Victorio & Lucchino: descubriendo el mercado asiático

En 1985 dos sevillanos se lanzaban de cabeza al mundo de la moda. Y lo hacían por la puerta grande, presentando su colección ni más ni menos que en Nueva York. Nacía así la firma Victorio y Lucchino, tras la que se esconden José Víctor Rodríguez Caro y José Luis Medina del Corral. Hoy, 26 años después de aquello, presentan su enésima colección en la pasarela Cibeles y han sabido adaptarse a los nuevos tiempos y llevar el diseño a otras áreas.

Han vestido a muchas mujeres y entre sus acérrimas seguidoras se encuentran féminas de la talla de la duquesa de Alba, con quien por cierto, mantienen una relación excelente pero aún así, dicen que la mujer que siempre han deseado vestir es “aquella cuyo sueño sea comprarse un vestido de Victorio y Lucchino”.

El próximo sábado día 19 de febrero los diseñadores andaluces presentan su nueva colección en la Cibeles Madrid Fashion Week, pero no es, ni de lejos, su único trabajo. Durante estos últimos tiempos se han adentrado en otros caminos del diseño que no sólo tienen que ver con la moda en el más estricto sentido de la palabra. “Nos gusta mucho el diseño y la decoración”, cuentan en conversación con Vanitatis.

Por eso se han embarcado en el proyecto de vestir la cama que presentaba la firma BioVital. “Era un reto, porque sólo podíamos recurrir a los tejidos naturales, así que aunque quieras dejar volar la imaginación, tienes que ceñirte a la naturalidad”, cuenta Lucchino. El resultado es una ropa de cama a base de lana y algodón y un cabecero en cuero y madera que lleva su sello personal.

A pesar de la crisis, y de que otros, como Elio Berhanyer han tenido que cerrar su atelier, ellos siguen capeando el temporal. En esto como en todo, hay que reinventarse. Para ello, los diseñadores proponen una vuelta al origen de los modistos, a la exclusividad, a esa pieza única creada para cada cliente con diseño, telas y patronaje personalizado.

Esta tendencia, cuentan, es lo más in en Asia, un mercado en expansión que puede ser el futuro. “En Japón la tendencia es personalizar los diseños”, cuenta Victorio. Por eso cada vez más empresas fijan su mirada en el continente. Ahora que ya están en medio mundo, y teniendo en cuenta la pasión por el flamenco y lo español en el país del sol naciente, Victorio y Lucchino tienen un gran campo de trabajo.

Pero pensar en todo eso vendrá después de Cibeles, después de que las modelos vuelvan a ponerse sus trajes y a hacer soñar a quienes siempre han deseado lucir algo de los modistos. Cuando se apaguen las luces será momento de volver a pensar en diversificar, en abrir camino a golpe de pespunte, de volante y de duende aquí o al otro lado del mundo, donde dicen, tienen una mentalidad de trabajo que deberíamos apreciar. Será esa la única forma de salir del atolladero.

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