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¿A qué sabe el mar de Mármara?
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¿A qué sabe el mar de Mármara?

Quien haya visitado Estambul reconocerá que tiene un encanto sobrenatural. Sus sonidos, sus olores y sus sabores son tan intensos y genuinos que hacen de esta

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¿A qué sabe el mar de Mármara?

Quien haya visitado Estambul reconocerá que tiene un encanto sobrenatural. Sus sonidos, sus olores y sus sabores son tan intensos y genuinos que hacen de esta ciudad un lugar inolvidable e incomparable. Principio y fin de Oriente y Occidente, la capital del antiguo Imperio Otomano sirve de conexión entre dos culturas que se complementan formando una amalgama de sensaciones únicas a las puertas de Europa. Precisamente son sus sabores uno de sus máximos atractivos. Disfrutar de ellos rodeado de las aguas del Mar de Mármara, el canal del Bósforo y la Mezquita Azul, como dirían algunos, no tiene precio.

Contemplar estas maravillosas vistas desde las alturas mientras se degustan auténticos manjares turcos y mediterráneos es lo que proponen los hoteles The Marmara Pera y The Marmara Estambul. Sus dos distinguidos restaurantes, ambos situados en las azoteas, forman parte del proyecto The Marmara Hotels & Residences, la cadena fundada en 1978 por Oguz Gursel, el también propietario de Kiska, la mayor compañía constructora del país. Sus más de 30 años de experiencia en el mundo hotelero y de la gastronomía han asentado a este grupo como uno de los más prestigiosos del país.

El Restaurante Panorama se sitúa a la cabeza en el ranking de los mejor valorados de Estambul. Y no es para menos. La planta 20 en la que se sitúa permite apreciar las vistas al Cuerno de Oro y el Bósforo desde un emplazamiento privilegiado. Elevándose por encima del bullicio del dinámico barrio de Taksim, el comensal podrá saborear lo que Tolga Ozkaya, chef ejecutivo del restaurante, tiene preparado en cada ocasión. Los platos de este acaparador de premios (Ozcaya atesora reconocimientos del American Cullinary Classic 2007, el Festival de Gastronomía Internacional de Estambul y el Festival Culinario Kremlin 2007) giran en torno a la fusión entre la cocina tradicional turca y la vanguardia internacional. Sus especialidades son las carnes sazonadas, cómo no, con gran cantidad de especias; una amplia gama de quesos turcos; una selección de platos típicos de la región y postres caseros con influencias europeas.

Pero para vistas, las del Mikla Restaurant, que amplía su ángulo de visión de la ciudad hasta los 360º. El ático del hotel Mármara Pera surge de las entrañas de uno de los barrios más románticos de Estambul, el de Pera. El menú, eminentemente mediterráneo con toques turcos y escandinavos se mezcla con ese aire delicado ofreciendo una atmósfera ideal para una velada íntima y relajada. Sus puntos fuertes son su amplio repertorio de pescados frescos y las ligeras ensaladas que propone su carta.

Por otra parte, la cadena también ofrece la posibilidad de albergar distintos eventos con un catering disponible para actos de empresa, recepciones y reuniones privadas. The Marmara Catering dispone desde 1990 del personal más experto y los menús más exclusivos para cubrir las exigencias y las necesidades de los clientes. Además de plantear platos basados en la cocina turca e internacional, la cadena, con el chef Oguz Gursel a la cabeza, también diseña menús creativos a medida hasta para 4.000 personas en función del tipo de evento y la localización. Sus servicios son tan reconocidos y exclusivos que personalidades como la princesa Rania de Jordania o el presidente de EEUU, George W. Bush no han dudado a la hora de elegirlo como sede para sus encuentros diplomáticos.

Quien haya visitado Estambul reconocerá que tiene un encanto sobrenatural. Sus sonidos, sus olores y sus sabores son tan intensos y genuinos que hacen de esta ciudad un lugar inolvidable e incomparable. Principio y fin de Oriente y Occidente, la capital del antiguo Imperio Otomano sirve de conexión entre dos culturas que se complementan formando una amalgama de sensaciones únicas a las puertas de Europa. Precisamente son sus sabores uno de sus máximos atractivos. Disfrutar de ellos rodeado de las aguas del Mar de Mármara, el canal del Bósforo y la Mezquita Azul, como dirían algunos, no tiene precio.