Es noticia
Menú
Nadie quiere dormir en el hotel de Hitler
  1. Estilo

Nadie quiere dormir en el hotel de Hitler

Nació gafado: el que Adolf Hitler considerara este enclave de la montaña de Obersalzberg su hogar y pasara en él sus momentos de descanso rodeado de

Foto: Nadie quiere dormir en el hotel de Hitler
Nadie quiere dormir en el hotel de Hitler

Nació gafado: el que Adolf Hitler considerara este enclave de la montaña de Obersalzberg su hogar y pasara en él sus momentos de descanso rodeado de cortesanos no era un buen presagio para el resort que la cadena Intercontinental puso en marcha allí en 2005. El lugar es impresionante, rodeado por montañas y lagos en medio de los Alpes bávaros, pero desde que el establecimiento abrió sus puertas la suerte no le ha acompañado. El índice de ocupación del hotel es del 53% y perdió cuatro millones de euros en 2008, según informa el diario alemán Sueddetsche Zeitung.

Las habitaciones cuestan entre 200 y 400 euros por noche y los huéspedes disfrutan de todo el lujo de la cadena británica a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar: piscinas interior y exterior, fitness, solarium y hasta spa con sala de meditación, pero ni por esas. La situación es especialmente complicada para BayernLB, el banco público propietario de la empresa que opera el hotel, que compró activos tóxicos en EEUU y tuvo recibir una inyección de liquidez de 10.000 millones de euros.

 

Incluso antes de alcanzar el poder en 1933, Hitler solía frecuentar la zona, y aquí escribió una parte de Mein Kampf. “Fueron los mejores momentos de mi vida”, afirmó alguna vez el dictador sobre sus estancias en la región. No era el primero: antes que él, la familia real bávara y la alta sociedad vienesa disfrutaban del paisaje.

En abril de 1945 las tropas aliadas lanzaron más de 1.000 toneladas de bombas en las residencias de los oficiales del partido Nazi, las barracas militares y los puestos policiales de la zona. En menos de una hora, el que había sido templo de peregrinación de los seguidores del Führer durante años acabó convertido en escombros.

Desde entonces el área sufrió un proceso de abandono gradual, hasta que en 1952 las tropas estadounidenses crearon allí un ‘centro de entretenimiento de la US Army’. Hubo que esperar más de 40 para que los americanos dejaran la zona. Entonces las autoridades locales se decidieron a potenciar el turismo en la zona. En las inmediaciones del hotel hay un centro de interpretación que se encarga de documentar los crímenes de la II Guerra Mundial, que recibe cientos de miles de visitas anuales. De todos modos, parece que los turistas se conforman con echar un ojo y marcharse: dormir al lado del terreno que antes ocupaban las casas de Hitler y Goring no resulta muy agradable.

Nació gafado: el que Adolf Hitler considerara este enclave de la montaña de Obersalzberg su hogar y pasara en él sus momentos de descanso rodeado de cortesanos no era un buen presagio para el resort que la cadena Intercontinental puso en marcha allí en 2005. El lugar es impresionante, rodeado por montañas y lagos en medio de los Alpes bávaros, pero desde que el establecimiento abrió sus puertas la suerte no le ha acompañado. El índice de ocupación del hotel es del 53% y perdió cuatro millones de euros en 2008, según informa el diario alemán Sueddetsche Zeitung.