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Las joyas de la suerte
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Las joyas de la suerte

Penélope Cruz pasó el 22 de febrero repitiéndose una y otra vez (a ella y a quien le ponía un micrófono delante) que estaba tranquila ante

Penélope Cruz pasó el 22 de febrero repitiéndose una y otra vez (a ella y a quien le ponía un micrófono delante) que estaba tranquila ante la ceremonia de entrega de los Oscar. Esa noche su futuro estaba una vez más en juego: su papel de María Elena en la película del estadounidense Woody Allen Vicky Cristina Barcelona le podía valer un premio a la mejor actriz secundaria, pero ella parecía tranquila. ¿Cómo era posible?

Ahora sabemos que la de Alcobendas guardaba un as en la manga, un amuleto que otras actrices han llevado con idéntica fortuna. Nada de patas de conejo, tréboles de cuatro hojas o herraduras: ella llevaba joyas de Chopard, algo que parece imprescindible si una quiere llevarse un Oscar a casa.

Penélope lucía espectacular con su Balmain vintage, pero sus quilates brillaban aún más. En total llevaba más de cien, los que resultan de sumar los de su collar en platino y diamantes talla Cushion, el anillo de diamante amarillo, los pendientes y el brazalete de diamantes. Penélope sabía que con esta equipación tenía las de ganar, y no era la única: también Kate Winslet, que acabó consiguiendo el Oscar a la mejor actriz principal, se aferró a sus joyas para asegurarse el premio: nada más y nada menos que unos pendientes de diamantes talla pera de 28 quilates en forma de racimo, montados en platino, y un brazalete de diamantes que sumaba un total de 117 quilates.

 

¿Cómo podían estar tan seguras de su victoria? Pues porque desde hace tiempo parece haber un conjuro: actriz con Chopard es igual a actriz con Oscar.  Hagamos un repaso de los últimos años y lo comprobaremos. Empecemos en 2004: Charlize Theron se lleva el Oscar a la mejor actriz por su interpretación en Monster. En su cuerpo, más de 600 diamantes (546 en un brazalete, 46 en unos pendientes y el resto, en un anillo) de diferentes joyas de Chopard: comienza el embrujo.

 

Año 2005: Hillary Swank llora, llora, y llora. Acaba de recibir el Oscar a la mejor actriz por Million Dollar Baby. Aun entre tanta lágrima destacan su anillo de diamante talla esmeralda y sus pendientes montados en platino: Chopard sigue dando suerte. Suma y sigue: en 2006 hay que fijarse en Rachel Weisz, que se lleva el galardón a la mejor actriz de reparto por El jardinero fiel, y sus pendientes de diamantes talla pera y su anillo de diamantes y zafiro. ¿Adivinan la marca? 

Pasamos las páginas del calendario 52 semanas. Estamos en 2007 y Helen Mirren ha regalado al planeta un sincero retrato de la reina Isabel II que le puede valer un Oscar. En el Kodak Theatre todos la ven llegar con un broche, brazalete y pendientes de alta joyería de Chopard, and the Oscar goes to... Así una y otra vez, año tras año, porque en 2008 Marion Cotillard también se hizo con el Oscar y lucía joyas de la maison francesa. Usted, por si acaso, ya sabe lo que tiene que hacer si no le sonríe la suerte: calzarse unos Chopard y ¡a triunfar!

Penélope Cruz pasó el 22 de febrero repitiéndose una y otra vez (a ella y a quien le ponía un micrófono delante) que estaba tranquila ante la ceremonia de entrega de los Oscar. Esa noche su futuro estaba una vez más en juego: su papel de María Elena en la película del estadounidense Woody Allen Vicky Cristina Barcelona le podía valer un premio a la mejor actriz secundaria, pero ella parecía tranquila. ¿Cómo era posible?

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