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Un hotel pixelado para la capital cultural de Europa
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Un hotel pixelado para la capital cultural de Europa

La fragmentación del espacio es una de las principales características de los tiempos contemporáneos. Vivimos en micropisos, comemos platos precocinados reducidos a su mínima expresión, bebemos

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Un hotel pixelado para la capital cultural de Europa

La fragmentación del espacio es una de las principales características de los tiempos contemporáneos. Vivimos en micropisos, comemos platos precocinados reducidos a su mínima expresión, bebemos refrescos en monodosis... y lo único que faltaba por llegar, el hotel pixelado, ya está aquí. Sólo hay que irse hasta Linz, en Austria, para comprobarlo.

 

La ciudad austriaca celebra este 2009 la capitalidad europea de la cultura con multitud de actividades y el alojamiento de los visitantes no ha quedado fuera de la amplia agenda. La idea era crear habitaciones especiales repartidas por toda la ciudad encargando su concepción a arquitectos y jóvenes creadores. Redefiniendo tipologías y convirtiendo espacios aparentemente incómodos en lugares para el descanso, Linz cuenta durante estos meses con el establecimiento hotelero más original de Europa.

Las ubicaciones no podrían ser más heterogéneas: un garaje, un taller o un barco han sido adaptados para convertirse en habitaciones del Pixel Hotel. El aprovechamiento de espacios infrautilizados en zonas residenciales, en el centro financiero o en barrios trabajadores ha sido una de las premisas por las que se han guiado los promotores del proyecto. Linz quiere mostrarse durante estos meses como una ciudad abierta, dar a conocer su cultura y su historia, y el Pixel Hotel permite a los visitantes vivirla y a la vez formar parte del acontecimiento.

Como explican los promotores, el píxel, que en informática es la mínima unidad homogénea en color que forma parte de una imagen digital, se convierte aquí en la expresión más pequeña de un hotel. Por eso no encontraremos el tradicional buffet de desayuno: en su lugar estamos invitados a disfrutar de la primera comida del día en restaurantes cercanos a nuestra habitación.

En el corazón de Linz está Pixel in the Yard, rodeada por museos, cines y restaurantes. Con noventa metros cuadrados de espacio, la habitación tiene hueco hasta para una caravana en su interior y cama doble, además de baño. En otro punto de la ciudad, la galería de arte contemporáneo Simone Freichtner, el arquitecto Thomas Feichtner ha diseñado un espacio que se convertirá también en estancia para visitantes. Ya sea en cualquiera de estas dos, en un barco anclado en el río Danubio o en un antiguo edificio de trabajadores, las habitaciones del Pixel Hotel están listas para acoger a los viajeros menos convencionales.

La fragmentación del espacio es una de las principales características de los tiempos contemporáneos. Vivimos en micropisos, comemos platos precocinados reducidos a su mínima expresión, bebemos refrescos en monodosis... y lo único que faltaba por llegar, el hotel pixelado, ya está aquí. Sólo hay que irse hasta Linz, en Austria, para comprobarlo.