Es noticia
Menú
Escenarios de cine, siguiendo el camino de las estrellas
  1. Estilo
VIAJE

Escenarios de cine, siguiendo el camino de las estrellas

Viajar con la imaginación es gratis. Por ello, a muchos les gustaría introducirse en la gran pantalla y convertirse en una parte más de la escenografía.

Foto: Escenarios de cine, siguiendo el camino de las estrellas
Escenarios de cine, siguiendo el camino de las estrellas

Viajar con la imaginación es gratis. Por ello, a muchos les gustaría introducirse en la gran pantalla y convertirse en una parte más de la escenografía. ¿A quién le desagrada bañarse en las playas de Troya? ¿O pasear por las montañas de Sonrisas y Lágrimas? ¿O conocer escaleras míticas como las de El Padrino? ¿O bañarse en la Fontana de Trevi? ¿O descubrir la inspiración de Mozart? El cine no solo crea ilusiones, sino que es un escaparate perfecto para planificar las vacaciones en el futuro. Muchas empresas ya se encargan de ello con tours para cinéfilos creados a la carta.

Playa, mar, montaña, monumentos… cualquier escenario se convierte fácilmente en el motivo de una película. Si lo que queremos es relajarnos en la playa no hay nada como trasladarse a la película Troya. Parte de este filme protagonizado por Brad Pitt fue rodado en los paradisíacos mares de Malta. Rica en ruinas y acantilados, se filmó en un sitio militar del siglo XVII llamado Fuerte Ricasoli. Pero esta zona defensiva, construida para librarse de los piratas que pululaban por el Mediterráneo, también fue el elegido para rondar algunas escenas de Gladiator, otra obra cumbre del cine péplum moderno. Allí cobró vida el coliseo romano del que hoy no queda ni un ladrillo.

Sin alejarnos mucho, Cefalonia, en Grecia, fue el fondo de muchas de las escenas de La Mandolina del Capitán Coreli, protagonizada por Penélope Cruz. Esta isla ofrece al visitante una sucesión de bahías, puertos, pequeños pueblos pesqueros y aguas azules de incomparable belleza. En la misma página de turismo de Cefalonia, ya se alerta de que en Sami fueron rodadas las principales escenas de esta historia de amor. Pese al precioso escaparate, llegar a esta remota región no resulta fácil.

Pero si hay una región en el mundo a la que el cine ha cambiado la vida es Nueva Zelanda. Aquí se rodaron las tres partes de El Señor de los Anillos. Aunque por sus valles y montañas no pasean elfos, orcos o hobbits, numerosas empresas enseñan las 150 localizaciones cinematográficas de la isla. Por ejemplo, la zona de Matamata fue convertida en la Tierra Media soñada por los hobbits, de la que todavía se puede observar parte del montaje utilizado para recrear la región. El Parque Nacional de Tongariro, con sus paisajes lunares de roca y lava, fue transformado en la terrorífica guarida de Mordor y en el lugar donde Sam y Frodo capturaron a Gollum. Y tampoco hay que olvidar el Monte Cook y las cercanías de Wellington, donde los guías hacen su agosto. Pero Nueva Zelanda también fue utilizada para algunas escenas de El último samurái, rodada para el lucimiento de Tom Cruise.

De Austria a Italia

El Padrino también ha desarrollado un gran flujo de turismo. Quién no ha oído hablar de Corleone, la pequeña ciudad cuna de la familia y donde Michael pasó parte de su retiro. Pese a que en Sicilia existe una localidad llamada así, el Corleone de la película era Forza D’Agro, donde está situada las iglesia que encuentra Michael en uno de sus paseos, y Savoca, con la iglesia en que el personaje interpretado por Al Pacino le da el ‘sí quiero’ a su novia italiana. Significativo resulta el Teatro Massimo de Palermo. Sus largas escalinatas forman parte del final de la trilogía. Construido en el siglo XIX, sus columnas corintias son un símbolo para la ciudad.

Sin abandonar la vieja Europa, Austria también es cuna de escenas míticas, aunque las más llamativas son las de Sonrisas y Lágrimas. La casa de la familia Von Trapp, ubicada en Salzburgo, acaba de ser convertida en hotel. Construida en 1863 en lo que hoy es el barrio lujoso de Aigen, en 1938 el edificio fue usado por unos misioneros católicos, antes de ser expropiado por los nazis en 1939, que lo convirtieron en el domicilio de Heinrich Himmler, comandante en jefe de las temibles SS. En los alrededores de esta ciudad se grabaron muchas otras tomas de la película visitada anualmente por millones de turistas a lo largo del año.

España tampoco ha sido ajena a las producciones norteamericanas. Por ejemplo. para recorrer algunas de las escenas de Lawrence de Arabia sólo hay que irse a Carboneras y al Cabo de Gata, ubicación de las playas presentes en el filme. El casino donde los oficiales se encontraban era el hotel Alfonso XIII de Sevilla, aunque también aparecen el Parque de María Luisa y la Plaza de España de la capital hispalense. Pero también hicieron escala en nuestro país Doctor Zhivago, El Cid, Rey de Reyes o El bueno, el malo y el feo, entre otras. Históricos son los estudios de Almería donde se rodaron muchos de los westers de bajo coste.

Pero si lo que el viajero desea es conocer África, en Túnez han parado las cámaras de La Guerra de las Galaxias -todavía se pueden visitar algunos de los escenarios- o El paciente inglés. En Marruecos hizo un alto Gladiator. Y es que el cine, ese gran creador de ilusiones, permite planificar las vacaciones siempre y cuando tengamos una cuenta corriente con algunos ceros.

Viajar con la imaginación es gratis. Por ello, a muchos les gustaría introducirse en la gran pantalla y convertirse en una parte más de la escenografía. ¿A quién le desagrada bañarse en las playas de Troya? ¿O pasear por las montañas de Sonrisas y Lágrimas? ¿O conocer escaleras míticas como las de El Padrino? ¿O bañarse en la Fontana de Trevi? ¿O descubrir la inspiración de Mozart? El cine no solo crea ilusiones, sino que es un escaparate perfecto para planificar las vacaciones en el futuro. Muchas empresas ya se encargan de ello con tours para cinéfilos creados a la carta.