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Rellenos faciales: ¡Que no te den gato por liebre!
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SALUD Y BELLEZA

Rellenos faciales: ¡Que no te den gato por liebre!

Con el paso del tiempo y la influencia de factores genéticos, además del sol, estrés, tóxicos y hábitos gestuales, la piel empieza a perder brillo, luminosidad

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Rellenos faciales: ¡Que no te den gato por liebre!

Con el paso del tiempo y la influencia de factores genéticos, además del sol, estrés, tóxicos y hábitos gestuales, la piel empieza a perder brillo, luminosidad y elasticidad; comienzan a aparecer finas arrugas que en poco tiempo se transforman en fisuras o surcos. Otros factores, como la pérdida de grasa subcutánea debido a su natural reabsorción en las mejillas, provocan depresiones permitiendo que la piel se despegue aun más de los músculos faciales. El volumen de los labios también puede estar disminuido o alterado por el uso de prótesis dentales o por el hábito de fumar. Debido a la varicela o a una adolescencia con acné severo las depresiones o irregularidades en la cara pueden ser notorias.

Arrugas, surcos y fisuras tienen un tratamiento correctivo eficaz y cada vez más conocido: las sustancias de relleno, que van a ocupar el espacio que le falta a la dermis media o profunda (segunda capa de la piel, donde se encuentran las fibras de elastina y colágeno). Estas sustancias puden ser de dos tipos según su duración: reabsorbibles e irreabsorbibles. La elección del tipo de sustancia depende de la confiabilidad de la misma, de la experiencia del profesional tratante, del grado de envejecimiento del paciente y del estado general del mismo.

Las sustancias que se han empleado como definitivas (siliconas, metacrilatos, etcétera) han producido muchos problemas, pues al ser unas sustancias no reabsorbibles han generado problemas muy serios de intolerancia, granulomas a cuerpos extraños, etc., por lo que se recomienda no emplear sustancias de relleno de larga duración.

Para la corrección de líneas y arrugas, el aumento y perfilado de labios y el modelado facial se utilizan diversas sustancias que se inyectan desde la dermis más superficial hasta la más profunda. Es importante la elección del producto adecuado con respecto al tipo de tratamiento que se desea, en función de las distintas arrugas y zonas del rostro. Las sustancias más recomendadas son las de origen sintético (con menos probabilidad de alergias que las de origen biológico) y reabsorbibles (sin riesgo de fibrosis y los consecuentes volúmenes aberrantes que pueden llegar a ocasionar, como es el caso de las prohibidas siliconas en labios).

Por tanto, si no quiere llegar a ser un clon más de esas “caras superrecauchutadas”, que seguro le provocan tanta repulsión como lástima, le aconsejo que una vez decida inyectarse algo en la cara, se mueva dentro de estos parámetros:

  • Que sea un producto sintético y reabsorbible (de duración limitada)
  • Que esté autorizado en nuestro país (marcado CE)
  • Que lleve su adecuado control de trazabilidad (fecha de caducidad y número de lote)
  • Que tenga como respaldo suficientes estudios que avalen su utilización
  • Que le sea inyectado por un Médico bien formado en el manejo de estos productos y en Centros Autorizados
  • En definitiva, no trate de pedir a estas sustancias que se comporten como el elixir de la eterna juventud. Como señala el doctor Moisés Amselem, director médico de la clínica francesa Dres Dray de Madrid, “en nuestra práctica diaria vemos con frecuencia los múltiples problemas derivados de una mala praxis o del uso de un producto poco o nada recomendado”. Usted no deje que le den gato por liebre.

    Con el paso del tiempo y la influencia de factores genéticos, además del sol, estrés, tóxicos y hábitos gestuales, la piel empieza a perder brillo, luminosidad y elasticidad; comienzan a aparecer finas arrugas que en poco tiempo se transforman en fisuras o surcos. Otros factores, como la pérdida de grasa subcutánea debido a su natural reabsorción en las mejillas, provocan depresiones permitiendo que la piel se despegue aun más de los músculos faciales. El volumen de los labios también puede estar disminuido o alterado por el uso de prótesis dentales o por el hábito de fumar. Debido a la varicela o a una adolescencia con acné severo las depresiones o irregularidades en la cara pueden ser notorias.