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Cómo mantener el cuello y el escote radiantes
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Cómo mantener el cuello y el escote radiantes

Uno de los ‘caballos de batalla’ más habituales en medicina estética sigue siendo el tratamiento de áreas tan conflictivas como el cuello y el escote, el

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Cómo mantener el cuello y el escote radiantes

Uno de los ‘caballos de batalla’ más habituales en medicina estética sigue siendo el tratamiento de áreas tan conflictivas como el cuello y el escote, el primero, fundamentalmente relacionado con problemas de flacidez, y el segundo, con el del fotoenvejecimiento. Un número importante de mujeres descuidan esta área tan delicada en su rutina de cuidado diario de la piel. En estas zonas quizás no se hayan puesto nunca ninguna crema ni aplicado algún tipo de exfoliación y, lo que es peor, quizás ni siquiera se protejan del sol. Cualquier primer plano revelará los daños y perjuicios de tal negligencia. El cuello y el escote delatan fácilmente la edad, sobre todo si están deshidratados, mostrando arrugas y, cómo no, las temidas manchas solares.

La carencia de un cuidado apropiado y regular de la piel y el exceso de exposición al sol sobre el cuello y el escote causan sequedad y una reducción de la elasticidad. Este proceso de envejecimiento prematuro también se ve afectado por el empleo de productos alcalinos como jabones, que contribuyen a la pérdida de humedad. Muchas personas con una piel facial grasa no están dispuestas a aplicarse una crema hidratante sobre cuello y escote porque piensan que no lo necesitan, pero esta suposición es errónea. Los regímenes de cuidado de la piel no deberían terminarse en la barbilla.

Una de las características de la piel del cuello es que desarrolla tres tipos de arrugas diferentes. Las horizontales, también llamadas ’collar de Venus’, vienen determinadas genéticamente; las de la base del cuello son provocadas principalmente por el exceso de sol; y finalmente, las líneas muy finas están relacionadas con los cambios hormonales que se producen tras la menopausia y que se deben al adelgazamiento y pérdida de flexibilidad de la piel. En el escote destacan las verticales, debidas a la presión que se ejerce sobre la zona al dormir de lado.

Por todo lo anteriormente comentado, queda claro que “esta área tan delicada requiere de una rutina diaria de cuidado especial en casa, así como de un tratamiento periódico profesional para mantener su firmeza natural, prevenir la pérdida de humedad y mantener un aspecto, naturalmente rejuvenecido”, asegura el Doctor Moisés Amselem, Director Medico de la Clínica Francesa Dray de Madrid.

Por tanto, las recomendaciones dermo-cosméticas para estas zonas, según Amselem, son:

- Exfoliación diaria con Alpha-hidroxiácidos, con limpiadores que contengan ácido glicólico al 8%, láctico o la combinación de ambos.

- Hidratación con cremas que si son vehiculizadas por liposomas, consiguen mayor penetración. Además, dado que en estas zonas no se utiliza maquillaje, las cremas utilizadas pueden ser más espesas que las utilizadas para la cara.

- Protección solar. El cuello, el escote y las manos muestran el daño solar a edades tempranas, apareciendo manchas, elastosis o cáncer de piel.

-Retinol. Se trata de los ingredientes más poderosos para el cuidado de la dermis y clínicamente han sido probados para reducir líneas, arrugas y, más pretenciosamente, cánceres de piel. Los retinoles sólo deberían ser usados de noche por ser inactivados por la luz solar. Como puede ser irritante para la piel al principio, ha de ser usado sobre el cuello, el escote y el dorso de manos cada tres noches, durante dos semanas, luego cada dos noches durante dos semanas y, si es tolerado, diariamente. Como estas zonas son más sensibles que la cara, es preferible usarlo noche si, noche no. La rojez y descamación leve es normal durante el empleo inicial. 

Desde un punto de vista médico-estético, las posibilidades de abordaje más adecuadas según el doctor son:

- Peelings. Pueden ser de diversos tipos, aunque se recomienda que no sean muy agresivos porque, en este caso, desprotegen la piel y, aunque inicialmente aparezca un efecto de aclarado o uniformidad del aspecto de la piel en cuanto a manchas, al exponerse nuevamente al sol, éstas aparecerán de forma más precoz e incluso más intensa.

- IPL o Luz Pulsada Intensa. Mediante pulsos de luz se barre toda la zona de cara, escote, cuello y manos, eliminando o atenuando manchas, venitas y otras imperfecciones de la piel, a la vez que se contribuye a cerrar el poro y se consigue mayor luminosidad y tersura de la misma por el estímulo al colágeno. Se realiza una sesión cada tres semanas y no se puede exponer al sol un mes antes o dos meses después de realizar este tipo de tratamientos, siendo esto aplicable también a los peelings.

- Fillers o sustancias de inyección activas para la piel. A este efecto, la más recomendada es el ácido hialurónico de origen no animal: el Restylane Vital y el Restylane Vital White, cuya diferencia entre ambas sólo estriba en el tamaño de las partículas que componen el gel y, por consiguiente, en la densidad. Para el cuello se recomienda utilizar el primero y en el escote, el segundo. Ambos proporcionan a la piel hidratación, firmeza y protección frente al envejecimiento prematuro. Se recomienda realizar cuatro sesiones de infiltraciones de choque con estos productos, una cada 15 días y, de mantenimiento, una sesión cada tres o cuatro meses. Pero si de recolgar la zona de la papada se trata, el mejor es el Atlean, a base de Ácido Hialurónico y Fosfato Tricálcico.

Uno de los ‘caballos de batalla’ más habituales en medicina estética sigue siendo el tratamiento de áreas tan conflictivas como el cuello y el escote, el primero, fundamentalmente relacionado con problemas de flacidez, y el segundo, con el del fotoenvejecimiento. Un número importante de mujeres descuidan esta área tan delicada en su rutina de cuidado diario de la piel. En estas zonas quizás no se hayan puesto nunca ninguna crema ni aplicado algún tipo de exfoliación y, lo que es peor, quizás ni siquiera se protejan del sol. Cualquier primer plano revelará los daños y perjuicios de tal negligencia. El cuello y el escote delatan fácilmente la edad, sobre todo si están deshidratados, mostrando arrugas y, cómo no, las temidas manchas solares.