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La crisis económica saca el lado más sobrio de Armani
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La crisis económica saca el lado más sobrio de Armani

Sin caer en lo arcaico, la firma italiana Armani apostó por la sobriedad y el clasicismo para el hombre del próximo otoño-invierno, quien tendrá que afrontar

Foto: La crisis económica saca el lado más sobrio de Armani
La crisis económica saca el lado más sobrio de Armani

Sin caer en lo arcaico, la firma italiana Armani apostó por la sobriedad y el clasicismo para el hombre del próximo otoño-invierno, quien tendrá que afrontar toda una crisis económica con austeros tonos azules y grises pastel, sin olvidar el negro, y algún que otro pañuelo sujeto al cuello. Una ropa menos ceñida al cuerpo, con pantalones que vuelven al movimiento, es la que mostró ayer el diseñador Giorgio Armani sobre la pasarela de la Semana de la Moda masculina de Milán, volúmenes que servirán para generar una menor sensación de ahogo en el hombre apretado por la crisis económica.

Armani dejó este martes sobre la pasarela de la capital lombarda lo mejor de su clásico estilo en una jornada en la que el diseñador quiso zanjar toda la polémica generada por un comentario suyo sobre un posible plagio de sus compatriotas Dolce & Gabbana, quienes, según el modisto, habían copiado uno de sus pantalones (Véase noticia). Ya con las aguas más tranquilas y sin traspasar la línea del "oversize" (exceso de talla, en inglés), Armani mostró a un hombre de amplias americanas, pantalones sueltos y gabardinas largas, que siguen recordando a la estética de las primeras décadas del siglo XX y que ofrece unas líneas que tienden hacia el suelo.

La sobriedad quedó patente en todas las prendas del modisto, quien sólo se atrevió con alguna nota de color cálido en las corbatas de los trajes o en los pañuelos que -incluso con lunares- siguen acompañando el cuello del hombre del otoño-invierno 2009-2010. En esta apuesta por la seriedad más austera los cuellos adoptan un rol revolucionario, con camisas que adoptan el conocido como tipo mao, siempre y cuando, claro está, no tengan que ir acompañadas de corbatas.

Y es que Armani en ningún momento olvida para la próxima temporada su intención de vestir al hombre de negocios, quien, según el modisto, debe desprenderse de la americana y apostar directamente por la combinación camisa y gabardina, al más puro estilo ejecutivo neoyorquino.

No sólo de ‘Armanis’ vive el hombre

Sin caer en lo arcaico, la firma italiana Armani apostó por la sobriedad y el clasicismo para el hombre del próximo otoño-invierno, quien tendrá que afrontar toda una crisis económica con austeros tonos azules y grises pastel, sin olvidar el negro, y algún que otro pañuelo sujeto al cuello. Una ropa menos ceñida al cuerpo, con pantalones que vuelven al movimiento, es la que mostró ayer el diseñador Giorgio Armani sobre la pasarela de la Semana de la Moda masculina de Milán, volúmenes que servirán para generar una menor sensación de ahogo en el hombre apretado por la crisis económica.

Armani dejó este martes sobre la pasarela de la capital lombarda lo mejor de su clásico estilo en una jornada en la que el diseñador quiso zanjar toda la polémica generada por un comentario suyo sobre un posible plagio de sus compatriotas Dolce & Gabbana, quienes, según el modisto, habían copiado uno de sus pantalones (Véase noticia). Ya con las aguas más tranquilas y sin traspasar la línea del "oversize" (exceso de talla, en inglés), Armani mostró a un hombre de amplias americanas, pantalones sueltos y gabardinas largas, que siguen recordando a la estética de las primeras décadas del siglo XX y que ofrece unas líneas que tienden hacia el suelo.

La sobriedad quedó patente en todas las prendas del modisto, quien sólo se atrevió con alguna nota de color cálido en las corbatas de los trajes o en los pañuelos que -incluso con lunares- siguen acompañando el cuello del hombre del otoño-invierno 2009-2010. En esta apuesta por la seriedad más austera los cuellos adoptan un rol revolucionario, con camisas que adoptan el conocido como tipo mao, siempre y cuando, claro está, no tengan que ir acompañadas de corbatas.

Y es que Armani en ningún momento olvida para la próxima temporada su intención de vestir al hombre de negocios, quien, según el modisto, debe desprenderse de la americana y apostar directamente por la combinación camisa y gabardina, al más puro estilo ejecutivo neoyorquino.

No sólo de ‘Armanis’ vive el hombre

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