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Galliano sigue buscando la belleza divina en París
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Galliano sigue buscando la belleza divina en París

Corto, sexy y coloreado, pero en absoluto vulgar; o largo, voluptuoso y 'hollywoodiense', apto siempre para el sueño de una belleza divina, moderna y tribal. Así

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Galliano sigue buscando la belleza divina en París

Corto, sexy y coloreado, pero en absoluto vulgar; o largo, voluptuoso y 'hollywoodiense', apto siempre para el sueño de una belleza divina, moderna y tribal. Así será el Prêt-à-Porter de Christian Dior para la primavera-verano 2009, visto por el modisto John Galliano. El público celebró con una inmediata ovación el desfile celebrado en una carpa instalada en el jardín de las Tullerías, junto a la plaza de la Concordia.

Todo fue muy rápido, incluso el tradicional saludo del artista gibraltareño que es también uno de los momentos más esperados de sus colecciones. En esta ocasión, ni seis ni nueve guardaespaldas, como en otras ocasiones. Tan sólo dos acompañaron al maestro en una breve aparición sobre ese podio que a menudo gusta recorrer de principio a fin, disfrazado a juego con el tema del desfile. Para esta ocasión eligió el negro de un chaleco sin camisa, directamente colocado sobre el pecho, y pantalones a juego. El color fue para sus minivestidos, negros en ocasiones, pero a menudo monocolores, lilas, crudos, frambuesas, verdes agua, y discretos caramelos, camellos y rosas pálidos.

De día, en los colores más variados, pues, la mujer Dior del verano 2009 lucirá minivestidos ultrafemeninos, vaporosos, drapeados, evasés, bordados, escotados, plisados, con pequeños volantes; casi siempre entallados o ajustados sobre el cuerpo con cinturones a veces muy anchos, corpiños y corsés, inspirados en la alta costura de la firma. De ahí quizás que la feminidad estival de Dior se prepare para abastecerse de corpiños, chaquetas y cinturones de piel de serpiente pitón, de raya, de cuero o de ante.

Galliano completó su propuesta con estampados de pastillas, ricos efectos bordados, en algunos casos prácticamente en toda la pieza, y ajustados pantalones-medias negros, portados junto con corsés o tops escotados. De noche faldas bordadas y plisadas en algunos casos, siempre transparentes, para desvelar las piernas y un short de los mismos colores y texturas, siempre nobles, preferentemente de seda. En el dossier entregado a sus invitados, Galliano resumió sus designios para la próxima temporada estival, que entre otras cosas será chic, tribal, claveteada y hecha de degradados y plisados.

También este lunes, a la espera de que Sonia Rykiel celebre el miércoles 40 años de pasarelas, la jornada se llenó de aniversarios. La Maison Martin Margiela celebró 20 en el futuro centro cultural de la alcaldía de París, el 104, que oficialmente abrirá sus puertas sólo a principios de octubre, y Cacharel, 50. El fundador de ésta última, Jean Bousquet, lo festejó a lo grande, rodeado sobre el podium de un sinfín de modelos de estampado Liberty que tanta gloria dio a la firma en la década de los años 70.

Sin celebración particular, la diseñadora turca Dice Kayek mostró su saber hacer e hizo gala de un Prêt-à-Porter de lujo construido sobre colores exquisitos, rosas, salmones, negros, blancos y plateados, para siluetas muy estructuradas. Su colega Isabel Marant se centró más bien en calados de inspiración tradicional, vestidos de volantes, pantalones de cuadros escoceses, siempre sobre botines de ante beige de estilo vaquero y alto y ancho tacón.

 

Corto, sexy y coloreado, pero en absoluto vulgar; o largo, voluptuoso y 'hollywoodiense', apto siempre para el sueño de una belleza divina, moderna y tribal. Así será el Prêt-à-Porter de Christian Dior para la primavera-verano 2009, visto por el modisto John Galliano. El público celebró con una inmediata ovación el desfile celebrado en una carpa instalada en el jardín de las Tullerías, junto a la plaza de la Concordia.