Sarah Jessica Parker elige los vaqueros made in Spain
Pocos pueden presumir de convertir la excentricidad, que puede oler a cliché rancio, en modo de vida. José Castro lleva gafas de madera, gorro con plumas
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Pocos pueden presumir de convertir la excentricidad, que puede oler a cliché rancio, en modo de vida. José Castro lleva gafas de madera, gorro con plumas y un estilismo cuidadosamente descuidado. Habla una extraña mezcla de español con acento gallego y francés con la cadencia de un reloj. Dicen de él que ha sido llamado a renovar el anquilosado panorama de la moda española. Y parece que va cumpliendo su cometido, lejos de Cibeles, la pasarela en la que resultó ganador en 2009, y de las fiestas de postín, que suelen servir de salvoconducto en los complicados caminos del fashion business. Es un enfant terrible de la moda, del que John Galliano debería preocuparse. Un visionario. Todo un gurú.
Pocos pueden presumir de convertir la excentricidad, que puede oler a cliché rancio, en modo de vida. José Castro lleva gafas de madera, gorro con plumas y un estilismo cuidadosamente descuidado. Habla una extraña mezcla de español con acento gallego y francés con la cadencia de un reloj. Dicen de él que ha sido llamado a renovar el anquilosado panorama de la moda española. Y parece que va cumpliendo su cometido, lejos de Cibeles, la pasarela en la que resultó ganador en 2009, y de las fiestas de postín, que suelen servir de salvoconducto en los complicados caminos del fashion business. Es un enfant terrible de la moda, del que John Galliano debería preocuparse. Un visionario. Todo un gurú.