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Diseño a codazo limpio: H&M presenta su colaboración con Comme des Garçons
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Diseño a codazo limpio: H&M presenta su colaboración con Comme des Garçons

Colas en la Gran Vía suele haber a menudo: gente que se desplaza hasta Madrid para comprar en Doña Manolita, cinéfilos en familia comprando entradas para

Foto: Diseño a codazo limpio: H&M presenta su colaboración con Comme des Garçons
Diseño a codazo limpio: H&M presenta su colaboración con Comme des Garçons

Colas en la Gran Vía suele haber a menudo: gente que se desplaza hasta Madrid para comprar en Doña Manolita, cinéfilos en familia comprando entradas para ver el último blockbuster... aunque lo de este jueves parecía ir un paso más allá. “¿Pero qué pasa, es que empiezan ya las rebajas?”, preguntaba una mujer de unos sesenta años junto al edificio del grupo Prisa.

“No, señora, es que hoy hay aquí un diseñador muy bueno”, explicaba sin mucha gana un empleado de H&M que no parecía tener las ideas muy claras sobre lo que iba a vender durante el día. La firma sueca puso a la venta a partir de las 10 de la mañana la colección que para ellos ha creado Rei Kawakubo, directora creativa (en femenino, aunque el empleado estuviera desorientado) de Comme des Garçons, y el público ha respondido masivamente.

 

 Los más madrugadores llevaban en fila pacientemente “desde las siete de la mañana”, como explicaba con cara de circunstancias un chico que esperaba junto a su novia a que abrieran las puertas. La posibilidad de comprar una colección de firma a precios relativamente baratos (aunque mucho más caros que las líneas habituales de H&M) han atraído a un público joven aunque heterogéneo. ¿Será cosa de la crisis?

En la cola los más puestos en moda se atrevían a decir que la colección era “normalita y como para salir del paso”, pero aún así nadie se movía de su sitio: allí estaban, a pesar del frío, estoicos y disfrutando de un cafelito caliente cortesía de la casa. Aunque no tuvieran muy claro quién anda detrás de la colección, los empleados de H&M se encargaron de repartir el brebaje con un termo (negro y muy mono, por supuesto) a los que esperaban en la cola, aunque parecía que eran más los que lo cogían por pose que por necesidad: las cámaras de televisión enfocaban y había que darle un aire casual-starbucks a la cosa.

Poco antes de las diez los empleados que daban los últimos retoques en la tienda salieron hasta la calle para aplaudir a los sufridos fashion victims y tras la cuenta atrás de rigor, comenzaron las carreras y codazos. Dentro, el estilo deconstruido de Comme des Garçons parecía encontrar su ubicación perfecta gracias al caos de los compradores. Había que darse prisa en coger lo que uno quería, porque en el momento menos esperado una mano enemiga podía aparecer por la espalda y llevarse el último ejemplar de ese cárdigan que buscábamos desde hace semanas. ¡Hasta las marujas de supermercado son menos peligrosas!

Colas en la Gran Vía suele haber a menudo: gente que se desplaza hasta Madrid para comprar en Doña Manolita, cinéfilos en familia comprando entradas para ver el último blockbuster... aunque lo de este jueves parecía ir un paso más allá. “¿Pero qué pasa, es que empiezan ya las rebajas?”, preguntaba una mujer de unos sesenta años junto al edificio del grupo Prisa.