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¿Están las amas de casa condenadas al sobrepeso?
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¿Están las amas de casa condenadas al sobrepeso?

Ser ama de casa es una forma de vida. Influye en los hábitos, y en consecuencia, en el metabolismo convirtiéndolo en lento y envejecido. A pesar

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¿Están las amas de casa condenadas al sobrepeso?

Ser ama de casa es una forma de vida. Influye en los hábitos, y en consecuencia, en el metabolismo convirtiéndolo en lento y envejecido. A pesar de la actividad frenética y agotadora que en muchas ocasiones envuelven las tareas domésticas, los procesos celulares de estas mujeres resultan no ser los ideales y pueden dar lugar a problemas como la obesidad. Así se desprende de un estudio realizado por un grupo de expertos en nutrición y dietética de Nutrición Center en el que se ha analizado el gasto energético de una muestra de mujeres ejecutivas y otra de amas de casa, entre otros factores. Según el informe, el 62,3% de las amas de casa no tienen un metabolismo basal correcto de acuerdo con su edad, altura, peso y porcentaje de grasa y músculo, mientras solo el 9,9% de las mujeres que trabajan fuera de casa cuenta con un metabolismo por debajo del correcto.

 Como metabolismo basal entendemos el valor mínimo de energía necesaria para que las células realicen las funciones esenciales del organismo. En el caso de las amas de casa, la tasa metabólica se ve considerablemente disminuida y evidencia un déficit en la masa muscular así como una carencia de ejercicio físico. El estudio, realizado a 2.000 mujeres (1.000 dedicadas en exclusiva a las tareas del hogar y otras 1.000 que combinan estas labores con el trabajo fuera de casa) de edades entre 30 y 45 años elegidas al azar entre todas las Comunidades Autónomas, explica a qué responde esta merma en el ritmo metabólico.

Existen dos factores que influyen de forma decisiva en el resultado de la investigación. En primer lugar, el metabolismo basal disminuye más entre las amas de casa desde la mañana a la noche que entre las denominadas “ejecutivas”. Estas últimas siguen un ritmo de vida más constante a lo largo del día durante el cual queman mayor número de calorías. En segundo lugar el colectivo de mujeres que trabajan fuera de casa tienden, por falta de tiempo y acumulación de estrés físico y psicológico, a hacer comidas más ligeras e ingerir menos cantidad de calorías.

Lo preocupante es la relación que pueda existir entre las ocupaciones hogareñas y la obesidad. Según el análisis de Índice de Masa Corporal, por cada mujer obesa que trabaja fuera de casa, hay tres amas de casa que padecen sobrepeso. Es precisamente la vida sedentaria, la falta de práctica de ejercicio físico y la ingesta de más calorías de las necesarias para nuestro organismo las principales causas de la aparición de una mayor adiposidad.

Sedentarismo y obesidad

En general, el conjunto de las amas de casa suelen tener una vida más sedentaria. Las mujeres que han participado en el estudio coinciden en sus actividades diarias. Su rutina comienza por levantarse temprano y llevar a los hijos al colegio, a lo que le siguen las compras, volver a casa, realizar labores del hogar, cocinar para toda la familia, etc. Pero tras el ajetreo de la mañana el ritmo cambia considerablemente. Después de la sobremesa la actividad comienza a disminuir y tienen la posibilidad de descansar en casa durante la tarde aun teniendo otras ocupaciones más relajadas como clases y talleres que no requieren gran esfuerzo físico.

Sin embargo, la forma de vida del colectivo que trabaja fuera de casa resulta aún más estresante al tener que compaginar las obligaciones del hogar con su empleo. Aunque los datos arrojados por el estudio revelan que, generalmente, estas mujeres no practican deporte frecuentemente, presentan una actividad física mucho mayor y está marcada por un ir y venir constante. La carga de las responsabilidades de la casa (limpieza, cocina, cuidado de los hijos, etc) se suman a las presiones y esfuerzos laborales y se traduce en un consumo calórico mucho mayor.

Ser ama de casa es una forma de vida. Influye en los hábitos, y en consecuencia, en el metabolismo convirtiéndolo en lento y envejecido. A pesar de la actividad frenética y agotadora que en muchas ocasiones envuelven las tareas domésticas, los procesos celulares de estas mujeres resultan no ser los ideales y pueden dar lugar a problemas como la obesidad. Así se desprende de un estudio realizado por un grupo de expertos en nutrición y dietética de Nutrición Center en el que se ha analizado el gasto energético de una muestra de mujeres ejecutivas y otra de amas de casa, entre otros factores. Según el informe, el 62,3% de las amas de casa no tienen un metabolismo basal correcto de acuerdo con su edad, altura, peso y porcentaje de grasa y músculo, mientras solo el 9,9% de las mujeres que trabajan fuera de casa cuenta con un metabolismo por debajo del correcto.