Delicias de un zombie musical

Puede que veinte años no sean nada, pero diez resultan mucho tiempo. Exactamente eso, una década, es el tiempo que ha pasado desde que el DJ y productor muniqués Florian Senfter se escondió tras Zombie Nation y publicó su primer EP con Gigolo Records, el sello del todopoderoso DJ Hell. Ahora por fin llega a las tiendas Zombielicious, su nuevo trabajo, que hace el cuarto en cuanto a sus discos de larga duración.

 

Su single Kernkraft 400 marcó el cambio de milenio en la música electrónica, aunque él nunca ha estado demasiado atento al éxito comercial de su trabajo, que suena incluso en estadios deportivos: "Nunca he querido hacer canciones comerciales o repetirme, así que durante este tiempo me he concentrado en lo que me gusta personalmente", explica. El caso es que aquí estamos, a punto de vivir otro cambio -esta vez, de década- y él vuelve a estar ahí una vez más revolucionando al personal con su particular estilo soul infused galactic beat music, como a él le gusta llamarlo (los demás podemos decir simplemente que está entre el electro y el house y quedaremos bien).

 

En este trabajo Zombie Nation ahonda en una de las bases de su música: el trabajo con instrumentos analógicos y sintetizadores clásicos, algo que le aporta un toque sucio que se ha convertido en marca de la casa. Pero eso no significa necesariamente oscuridad, más bien al contrario: el resultado es energético, orgánico y casi se podría decir que digno de un gourmet: no todos (y para ser sinceros, más bien pocos) basan su producción en equipos antiguos e instrumentos analógicos.

 

Zombielicious es casi un disco biográfico: cada uno de los temas tiene relación directa o indirecta con las vivencias de Zombie Nation. El tema con el que arranca, Más de todo, es todo un homenaje al surf que incluye samplers de la surf music de los 60. Otros como Radio Controlled son "el resultado de demasiadas cervezas Agustiner". Más tremenda es la explicación que él mismo da para Stand By: “Siempre ha habido un tema más lento en los álbumes de Zombie Nation, y ahora es éste. Me suena como David Hasselhoff puesto de ácido”, cuenta divertido.

 

¿Qué hacer con este Zombielicious? Pues bailarlo hasta que el cuerpo diga basta, escucharlo en el coche camino del trabajo o de “ir a buscar trufas a los Alpes italianos con tu cerdo”, como dice la nota de lanzamiento. Aunque también se puede hacer todo a la vez: es lo que tiene el universo zombie.