombres y mujeres que no tienen con quien compartir sus cuerpos y sus afectos? ¿tendrían difícil conseguir la felicidad sexual o, sería más correcto decir, que se les pone más difícil conseguir la felicidad sexual?

No sé quien dejó escrito que para disfrutar con la erótica hay que tener pareja. Es una posibilidad, probablemente muy deseada por muchos hombres y mujeres, pero no la única. Es legítimo estar solo o sola, sin envidiar a quien sí tiene pareja, y es posible disfrutar, ser feliz.

Primera idea: todos los hombres y todas las mujeres pueden disfrutar de su erótica, tengan o no tengan pareja. Y, por supuesto, esto es verdad en la adolescencia, en la juventud, en la edad adulta y en la tercera edad. Faltaría más.

Disfrutar de qué

Pensemos ahora en las claves que pueden ayudar a que una pareja encuentre 'su felicidad sexual'. Las preguntas ahora puede que sean del tipo ¿disfrutan los dos? ¿son conscientes de los distintos ritmos de excitación? ¿han logrado espantar, suficientemente, el miedo al embarazo, a las ETS o al resto de fantasmas? ¿tienen los preliminares, o el juego, la importancia que se merecen? ¿hay posibilidad de “hablar” para ajustar el ritmo, la presión o los tiempos?

Una pareja que respondiera afirmativamente a todas estas preguntas estaría, muy probablemente, en disposición de disfrutar. Ahora, eso sí, de disfrutar del coito. Pero resulta que la erótica no es sólo coito. Y que, por tanto, no se deberían confundir las claves para disfrutar de la erótica con las claves para disfrutar del coito.

Un detalle, llamar 'preliminares' a todo lo que va antes del coito es muy significativo sobre que importancia se le da a ciertos aspectos de la erótica. Así visto, ¿para qué servirían los 'preliminares' si no hubiera coito?

Hay otros mundos

No me cabe ninguna duda de que hay parejas que disfrutan de sus coitos. Que son felices. Pero por las mismas tampoco tengo dudas de que hay parejas que disfrutan igualmente y en las que, sin embargo, el coito no juega un papel tan central en su erótica. Puede que en ocasiones ni siquiera lo practiquen. ¡Y también son felices!

La erótica son relaciones entre dos cuerpos, con manos, lengua, vista, piel, clítoris, muslos, olfato, gusto, pene, nalgas, lóbulos, cuello, pies, pechos... Muchas combinaciones posibles como para reducirlo todo a un pene y una vagina. Además, aunque haya quien crea lo contrario, hasta el coito es una relación entre dos cuerpos.

Si buscamos claves para la felicidad sexual, más vale que esas claves nos permitan disfrutar del cuerpo y de la erótica y no sólo de los genitales o del coito. Lo cual es, sin duda, la segunda idea que esconde este artículo.

¿Más claves?

Con saber que la posibilidad de satisfacción erótica incluye a las personas sin pareja y que el coito no resulta imprescindible (ni siquiera con pareja) no queda resuelto el cómo lograr la satisfacción. Aún queda por hablar de deseos y coherencias, pero eso lo dejaré para el siguiente artículo.

*Carlos de la Cruz es psicólogo y sexólogo.

Asociación www.lasexologia.com.

No le demos más vueltas, la satisfacción sexual es posible. Por tanto, es sensato que hombres y mujeres aspiren a ser felices también en este aspecto. Sin embargo, no siempre resulta sencillo. ¿Qué sucede? ¿Cómo puede convertirse en difícil algo que, en realidad, parece al alcance de la mano?