La quinoa, un alimento milagroso llegado de los Andes

Los mismos barcos que traían el oro americano desde las Indias hasta España también importaron algunos productos que con el paso de los siglos se han convertido en básicos en la alimentación de todo el planeta. El mejor ejemplo es la patata, ingrediente básico en la alimentación de gran parte de la población mundial homenajeado durante 2008 por la ONU al conmemorar su año internacional, pero no es el único. Hay otros muchos que nunca cruzaron el charco, aunque fueron y siguen siendo la base de la alimentación de aquellos pueblos. La globalización nos permite, cinco siglos después, descubrirlos e incorporarlos a nuestra dieta con todos los beneficios nutricionales que aportan.

Se encuentra en tiendas de dietética y herbolarios, y cada día más. Nos referimos a la quinoa, un pseudocereal que se produce en los Andes cultivado por pueblos peruanos, ecuatorianos y bolivianos desde hace más de tres milenios que cuenta con unas cualidades que lo convierten en un auténtico superalimento que es apto para celíacos en la mayoría de los casos.

 

No es un cereal per se porque la clasificación botánica no incluye a la planta entre las gramíneas, pero posee los 10 aminoácidos esenciales para el ser humano y el doble de proteínas que la mayor parte de los cereales. No sólo eso: también tiene vitaminas del grupo B (riboflavina, B6, niacina, tiamina) y menos hidratos de carbono que los cereales comunes. Manganeso, magnesio, fósforo, o hierro son otros de los nutrientes que la quinoa nos puede aportar.

El suyo es un sabor suave y con ligeros toques ahumados. De granos aplastados y con forma puntiaguda, resulta extremadamente fácil de cocinar. La tradición americana recomienda consumirla directamente en grano o procesada como harina, y de los dos modos es posible encontrarla en las tiendas. 

La quinoa se cocina de un modo similar al arroz (doble de agua que de producto y fuego suave) y no son necesarios más de 15 minutos para llevarla al dente. Resulta relativamente sencillo encontrar el punto de cocción: el germen externo va formando una banda alrededor del grano a medida que la quinoa se va cocinando, formando una especie de cola similar a un germinado. Sus usos van desde las sopas hasta las ensaladas pasando, por ejemplo, por los risotti: sólo es necesaria la imaginación del cocinero. Encontrar recetas con quinoa, además, es muy sencillo a través de Internet.