El 'campanu vegetal', un melón de 8.900 euros

Las cosas no van bien en la localidad japonesa de Yubari. Durante décadas esta villa cercana a Sapporo (a una hora y media en tren de la sede olímpica) vivió de las minas de carbón, que daban trabajo a buena parte de la población y repercutían en gran medida en los ingresos de la economía local. Había de todo en torno al vegetal fósil: parques de atracciones, un pabellón dedicado a los mineros, montañas rusas... pero todas las instalaciones turísticas de la ciudad quedaron prácticamente yermas tras una dura reconversión industrial que dejó a la ciudad vacía de su principal ingreso.

Aunque los tiempos están siendo especialmente duros, los habitantes de Yubari han depositado todas sus esperanzas en el cultivo de melones. La marca con el nombre de la ciudad se implantó en el mercado japonés en los años 50 y desde entonces, el 97% de los ingresos procedentes de la agricultura en la localidad depende de la fruta. La pasión de los japoneses por esta variedad es tal que hay hasta una chocolatina con sabor a melón de Yubari.

Su carne anaranjada y viva y las características de su piel lo han convertido en el regalo favorito que se hacen los habitantes de Japón durante los meses de verano. Lo consideran una joya de la naturaleza, una fruta fresca y nutritiva cuyas características hacen que las piezas comunes ronden en el mercado los 100 euros. Sin embargo, al igual que ocurre con otras delicatessen, el precio de algunos ejemplares pueden superar con creces esa ya de por sí elevada cantidad.

Este es el caso del par de ejemplares que se acaba de subastar en Sapporo: al ser los primeros de la temporada han alcanzado la astronómica cifra de dos millones y medio de yenes, casi 18.000 euros. Aunque los melones tempranos de Yubari suelen venderse por cantidades considerables, el precio final pagado por las dos piezas supera lo que muchos expertos podían prever, aunque tiene una explicación 'solidaria'.

“Quería apoyar a Yubari”, explicó al diario japonés Mainichi Daily News el gerente del comercio de Sapporo que los compró, Takeo Fukawa. Las dos piezas, que pesan 3,9 kilos en total, comenzaron la subasta con un precio inicial de dos millones de euros, pero la tienda aumentó la puja en medio millón más. Ahora los melones serán vendidos al gran público a 1,25 millones de yenes cada uno.