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Juan Sebastián Barberá, el Picasso mexicano del siglo XXI
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Juan Sebastián Barberá, el Picasso mexicano del siglo XXI

Puede que para algunos el nombre de Juan Sebastián Barberá no les resulte familiar, sin embargo, se trata de uno de los pintores mexicanos más importantes

Puede que para algunos el nombre de Juan Sebastián Barberá no les resulte familiar, sin embargo, se trata de uno de los pintores mexicanos más importantes y prolíferos del momento. Gracias a sus lienzos abstractos, sus líneas llenas de emociones y sus vibrantes colores, este artista del otro lado del charco ha conseguido colarse en la UNESCO, gracias a los grabados que un día ilustraron el libro ‘Casi un objeto’ de José Saramago.

El arte corre por sus venas. Su madre es clavicordia y su bisabuelo fue Jorge Juan Crespo de la Serna, uno de los críticos de arte más importantes de México y gran amigo de pintores como Diego Rivera o Frida Kahlo.

Las influencias de grandes de la pintura europea de principios del siglo XX se reconocen en sus lienzos a primera vista: Klimt, Picasso, Miró, Dali, Bacon, todos ellos mezclados con la nota colorista de la cultura tradicional mexicana.

En su obra se funden simbolismo, expresionismo y arte abstracto para crear lienzos que golpean al espectador en lo más hondo de sus sentimientos. “Mi pintura tiene que ver con el amor, la pasión, la perversión, con los temores del ser humano. Creo que vas más hacia el impacto emocional, hacia el centro de la mente. Te da un golpe y te atrapa.”

El próximo lunes 17 de octubre, Juan Sebastián regresa a Madrid con Fracturaciones (Galería de Arte Amador de los Ríos), una exposición basada en la ruptura y el abandono de una estructura en oposición al concepto de armonía que promete sorprender a todos los visitantes.

Puede que para algunos el nombre de Juan Sebastián Barberá no les resulte familiar, sin embargo, se trata de uno de los pintores mexicanos más importantes y prolíferos del momento. Gracias a sus lienzos abstractos, sus líneas llenas de emociones y sus vibrantes colores, este artista del otro lado del charco ha conseguido colarse en la UNESCO, gracias a los grabados que un día ilustraron el libro ‘Casi un objeto’ de José Saramago.