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Trump contra Forbes: el campo de golf del ‘tycoon’ en Escocia llega a los tribunales
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Trump contra Forbes: el campo de golf del ‘tycoon’ en Escocia llega a los tribunales

The Donald, como le rebautizó su primera mujer Ivana Trump, se las prometía felices cuando pensó en construir el mayor complejo de golf del mundo en Escocia,

Foto: Trump contra Forbes: el campo de golf del ‘tycoon’ en Escocia llega a los tribunales
Trump contra Forbes: el campo de golf del ‘tycoon’ en Escocia llega a los tribunales

The Donald, como le rebautizó su primera mujer Ivana Trump, se las prometía felices cuando pensó en construir el mayor complejo de golf del mundo en Escocia, pero ya lo decía una canción: cuidado con los sueños porque pueden hacerse realidad. Con el paso del tiempo el que en principio iba a ser el proyecto que le vincularía con la tierra de sus antepasados se ha convertido en la mayor de sus pesadillas. La negativa de varios de los propietarios legales de los terrenos a ser expropiados no deja otra solución que la judicial: ahora Trump y sus rurales enemigos se verán las caras en los tribunales.

 

El resort, que incluye dos campos de golf e instalaciones turísticas por un valor de 1.000 millones de libras esterlinas, ha vivido pegado a la polémica desde que se anunció su construcción. Varias asociaciones ecologistas han advertido desde el primer momento del peligro que supondría para diversas especies la instalación en el lugar del complejo, pero las protestas más airadas han llegado en todo momento de los propios locales.

 

Muchos ya han vendido, pero los escasos propietarios que aún no han cedido a la presión han decidido organizarse y dar la batalla ante la Corte. Por ahora no han conseguido que los organismos públicos encargados de las decisiones les hagan caso. El Gobierno escocés aprobó el año pasado el proyecto aludiendo a los beneficios económicos, y no ha sido el único. El condado de Aberdeenshire también decidió en su momento que sus terrenos debían ser expropiados: los 6.000 empleos previstos (1.400 de carácter permanente) pueden más que los deseos de los propietarios.

 

 

Vamos a recibir asesoramiento legal profesional para ver cómo podemos presentar una moción en los tribunales para cambiar las decisiones, porque no son legalmente válidas”. El que así habla en declaraciones al diario escocés The Scotsman es David Milne, uno de los propietarios.

 

Desde la organización de Trump aseguran que las expropiaciones sólo serían el último recurso: su idea, afirman, es negociar acuerdos con los cuatro propietarios al margen del procedimiento forzoso. Por ahora la siguiente fecha en el calendario es el uno de octubre, cuando un pleno del Ayuntamiento se encargará de debatir el asunto de la ‘expulsión’ de los propietarios.

 

 

Quien con más ahínco se ha propuesto luchar contra el multimillonario es otro ciudadano llamado Michael Forbes, que poco tiene que ver con la revista que lleva su apellido y en la que su archienemigo Trump ocupa el puesto 450 -ha visto tiempos mejores- entre los más ricos de la tercera roca desde el Sol. Su terreno, en el que su familia lleva generaciones, se encuentra en la intersección entre los dos campos de golf de 18 hoyos que proyecta Trump. Desde el principio el empresario-presentador de televisión-socialite le propuso venderlo por más de 700.000 dólares. Él se opuso y sigue haciéndolo, por mucho que las presiones sean directas.

 

La última ocurrió esta misma semana: el pasado martes Donald Trump Jr, hijo del magnate e Ivana Trump, acudió a la casa de Forbes acompañado por George Sorial, hombre fuerte de su padre en Escocia, para intentar convencerle de las ventajas de vender. Esperaron durante tiempo en la puerta, hasta que por fin el escocés numantino salió y empezó a insultarles. Mientras se iba, Sorial quiso hacer patente su consternación por el trato: “A esto es a lo que tenemos que enfrentarnos”, declaró a la prensa.

 

La visión de Forbes, que se siente perseguido, es muy distinta. En declaraciones a The Scotsman asegura que todo el asunto “se ha convertido en una venganza, creo que para Trump ha llegado a ser algo personal: quiere echarnos a todos los que nos hemos enfrentado a él”.

The Donald, como le rebautizó su primera mujer Ivana Trump, se las prometía felices cuando pensó en construir el mayor complejo de golf del mundo en Escocia, pero ya lo decía una canción: cuidado con los sueños porque pueden hacerse realidad. Con el paso del tiempo el que en principio iba a ser el proyecto que le vincularía con la tierra de sus antepasados se ha convertido en la mayor de sus pesadillas. La negativa de varios de los propietarios legales de los terrenos a ser expropiados no deja otra solución que la judicial: ahora Trump y sus rurales enemigos se verán las caras en los tribunales.