Torretta: “Hay que buscar la parte positiva de la crisis”

¿Asistimos al fin de las pasarelas? ¿Cómo afronta una marca de moda la situación económica? ¿Qué problemas presenta la industria en España? El diseñador hispanoargentino Roberto Torretta, todo un clásico de la Cibeles Madrid Fashion Week, habla con Vanitatis.com sobre la situación de la moda, el diseño y las perspectivas de futuro en un sector que ha crecido en importancia en los últimos años.

 

En plena crisis, la moda tiene un papel ambiguo: por un lado puede resultar excesiva pero también puede ayudarnos a sobrellevar etapas de depresión personal o a sentirnos mejor en un entorno negativo. ¿Cómo nos puede ayudar a salir?

Con un consumo racional, que no sea por impulsos. La moda es necesaria, vivimos de la imagen: verte bien vestido levanta el ánimo. Lo que ocurre es que estábamos en una locura, en una burbuja de todo tipo con un consumo desmesurado y una oferta desproporcionada... y todo eso se tiene que acomodar.

 

¿Cómo afronta una empresa de moda a la situación actual?

En estos meses ha habido un bajón importante en ventas, pero España es muy agradecida en ese aspecto. Yo espero que con la primavera las cosas vayan paulatinamente acomodándose. Cuando hay épocas de abundancia no te paras a fijarte en cosas como gastos que no tienen sentido, pero ahora hay que rentabilizar la empresa, profesionarlizarla. Todo el mundo se tiene que poner en marcha trabajando las horas que hagan falta y hay que sacar mejores prendas. Se necesita un mayor esfuerzo de todo tipo. Aun así a mí me parece que tiene un lado bueno: si pasas la crisis y duras vas a ser más competitivo.

 

O sea, que puede ser una oportunidad...

Sí, yo creo que sí. Es obvio que nadie la prefiere, pero ya que estamos metidos en ella vamos a intentar buscarle la parte positiva a todo esto.

 

Tú alguna vez has dicho que en España hay una gran división entre diseño e industria y que esta barrera no se consigue romper. ¿Hay señales de fractura en esa frontera invisible?

Empieza a haber roturas. Ahora nosotros, por ejemplo, tenemos una segunda marca, RT, hemos firmado un contrato con Atrium, que es una empresa líder en textil hogar... hay industrias que empiezan a apostar por el diseño, ya sea por una marca o por otra. Es la única manera de despegar, no hay otra. Sin las tres patas (diseño, industria y financiación) crecer es imposible.

 

Crear una arquitectura de marca...

Y con ella construida se puede aportar valor en otros segmentos de mercado, en otros productos.

 

¿Qué suponen los ‘negocios paralelos’ para Roberto Torretta?

Nosotros hemos creado, por ejemplo, toda la gráfica de la bodega logroñesa Mentor, algo que también hemos desarrollado con otra marca de aceite de oliva. Yo noto que el negocio clásico, el de fabricar ropa, existe pero hay que ampliarlo. Nosotros tenemos una marca conocida y valorada, y eso hay que venderlo en proyectos interesantes, nuevos y que me entusiasmen. La gastronomía española, por ejemplo, es la número uno del mundo y asociarla con la moda permite combinar la creatividad y el colorido de las dos.

 

¿Qué ocurre con las disciplinas artísticas en España, que parecen vivir una eterna crisis?

Mira, el otro día le preguntaban a un cineasta y decía que el cine está en crisis desde que nació, igual que el teatro. Con la moda menos: está sufriendo ahora porque hay una sobreoferta que me parece desproporcionada para el mercado que hay en España.

 

Las pasarelas mundiales viven momentos de cambio: la New York Fashion Week ya no se celebrará en Bryant Park; en París, casas como Martin Margiela prefieren no desfilar y hacen pases privados para la prensa y compradores... ¿Seguirán existiendo dentro de unos años las semanas de la moda tal y como hoy las conocemos?

Yo creo que es una época en la que hay instituciones que se van a romper de todo tipo. La banca, los gobernantes... En la moda pasa exactamente lo mismo: va a haber un cambio, ¡tiene que haberlo! Las estructuras de los últimos 30 ó 40 años desaparecen, no se soportan. Creo que entramos en una época revuelta pero interesante.

 

Tras casi 40 años en Madrid, ¿qué ha cambiado en el mundo de la moda y qué sigue igual?

Ha cambiado todo. Yo vine de Buenos Aires, que era una ciudad muy cosmopolita, muy moderna pero en decadencia, ¡y al llegar a Madrid me pareció tan gris y tan plano todo! En 1975 no había nada, oferta de ropa cero. La evolución ha sido espectacular, porque cuando partes de cero cualquier progreso es muy fuerte. Además en los últimos 15 años el crecimiento ha sido enorme.

 

¿Nos queda algo de aquella España en el mundo de la moda?

No, en absoluto. Hoy por hoy hay marcas de todo tipo, puedes hacer tus propios estilismos... Ya empieza a haber una cultura de moda que cuando yo llegué no existía. Entonces los diseñadores o las marcas proponían y las mujeres se lo ponían literalmente. Ahora ya empiezan a ser estilistas, a saber que hay diferentes tendencias y la que no te sienta bien tienes que pasar de ella y buscar en el mercado qué es lo que te encaja.