Platos de paz en la cocina de Oriente Medio

A lo lejos una increíble puesta de sol tiñendo de rojo el, valga la redundancia, Mar Rojo. Mientras, dos amigos esperan a que el camarero de un pequeño y familiar restaurante de la ciudad de Hurgada, en Egipto, les sirva una comida repleta de sabores y olores tan exóticos y  misteriosos. Durante un buen rato apenas pueden más que extasiarse ante los manjares que llegan a su mesa: desde el refrescante melón helado con agua de rosas hasta el adorado cordero asado relleno. A pesar del terrible conflicto que estos días vuelve a llenar las páginas de la prensa internacional, imagenes idílicas como esta dibujan con bastante aproximación todo lo plasmado en el libro Cocina de Oriente Medio: ingredientes esenciales y más de 150 recetas auténticas, publicado por la Editorial Blume y escrito por dos insaciables periodistas y críticos gastronómicos, Ghillie Baçan y Jonathan Baçan.

 

Su obra es más que un simple recetario: se trata de un cúmulo de experiencias y sensaciones acerca de lo que estos platos deberían despertar en el occidental. En sus 250 páginas los autores han sabido plasmar lo que esta cocina representa, la esencia de una gastronomía que, lejos de modernizarse, sigue conservando aún sus raíces. No se trata de una gastronomía académica, sino transmitida de generación en generación, de madres a hijas.

 

Este matiz permite encontrar importantes diferencias entre un plato y otro a pesar de recibir el mismo nombre. No en vano en dicho lugar conviven desde hace siglos judíos, cristianos y árabes. Esto, unido a la amplia región que intenta abarcar el libro (de Irán a Turquía pasando por Líbano, Qatar o Palestina) son los principales problemas con los que los periodistas se encontraron a la hora de escribirlo. De todos modos, el lector medio disfrutará de la obra y este tipo de detalles le pasarán bastante desapercibidos.

 

Frutas, legumbres, aromatizantes, hortalizas...

 

Cocina de Oriente Medio: ingredientes esenciales y más de 150 recetas auténticas se divide en seis apartados más una pequeña introducción. Cada uno de ellos se subdivide, a su vez, en pequeñas secciones según el ingrediente o alimento del que se hable. Estos epígrafes no pasan de las seis páginas y en ellas se comentan aspectos y datos que sirven para contextualizar y poner en antecedentes sobre el queso, el yogur, el cordero, la lima, la uva o el pistacho, entre muchos más. Realmente interesante resultan los apartados dedicados al cordero, carne principal de esta cocina; o a los aromatizantes, tan poco usados en la cocina mediterránea.

 

Tras una pequeña historia del alimento en cuestión los autores recogen una serie de recetas que se pueden hacer con él. Al no ser un recetario al uso las recetas apenas ocupan un pequeño espacio y, excepto en platos realmente interesantes, no hay fotografías de las viandas: la elaboración de las mismas puede volverse un tanto complicada.

El libro, coronado por un pequeño índice y glosario, contiene abundante material fotográfico de alta calidad. Las instantáneas (captadas por uno de los autores, Jonathan Baºan) recogen los alimentos mencionados pero también pequeños detalles de la vida en Oriente: desde los típicos mercadillos y puestos ambulantes de comida y especias hasta comilonas familiares. Como muy bien describen los autores del manual, “este libro es un compañero de viaje por la gastronomía de Oriente Medio”, que todo el mundo debería conocer.