Caras conocidas, cante jondo y un vestido de novia, en la tercera jornada de MBFW Madrid

El diseñador vasco Ion Fiz ha abierto esta mañana la tercera jornada de MBFW Madrid con una colección en la que ha predominado la sastrería en gris, azul cobalto y ese tándem preppy en camel y blanco que tanto estamos viendo sobre la pasarela estos días. Delicadeza extrema, como viene siendo habitual en sus colecciones, esta vez con plisados, cuellos de piel chaquetas combinadas con finas blusas y vestidos de corte ejecutivo. Prendas fieles al concepto que da nombre a su colección ‘Sui géneris’, algo único en su tipo.

Gracias a Fiz, además, hemos tenido la oportunidad de ver a la primera novia del certamen. Un fabuloso vestido nupcial romántico y muy bohemio que ha causado sensación entre el público.

Tras él, Sara Coleman mostraba su colección a través de parejas de modelos que lucían un toque punk en ligeros cardados y botines, combinados con prendas de estampados geométricos. La diseñadora nos ha presentado su colección más ecléctica, dejando atrás el uso del color de forma monocroma. Un  Otoño-Invierno policromático y muy luminoso, caracterizado por la riqueza de tejidos naturales y los prints sobre gasa, creando contrastes en un perfecto equilibrio. Una colección de estilo propio y atemporal que nos ha sorprendido con la introducción de la nueva línea de bolsos ‘SaraColeman_Organic Design’.

Nuria Roca, Beatriz de Orleans, Raquel Sánchez Silva, Miguel Ángel Silvestre, Blanca Suárez, Álex González, Javier Cámara, Ana María Polvorosa, Pepón Nieto, Carlos Areces… y por supuesto Bibiana Fernández, Alaska, Mario Vaquerizo y Topacio Fresh, incondicionales de David Delfín. Nadie quiso perderse el desfile del popular diseñador. Su musa, Bimba Bosé, abrió y cerró la presentación. Primero de blanco impoluto y después en un ‘total black’ con velo de encaje. Los ases de corazones y las rosas rojas de punto hecho a mano pusieron la nota de color a un desfile excesivamente corto que abusaba del blanco.

Vestidos vaporosos y con mucho vuelo en tonos tierra y pastel, muy suaves, es la propuesta de Juanjo Oliva de cara a la nueva temporada invernal. Monos ajustados con capa y estolas de piel, que definitivamente serán un must have en nuestro armario cuando empiece a llegar el frío. Escotazos de vértigo y trajes metalizados con estampados florales que se funden con otros más claros.

Para acabar la mañana, Amaya Arzuaga volvió a recurrir a la sobriedad del negro, inspirándose en la evolución del rectángulo. A través de materiales como el neopreno, la lana o el cuero elástico, la diseñadora pretende vestirnos con prendas acolchadas y oversize. Faldas de corte sirena, amplios jerséis de colores combinados con joggers, vestidos con juegos de volúmenes y mangas anchas. Para el pelo, coletas con mechones teñidos. De su desfile, lo que más ha llamado la atención ha sido la vuelta del hombre Arzuaga. Las propuestas masculinas han recibido una gran ovación sobre la pasarela madrileña.

Tarde flamenca

Duyos nos despertaba de la siesta con un auténtico tablao flamenco a pie de pasarela. Un desfile ambientado por el cante jondo en directo en el que hemos podido ver grandes sombreros de ala ancha, piel, sedas y satenes envejecidos en tonos vino, naranjas y rosas. Un otoño-invierno colorido y lleno de ritmo, inspirado en siluetas de baile y en la alegría y sensualidad españolas.

En un contexto desordenado y contradictorio, la forma se vuelve orgánica, la mezcla arriesgada y el concepto utópico. Para contrarrestar el ruido, Devota & Lomba ha presentado esta tarde una colección que conectaba con la infancia a través del juego. Bicolor y tonos envejecidos para una colección que aplica los objetos de cuando éramos niños en clave de moda mediante prendas que detienen el tiempo y crean uno nuevo.

La jornada terminó en manos de Ágatha Ruiz de la Prada, que una vez más nos presentó la alternativa más colorida y divertida a un invierno gris y triste. Sobre la pasarela, las modelos desfilaron con excéntricas caretas con el característico corazón de la firma. Mucho color y zapatos metalizados rosas, verdes y azules como único complemento, y propuestas tan dispares como un vestido muelle de graciosos movimientos, espumillón navideño a modo de estola, trajes con forma de maceta y mucho ‘flower power’.