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Secuestros ‘a la carta’ para adictos a la adrenalina
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Secuestros ‘a la carta’ para adictos a la adrenalina

Recluidos a empujones, atados, amordazados y encerrados en un lugar tan oscuro como desconocido durante horas que se hacen largas como eones. Los secuestros pasan por

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Secuestros ‘a la carta’ para adictos a la adrenalina

Vivir la realidad de las aventuras prohibidas, que dentro de otro contexto resultan reprobables. Este es el reclamo empleado por los dueños de la empresa para vender el paquete básico de secuestro por 900 euros. El precio, que ni siquiera en su aspecto más low cost está al alcance de los que llegan a mileuristas, se eleva a medida que el secuestrado se ve envuelto en una historia más elaborada.

 

“Cualquier cosa es posible. Identificamos lo que quieren los clientes y tratamos de ponerlo en marcha”, asegura Georges Cexus, uno de los creadores. Para algunos de los que pagan, este secuestro es un modo de traducir a la vida real lo que antes han vivido en un sueño; otros simplemente quieren experimentar en sus propias carnes la escena de alguna película o serie de televisión. Piense en lo que vio anoche en CSI: a lo mejor hay una parte de su mente que jamás querría hacer pública, porque desearía vivir algo parecido a lo que sufrió alguno de los personajes accidentales de la serie aunque sin llegar a la muerte. Usted jamás será capaz de reconocerlo en público, pero para estos profesionales del crimen simulado casi nada entra en la lista de indeseables, ni un rapto en coche ni ser enterrado vivo.

 

No se puede regalar

 

La idea, que llega de Estados Unidos, parece estar funcionando. Hasta dos peticiones al día registra la empresa desde que abrió, pocas semanas atrás. El perfil del cliente es el de un alto ejecutivo aficionado a las actividades que supongan gran descarga de adrenalina. Personas que han practicado puenting, caída libre o paracaidismo y que, cansados de buscar emociones fuertes programadas, esperan que alguien les aporte experiencias más impactantes que un salto en el vacío calculado hasta el último segundo.

 

El personal de Ultime Réalité está entrenado por la propia compañía y procede en gran parte del mundo de la actuación. Los secuestros son grabados como recuerdo para el cliente, pero también para garantizar la seguridad. Además, las aventuras más peligrosas pueden contar con un bordercontrol con licencia para paliar, canalizar o directamente poner fin a la actividad, si los límites de lo pactado -o el aguante del cliente- han superado lo aceptable de acuerdo con las cláusulas del contrato que se firma antes de que empiece la acción.

 

Para evitar complicaciones, la empresa se reserva el derecho de rechazar las solicitudes que considere más peligrosas. Asimismo, sólo la persona que “suscribe la prestación” puede realizarla: los secuestros no pueden ser regalados, al contrario de lo que le ocurría al personaje de Michael Douglas en la película The Game. Todos los clientes tienen que presentar documentos que validen su aptitud física y psicológica.