París muestra los ‘pecados capitales’ de LaChapelle

Si hay algún fotógrafo cuyo trabajo le ha granjeado la categoría de ‘celebrity’, ese es David LaChapelle. Virtuoso de la cámara y poseedor de una mirada única, algo bizarra y grotesca, el estadounidense ha sacado la imagen más descarada de las estrellas del showbiz y su nombre brilla con tanto fulgor como el de sus modelos. Ahora sus obras  reciben un gran homenaje en Francia.

La industria de Hollywood tiene mucho de brillo, fachada, pose... y de eso él sabe bastante. Lleva más de dos décadas capturando esta esencia desde que un día Andy Warhol decidiera encargarle reportajes para su revista Interview. Desde entonces su trabajo ha ocupado las portadas de revistas en los cuatro puntos cardinales y ha desarrollado una labor.

La muestra que se puede ver en el centro La Monnaie de París hasta finales de mayo es la más amplia que se ha presentado en tierras galas para exhibir la obra de LaChapelle. La atención está centrada en los retratos de personajes glamourosos y siempre con una reflexión tras ellos acerca de sus ‘pecados capitales’: el culto a la personalidad,  la perversidad de la cultura popular, el sensacionalismo de la vanidad, la lujuria y hasta la gula (célebre es en este sentido su obra Muerte por hamburguesa, en la que una modelo aparece aplastada por un bocadillo de carne de dimensiones mastodónticas).

La obra más reciente de LaChapelle también tiene su hueco en La Monnaie. Entre ellas se encuentran sus impactantes ‘escenas’, como las de la serie Eveils (Museum, Statue, Cathedral) dedicada al diluvio bíblico, o las de Deluge, inspirada en el trabajo de Miguel Angel en la Capilla Sixtina. Su Présages d’Innocence, trabajo que ha desarrollado a lo largo de 2008, estará en París en la que es la primera oportunidad del público europeo para contemplarla.

 

LaChapelle es un provocador nato, “sus fotos gritan”, como afirma Gianni Mercurio, comisario de la exposición, con un mensaje claro: “En una sociedad dominada por la publicidad y por el comportamiento consumista la verdad sucumbe a la simulación”. Valleinclanesco, el fotógrafo refleja como en un espejo deformado un mundo en crisis y la disolución del ser humano en el a veces absurdo sistema de objetos y valores que él mismo creó.