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La cerveza… ¡que te la den con queso!
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La cerveza… ¡que te la den con queso!

Hemos oído muchas veces eso de "que no te la den con queso", pero pocos saben que este dicho popular viene de la costumbre de algunos

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La cerveza… ¡que te la den con queso!

Hemos oído muchas veces eso de "que no te la den con queso", pero pocos saben que este dicho popular viene de la costumbre de algunos bodegueros de ofrecer queso antes de dar a probar los vinos mediocres, porque el fuerte sabor de este alimento impide degustar en su plenitud dicha bebida. La cerveza, en cambio, por su capacidad de limpiar el paladar consigue una armonía perfecta con los quesos.

Dentro del amplio abanico de variedades de cervezas, encontramos una perfecta para cada queso, cada momento, cada persona. Igual que pasa con otras bebidas como son el vino o los gin tonics, existe todo un ritual de ‘perfect serve’ para las cervezas, que va desde la temperatura de servicio, hasta los recipientes adecuados para cada variedad. Además, esta bebida ofrece multitud de matices y posibilidades para degustar con todo tipo de platos, por eso tiene mucho que aportar en cualquier momento gastronómico. Sin embargo, no siempre se cuida su servicio como se merece.

¿Sabías que la cerveza debe servirse en una copa de cristal fino? ¿Que la copa debe estar fría pero nunca congelada porque apaga el sabor de la cerveza y afecta a la formación de la espuma? ¿Sabes reconocer cuando en un local de hostelería te sirven una cerveza perfecta? Gracias a Cerveceros de España aprendemos algunas claves para distinguir una caña perfecta y ‘que no nos la den con queso’ cuando nos la sirvan. Por su parte, el chef Ángel León de Aponiente y el sumiller Juan Muñoz nos indican los mejores maridajes entre este preciado oro líquido y los mejores quesos nacionales.

¿Cómo se sirve una cerveza perfecta?

1. Elegir el recipiente adecuado

El recipiente perfecto para servir una cerveza es el de cristal fino, para percibir mejor el color y el brillo. En el caso de las copas, el agarre por la caña evita que la cerveza no gane temperatura y se caliente. Además, por su abertura, favorecen el desarrollo del carbónico.

2. Buen servicio de caña y botella

Los recipientes deben estar fríos pero nunca escarchados o congelados por lo dicho anteriormente. Es aconsejable humedecer el vaso para eliminar posibles restos de detergente o abrillantador y favorecer que la cerveza resbale por el interior evitando que el líquido explosione contra el cristal y pierda parte del carbónico.

En España solemos tomar la cerveza bien fresca. La temperatura de servicio recomendada puede oscilar entre los 5-10 grados, dependiendo del tipo de (más fría para las cervezas más ligeras y sin alcohol y más templada para las cervezas de mayor cuerpo).

Paso a paso: Situar la copa o vaso bajo el caño con una inclinación de 45 grados para que la cerveza se bata suavemente con el fondo y permita la formación de espuma. Esta debe resbalar por el interior del recipiente sin provocar espuma y cuando se haya llenado el vaso en sus tres cuartas partes se endereza hasta que se queden unos 2 centímetros para llegar al borde y entonces se corta el grifo. Si se desea obtener una cerveza con espuma de aspecto compacto, este procedimiento se debe hacer en varios tirajes, dejando reposar el líquido entre ellos.

La espuma mantiene los aromas y el sabor de la cerveza y permite una liberación del carbónico más lenta. Se recomienda servir la cerveza siempre con espuma, preferiblemente de un mínimo de 1,5 centímetros de grosor.

Armonías de queso y cervezas

Las cervezas lager, ligeras y frescas, combinan con los quesos jóvenes de vaca donde predominen las texturas blandas o semiblandas, ya que neutralizan bien la grasa y la acidez del queso, consiguiendo una perfecta armonía entre bebida y comida. A medida que los quesos ganan maduración y son más añejos, requieren también de cervezas de mayor grado, cuerpo y aroma. Los quesos de vaca añejos combinan bien con las cervezas negras y los quesos pastosos con las cervezas aromáticas.

En general, la mayor parte de las afinidades entre cervezas y quesos se dan con los de vaca. Aunque uno de nuestros quesos más característicos, el manchego curado de oveja, también ofrece perfectas armonías con algunas variedades de cervezas. Especialmente con las de abadía, donde predominan los matices florales y frutales de la manzana que contrastan con las notas ligeramente ácidas y picantes de este queso.

Algunas propuestas para acertar combinando cervezas y quesos:

Tronchón-cabra con lager especial

La cerveza lager especial, por su cremosidad y notas de ahumados leves es ideal para acompañar la acidez de este queso histórico.

Afuega el Pitu con lager extra

Una cerveza cremosa y frutal como la lager extra controla y equilibra esta variedad de queso de final picante e intenso.

Mahón con lager extra

El queso de Mahón, intenso y cremoso, con notas muy lácteas consigue un perfecto equilibrio de sabores con una cerveza de carácter y cuerpo como las lager extra.

Queso de abadía con lager negra

Un queso ‘de los de antes’, cremoso, intenso y con pasta lavada que expresa unos aromas muy potentes con un fondo lácteo dulce consigue una excelente armonía con las cervezas de tipo lager negra; robustas, tradicionales, donde el regaliz y los torrefactos equilibran y aportan acidez y frescura.

Hemos oído muchas veces eso de "que no te la den con queso", pero pocos saben que este dicho popular viene de la costumbre de algunos bodegueros de ofrecer queso antes de dar a probar los vinos mediocres, porque el fuerte sabor de este alimento impide degustar en su plenitud dicha bebida. La cerveza, en cambio, por su capacidad de limpiar el paladar consigue una armonía perfecta con los quesos.