Mirada más joven, ojos más grandes

La mirada dice mucho sobre nosotros y es una de las partes de nuestro cuerpo que puede hacer que aparentemos más edad de la real. El exceso de piel y las bolsas de grasa de los párpados superiores e inferiores, que aparecen con el paso del tiempo, dan una sensación de envejecimiento y cansancio que afecta al conjunto del rostro. La cirugía de los párpados, llamada blefaroplastia, es una técnica quirúrgica para solucionar este problema que la Clínica Planas recomienda para devolver la juventud a la mirada.

A partir de los 40 años comienza a darse un exceso de piel que aumenta con la edad. A pesar de esto, no hay una edad más adecuada para este tipo de intervención, ya que la aparición de bolsas bajo los ojos puede aparecer tanto en edades tempranas como avanzadas. La intervención es breve (acostumbra a durar entre media hora y una hora), sencilla y los resultados son duraderos.

Sin embargo, más allá de lo que esta intervención puede aportar a nuestro aspecto puramente físico, la blefaroplastia también resuelve problemas de visión cuando la acumulación de piel en los párpados superiores es tan excesiva que provoca una dificultad para mantener el campo de visión lo suficientemente abierto, comenta el Dr. Jorge Planas, Director Médico y Cirujano de la Clínica Planas. Se recomienda intervenir cuando el párpado dificulta la visión porque con el paso de los años puede empeorar. En el caso de los párpados superiores, la cirugía consiste en extirpar la piel sobrante, restaurar la tención normal del músculo y, sólo si se requiere, eliminar las bolsas de grasa que suelen ser más evidentes en ambos cantos internos. Unas bolsas que, si nos fijamos en los párpados inferiores, pueden llegar a tener un tamaño considerable. En este caso, la intervención puede realizarse de dos maneras.

La más común es la vía transconjuntival. Es la indicada en un 80% de los pacientes y sólo requiere ingreso ambulatorio. Consiste en efectuar una pequeña incisión en el interior del párpado y extraer la grasa a través de la misma. No queda cicatriz visible y, además no es necesario suturar la herida. Esta forma además permite, si es necesario, aplicar un tratamiento láser al mismo tiempo, que permite mejorar las arrugas de la zona, evitando así la cicatriz y el miedo a cambiar la forma del ojo que pueda tener el paciente.

La otra opción es la vía externa, la clásica. Es la adecuada para un 20% de los pacientes que optan por la blefaroplastia y consiste en realizar un pequeño corte bajo las pestañas para extraer las bolsas de grasa, la incisión se cierra con una pequeña y fina sutura que se retira a los 4 días y al mismo tiempo, sirve para tensar la piel. Este procedimiento requiere una noche de ingreso hospitalario.A la semana ya es posible maquillar la zona para disimular los pequeños restos de hematoma que puedan quedar, e incorporarse a la vida socio-laboral normal.