El broche de la emperatriz Eugenia de Montijo, al Louvre

La subasta de la colección privada del joyero Ralph Esmerian, paralizada por orden judicial la pasada semana, sigue dando de qué hablar. El broche de Eugenia de Montijo, que la emperatriz francesa nacida en Granada lució en múltiples ocasiones y que pertenecía desde hace décadas a la colección de Esmerian, ya tiene comprador. Christie’s ha anunciado que el Museo del Louvre ha comprado la pieza con el acuerdo de Esmerian.

“Es una alegría que una joya de la corona francesa recupere su posición entre las colecciones reales del museo”, declaraba François Curiel, presidente de la casa de subastas en Europa, tras conocerse el acuerdo. La pieza vuelve, de este modo, a su propietario original, el Estado francés, aunque tras éste ya no haya ninguna estirpe borbónica o bonapartista.

Hace 121 años, el 12 de mayo de 1887, la Tercera República decidió deshacerse de las joyas de la corona vendiéndolas al mejor postor en subasta pública. El joyero Emile Schlesinger, que representaba a la estadounidense Caroline Astor –esposa del multimillonario William Astor– pagó 135.000 dólares de la época por la pieza, que perteneció a la familia de potentados durante algunas décadas.

El broche consiste en un lazo de diamantes y fue realizado en 1855 por el joyero francés François Kramer. En total, 141 quilates por los que el museo podría haber pagado entre seis y ocho millones de dólares. Al menos ése era el precio de la pieza fijado por Christie’s en una reciente estimación.

Si la subasta del resto de las piezas se celebrará algún día el algo que aún se mantiene en el misterio. Esmerian ha conseguido algo de lo que pedía cuando solicitó la paralización. Como experto en joyas, él sabía que la venta de cada una de las piezas por separado reportaría más dinero que una subasta conjunta, y éste fue uno de los argumentos esgrimidos ante el juez.