Murakami trae sus pesadillas 'naïf' al Guggenheim

Ambiciosa, sorprendente, colorista. Así es la nueva exposición del Guggenheim dedicada al trabajo del japonés Takashi Murakami (1962) y compuesta por más de 90 obras procedentes de distintos medios: pintura, escultura, diseño industrial, animación y moda. Desembarca en Bilbao tras su paso por el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles y está comisariada por Paul Schimmel, que a través de su recorrido ofrece una visión muy completa del mundo de este artista trasgresor.

Murakami es para Schimel "el artista contemporáneo de más éxito Japón" y, si bien aparentemente sus creaciones "pueden parecer imágenes infantiles, propias de cómics para niños", en realidad, esconden "una obra muy rica, oscura y trágica".

Sus trabajo, una explosión de colorido y a la vez llena de precisión, es una mezcla de influencias: el surrealismo, el arte pop, la tradición pictórica japonesa, pero sobre todo el anime (dibujos) y el manga (cómic). De hecho, uno de sus temas más conocidos es su alter ego Mr. DOB, que creó en 1993, se inspiró en personajes como Sonic, la mascota de sega o Doraemon, el gato cósmico de los famosos dibujos animados del mismo título. 

El personaje fue evolucionando y llegó a pasarse del papel a las tres dimensiones, pero hay otro con el que se le identifica aún más: la muy cotizada Miss Ko, una figura que sintetiza muy bien la mezcla entre culturas japonesa y norteamericana: una camarera de piernas largas que sueña con ser una estrella de la música.

Esta retrospectiva quiere dejar de manifiesto la expresión de “vacio y anarquía” que reina en la cultura contemporánea de su país. Y todo ello a pesar de que su obra se pueda ver como infantil a causa de sus formas planas, la mezcla de colores y la utilización de elementos muy naïf: setas, flores que sonríen, esculturas que parecen juguetes. Pero todos estos elementos están tratados de tal manera que lleguen a ser mareantes, incluso desagradables.

La muestra, que recoge obras de comienzos de los 90, época en la que el artista comenzó su trayectoria creativa, se nutre de un rico conjunto de obras entre las que no se obvia el importante papel que la publicidad ha tenido en su carrera. De hecho, se podrá ver gracias a obras en las que se apropia de distintivos de empresas, y otras en las que realiza encargos para importantes marcas de moda. De todo hay en una muestra que ocupa unos 2.000 metros cuadrados del Guggenheim donde se luce en todo su esplendor.