El mundo del huevo
Muchas culturas han otorgado al huevo un espacio privilegiado entre sus creencias y tradiciones más arraigadas. Celtas, griegos, chinos, japoneses, egipcios e hindúes veían en el
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Muchas culturas han otorgado al huevo un espacio privilegiado entre sus creencias y tradiciones más arraigadas. Celtas, griegos, chinos, japoneses, egipcios e hindúes veían en el huevo el principio del Universo. La tradición china le atribuye el origen del Ying (el cielo) y el Yang (la tierra) y, para algunas civilizaciones milenarias, simbolizaba la fecundidad y la renovación periódica de la naturaleza. Para los cristianos, en tiempo de Pascua, representa la resurrección. Por eso, durante la Semana Santa, en España se pueden encontrar múltiples variedades de dulces o panes adornados con huevos, como los hornazos o las monas de Pascua.
Tal vez la historia más notable de entre las que han pervivido en nuestros libros, con el huevo como protagonista, sea aquella que cuenta cómo Colón retó a algunos de sus detractores a que mantuvieran un huevo erguido sobre alguno de sus polos. Después de ver como lo intentaban sin éxito, cascó uno sobre la mesa, y, respondiendo a sus críticas sobre la simpleza del procedimiento, respondió: "ya lo sé, pero era necesario que a alguien se le ocurriera".
El huevo en la cocina
Además de las formas individuales de tomarlo, ya sea cocido, escalfado, frito, pasado por agua o en tortilla francesa, el huevo ofrece múltiples posibilidades a la hora de introducirlo en una receta, sumando sus cualidades a las del resto de alimentos:
Manipulación y conservación
Como ocurre con la mayor parte de los alimentos, el huevo no debe sufrir cambios bruscos de temperatura, ni ser expuesto a temperaturas elevadas.
El huevo en la dieta
El huevo es, desde hace algunas décadas, el enemigo declarado de las dietas contra el colesterol. Contiene entre 214 y 212 miligramos de esta grasa, pero a la vez, también aporta fosfolípidos que frenan su absorción, por lo que, según el Instituto de Estudios del Huevo, tiene poca incidencia sobre el nivel de colesterol en sangre. Debido a su elevado valor nutritivo, una persona sana podría ingerir entre cuatro y siete huevos a la semana en el marco de una dieta cardiosaludable. Uno de sus mayores beneficios es la gran cantidad de proteínas que posee. Éstas, de gran calidad, se digieren fácilmente y tienen un alto valor biológico.
También aporta vitaminas, oligoelementos, minerales, carotenoides, colina, ácido fólico y vitamina B. En cuanto al contenido energético, la cantidad media de kilocalorías que comprende es de 75 por unidad. La lecitina o fosfatidilcolina, importante en muchos procesos vitales del organismo, también se encuentra en el huevo. Además, es rico en otros elementos no nutricionales beneficiosos para la salud, como las inmunoglobulinas, que favorecen la respuesta del organismo ante procesos infecciosos, o ácidos grasos poliinsaturados, que ayudan a prevenir la arterioesclerosis.
En líneas generales, es un alimento muy recomendable en una dieta saludable, siempre y cuando se ingiera de forma prudente y se respeten la cantidad y frecuencia recomendadas por los expertos.
Muchas culturas han otorgado al huevo un espacio privilegiado entre sus creencias y tradiciones más arraigadas. Celtas, griegos, chinos, japoneses, egipcios e hindúes veían en el huevo el principio del Universo. La tradición china le atribuye el origen del Ying (el cielo) y el Yang (la tierra) y, para algunas civilizaciones milenarias, simbolizaba la fecundidad y la renovación periódica de la naturaleza. Para los cristianos, en tiempo de Pascua, representa la resurrección. Por eso, durante la Semana Santa, en España se pueden encontrar múltiples variedades de dulces o panes adornados con huevos, como los hornazos o las monas de Pascua.