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¿Es posible asear a tu perro sin que se convierta en un drama?
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¿Es posible asear a tu perro sin que se convierta en un drama?

El verano también es duro con ellos. El calor obliga a cortar melenas, a remojones constantes y a rociados de manguera. ¿Cómo evitar que sea un infierno?

Foto: © Sophie Gamand
© Sophie Gamand

El verano también es duro con ellos. El calor obliga a cortar melenas, a remojones constantes y a rociados diversos de manguera. Y todos sabemos que el momento del bañoes, para cualquier miembro de la comunidad perruna, el infierno hecho realidad. Da igual el tamaño del can en cuestión, que, con contadísimas excepciones, correrá a esconderse en cuanto oiga que el grifo de la bañera se ha encendido con aviesas intenciones.

La fotógrafa norteamericana Sophie Gamand ha elegido precisamente este momento de máximo desamparo animal para convertirlo en una serie de impactantes imágenes titulada Wet Dogs. En ella muestra ese momento de conexión casi humana en el que el perro pregunta a su dueño con la mirada: “Tu quoque, Brute?”. O su traducción al lenguaje actual: "¿Qué te he hecho yo para que me metas en esta movida?".

"Mi interés por los perros surgió por casualidad", explica la fotógrafa. "Quería hacer un documental y entré en una clínica veterinaria. Había un perro en la sala de espera que estaba tan preocupado y fuera de lugar que parecía humano. Decidí explorar todo lo relativo a la integración de estos animales en nuestra vida urbana". Casi de forma inmediata, Sophie se implicó en proyectos solidarios como Striking Pawsy de su colaboración con ellos nació otra serie mucho más dura, Dead Dog Beach.

"Me interesaba el mundo del aseado de perros y la forma en que alteramos su apariencia con un simple corte de pelo. Parecía una metáfora del paso de animal salvaje a mascota domesticada. Me instalé en el estudio de Rubén Santana en el Bronx y fotografié todo lo que sucedió allí durante 11 horas. Fue agotador pero creativamente muy estimulante. Dejé que Rubén hiciera su trabajo y yo solo saqué fotos de todo". Hizo toda la sesión de fotos de la serie Wet dogs ese mismo día. Con ella ha ganado el primer premio de los premios Sony World Photography y en 2015 se convertirá en un libro.Puedes seguir su trabajo en Twitter, Instagramy Facebook.

"En mi opinión, los perros dejaron de ser animales hace mucho tiempo y a través de mis fotos lo que intento es mostrarles tal como realmente son: seres complejos con personalidades y emociones", señalaGamand. Después de todo, son el primero y más sorprendente ejemplo de selección artificial de la historia de la humanidad. "El hombre los creó para propósitos que no podían cumplir otros seres humanos. Así que imagino que para ellos somos dioses. Lo dictamos todo en sus vidas. Nos temen, nos aman y nos admiran. Hemos dado forma a una especie entera, la hemos sometido para que cumplan con nuestros deseos y necesidades personales", señala.

"Peroel hecho de que los creáramos debería obligarnos a sentirnos responsables de ellos. Pero, como los dioses de la mitología griega, tendemos a jugar con ellos y a cruzar los límites con ellos. Les queremos un montón, pero también disfrutamos riéndonos de ellos (en internet hay miles de fotos que hacen burla de sus situaciones cotidianas) y de las lamentables pintas que tienen cuando los bañamos". Eso es precisamente lo que capta en la serie Wet Dogs, cuyas fotos se pueden comprar aquí.

1. No llenes la bañera ni le metas en un barreño conagua como se ve en los idílicos anuncios oen las películas de Hollywood.Esos perros están entrenados; el tuyo no. El contacto del agua con las patas le va a producir inquietud y le va a llevar, previsiblemente, a moverse mucho más. Utiliza siempre la alcachofa de la ducha o de la manguera para humedecerlo y aclararlo.

2. No utilices cualquier cosa para enjabonarlo. Prohibidos los detergentes: son muy agresivos con el pelaje y pueden producir reacciones alérgicas. Lo mejor es que lo hagas con un champú específico para perros, porque tienen un pH diferente al de los humanos. Aplícalo dos veces, y, si quieres un pelaje brillante y fácil de cepillar, dale una última mano de acondicionador.

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© Sophie Gamand

3.Empieza siempre por la zona trasera, aplica el jabón por partes y aclara.Cuando te acerques al cuello y la cabeza llega el momento de la verdad. En cuanto note el agua en esa zona la sacudida en zigzag está asegurada. El truco para evitarlo reside entaparle las orejas y los ojos con las manos antes de ponerle bajo el chorro de agua.Si padece de problemas de los oídos, ponle además un poco de algodón a modo de tapón para que no se cuele el agua.

4. Mantén siempre el contacto con él: una mano firme en el lomo es la forma de controlarle, pero también de calmarle. Cada vez que le dejes de tocar tenderá a sacudirse y te duchará a ti de paso.

5. Antes de sacarle del baño, sécale bien con una toalla porque otra vez va a intentar sacudirse. Procura que la alfombrilla sobre la que le coloques tenga antideslizante para no acabar montando un numerito digno de película de dibujos animados.Puedes intentar quitarle la humedad con un secador con aire templado o simplemente dejar que se sacuda y frote la espalda contra tu sofá y tu mobiliario. Eso depende del cariño que le tengas a tu perro y a tus enseres. Si quieres evitarlo, solo te queda dejarle salir a la calle o al jardín para que termine el proceso de secado al aire.

El verano también es duro con ellos. El calor obliga a cortar melenas, a remojones constantes y a rociados diversos de manguera. Y todos sabemos que el momento del bañoes, para cualquier miembro de la comunidad perruna, el infierno hecho realidad. Da igual el tamaño del can en cuestión, que, con contadísimas excepciones, correrá a esconderse en cuanto oiga que el grifo de la bañera se ha encendido con aviesas intenciones.

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