El mercado inmobiliario mira a Mónaco para huir de la crisis

El mercado inmobiliario de lujo se repliega en sus cuarteles de invierno. Declarada la guerra en forma de crisis, las viviendas super-prime siguen subiendo de precio, pero el frenazo del crecimiento en algunos lugares como Londres contrasta con la elevada subida en otros como Mónaco: el dinero parece querer encontrar en sus refugios clásicos.

Esta conclusión se desprende de un informe elaborado por la inmobiliaria Knight Frank: mientras el precio medio de las casas más exclusivas de la capital británica aumentó un exiguo 1,8% hasta las 3.291 libras por pie cuadrado (más de 35.000 euros el metro cuadrado), en Mónaco este mismo dato se ha elevado un 30% hasta las 3.762 libras (más de 40.000 euros el metro cuadrado).

 

La escalada del principado mediterráneo sobre la capital británica hace que otro dato importante quede oculto. “Los precios han roto records en estas dos localizaciones durante los últimos meses, sobrepasando la barrera de las 5.000, 6.000 y 7.000 libras por pie cuadrado en propiedades tanto rehabilitadas como de nueva planta”, explica Liam Bailey, de Knight Frank.

El negocio inmobiliario de lujo sigue funcionando incluso en mercados en los que las viviendas comunes han caído. El mayor ejemplo se encuentra en Manhattan, que es la quinta zona más cara. Allí los precios han aumentado un 12,3% durante el último año hasta los 33.705 euros por metro cuadrado mientras que en el global de EEUU el precio de la vivienda sigue cayendo, un 17% en las 20 ciudades principales de acuerdo con el índice S&P/Case-Shiller. “Sin embargo, los datos indican que el mercado [de lujo en Manhattan] se debilitará durante el tercer cuatrimestre de 2008”, puntualiza Bailey.

La primacía de lugares como Mónaco, Londres, Manhattan, la Costa Azul o los Alpes (estas dos últimas completan el ‘pentágono’ de las zonas más caras) se debe en parte a la inyección económica procedente de los millonarios de países emergentes. Los inversores rusos están influyendo en el precio y la demanda de la capital británica y los Alpes, al contrario que los chinos, que siguen centrados en el mercado asiático.