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Centella asiática: antienvejecimiento 100% natural
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Centella asiática: antienvejecimiento 100% natural

Según la leyenda, los tigres de bengala curaban sus heridas revolcándose sobre un tapiz de plantas trepadoras. Una noche era suficiente para que éstas cicatrizaran por

Foto: Centella asiática: antienvejecimiento 100% natural
Centella asiática: antienvejecimiento 100% natural

Según la leyenda, los tigres de bengala curaban sus heridas revolcándose sobre un tapiz de plantas trepadoras. Una noche era suficiente para que éstas cicatrizaran por completo. Cuando un joven leñador se vio ante el desafío de sanar una profunda herida en su vientre en tan sólo unas horas para poder así casarse con su amada, decidió probar el “mágico” remedio de los felinos sobre sí mismo. Y funcionó...

Lejos ya de la fábula, esta “hierba de los tigres” es conocida comúnmente como Centella asiática, una planta originaria de la India cuyos beneficios se llevan empleando en la medicina tradicional oriental desde hace más de 3.000 años. Este remedio natural se impone en nuestros días como un efectivo tratamiento cosmético hidratante, antiarrugas y renovador de los tejidos, con gran poder cicatrizante.

Según explica a Vanitatis Antonio Parra, responsable de I+D y Control de Calidad de los Laboratorios Abad en San Sebastián, “la crema facial que hemos creado para Algologie International es un complejo antiarrugas 100% natural, sin aceite de parafina o silicona, basado principalmente en la Centella asiática”. La idea, añade Parra, “es hacer llegar al público general un producto concebido dentro del sector cosmético más profesional a partir de rigurosos estudios, pruebas testadas y controles exhaustivos, para que todo el mundo tenga acceso a estas cremas cuya eficacia está sobradamente contrastada. Por esta razón, nuestras cremas están disponibles en multitud de herbolarios y a un precio asequible”.

Convirtiendo la leyenda en realidad

La marca de cosmética natural Algologie International cuenta con más de 25 años dedicados a la investigación de las algas y al estudio de las propiedades de los productos marinos, para su posterior utilización dentro de la cosmética. Para la firma, la Centella asiática es una fuente inagotable de beneficios para nuestra piel. De esta manera, su crema está aconsejada para todo tipo de arrugas, incluso las más acusadas, como las marcas o imperfecciones de la piel provocadas por la edad. Aplicada por las mañanas, después de haber limpiado y tonificado el cutis, frena la evaporación del agua de los tejidos, evitando el contacto de la piel con la polución y demás agentes nocivos del medio ambiente. Acerca de las propiedades cicatrizantes de la Centella asiática, Antonio Parra expone que “aún no podemos asegurar que esta planta sea completamente efectiva en este sentido, aunque muchos estudios se esfuerzan por demostrarlo. No obstante, se ha descubierto que ejerce un gran efecto como preventivo contra la formación de estrías”.

Además del extracto de Centella asiática (en sí sumamente beneficioso), la crema hidratante antiarrugas de Algologie está compuesta por hidrolizado de proteínas de soja, colágeno, aceite de almendras dulces y aceite de onagra (que mantiene la hidratación y aporta mayor elasticidad a la piel del rostro). “No hay más que ver a las mujeres orientales, que mantienen su belleza casi intacta en contra del paso del tiempo. Y es que precisamente su alimentación se basa en algas y soja, lo mismo que nosotros hemos empleado en este producto”, comenta Antonio Parra. Esta base vegetal se combina finalmente con esencia de lavanda (no perfume) y agua desmineralizada para evitar irritaciones cutáneas. El resultado es un tratamiento prácticamente hipoalergénico, perfecto para todo tipo de piel, y cuya eficacia está avalada por los expertos, pero también por todas las mujeres que han comprobado ya sus beneficios.

Según la leyenda, los tigres de bengala curaban sus heridas revolcándose sobre un tapiz de plantas trepadoras. Una noche era suficiente para que éstas cicatrizaran por completo. Cuando un joven leñador se vio ante el desafío de sanar una profunda herida en su vientre en tan sólo unas horas para poder así casarse con su amada, decidió probar el “mágico” remedio de los felinos sobre sí mismo. Y funcionó...