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36 horas por la Ruta del Vino de Rueda
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36 horas por la Ruta del Vino de Rueda

Aquí se juntan los placeres de la buena mesa con un impresionante patrimonio arquitectónico y cultural. Es un viaje corto pero intenso. En busca de la reina Isabel.

Foto: © Miguel Ángel Muñoz Romero
© Miguel Ángel Muñoz Romero

El otoño, cuando el invierno aún no hallegado pero la temperatura es confortablemente baja para que, al caer la noche, el calor de un buen fuego sea sentida como una bendición, es la época ideal del año para buscar y encontrar destinos perfectos de escapada. Viajes cortos pero intensos en los que no nos falte de naday que estén cerquita, a un golpe de volante. Pues eso lo tenemos en la Ruta del Vino de Rueda, donde, desde los muchos placeres de la buena mesa a un viaje en el tiempo de la mano de un impresionante patrimonio arquitectónico y cultural, todo se alía para que tengamosun gran viaje en un fin de semana cualquiera. ¡Que comience!

EL SÁBADO POR LA MAÑANA

Aparcamos nuestro vehículo -las conexiones por carretera y ferrocarril con el resto de España son excelentes-en Rueda, el epicentro de la Ruta, la razón de ser de este recorrido por esta tierra al sur de Valladolid bañada por el Duero y donde a cada vistazo asoma un castillo, un pueblo castellano sacado de un viaje por el tiempo y, desde luego, majuelos de cepas y más cepas de uva verdejo, coronados por bodegas de todos los estilos. De unos años a esta parte, Rueda se ha lavado la cara al calor del merecido triunfo de sus vinos blancos fuera y dentro de España, y por eso sus calles, llenas de casas molineras de los siglos XVI y XVII, lucen como nunca: un conjunto arquitectónico al que solo hace sombra la espectacular maravilla barroca que es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.

Las bodegas se reparten por el interior de Rueda -ahí están, por ejemplo, las del Grupo Yllera, que tienen como atracción El Hilo de Ariadna, una senda que se introduce durante más de un kilómetro a veinte metros en el subsuelo de Rueda y que es un recorrido por la historia del vino- y en sus accesos, caso de PradoRey, con una estupenda tienda y un no menos destacable restaurante, las Bodegas Aura yen el cercano pueblo de La Seca, las de Javier Sanz Viticultor.

En todas ellas hay degustación de sus vinos y buenas ofertas; y para descansar del paseo por Rueda y por sus bodegas y recuperar fuerzas, no hay que salir de la villa: Casa Lola(Calle Santísimo Cristo, 128. Tel. 983 868 023) es un paraíso para foodies y gourmets que, además de poder regalarse la mejor cocina tradicional a unos precios muy razonables, pueden llenar las alforjas -o el maletero- de delicatessen en la que es una de las mejores tiendas gourmet de todo Castilla y León.

EL SÁBADO POR LA TARDE

A Medina del Campo, a solo doce kilómetros de Rueda, no le hacen falta muchas presentaciones, solo sea por el tremendo éxito televisivo de la serie de TVE Isabel: y es que Isabel la Católica, que reinó sobre España y murió en Medina, es solo el más conocido de los reclamos turísticos de una ciudad -pequeña, pero ciudad- por la que se paseó en su día Colón y donde el Castillo de la Mota, el Palacio Real Testamentario o la Colegiata son razones de sobra para descubrirla, y a la que los cinéfilos de todo el país tienen muy presente gracias a su Semana del Cine, que cada año allá por el mes de marzo llena la ciudad de los mejores cortometrajes del país.

Para sentarse a comer como un auténtico rey católico hay varias opciones, todas recomendables y cortadas por un patrón similar: excelentes materias primas (los clásicos son el lechazo o el cochinillo, ambos asados en horno de leña, las lentejas de La Armuña y los garbanzos de Fuentesaúco, o las setas y hongos del otoño: los níscalos son un auténtico manjar), respeto por la tradición gastronómica de la zona y precios contenidos. Para comprobarlo, basta con acercarse al Continental (plaza Mayor, 15, 983 80 10 14), con su legendario horno de leña, el Villa de Ferias (Avenida del Quinto Centenario, 4. Tel. 983 802 700) o la Tapería de la Plaza (Plaza Mayor, 34. Tel. 983 81 22 69), muy popular entre los medinenses.

También hay en Medina buenas bodegas que merecen una visita -en Emina Rueda hay varias actividades de lo más interesante: 'cosmeticatas', catas que maridan los vinos de la bodega con los cosméticos Esdor, visitas a la bodega para toda la famiila... Y como en la Ruta hay actividades para todos los gustos, una sugerencia para ya darlo todo: una 'Antiestrés Chocolat Terapia'en el Hotel Balneario Palacio de las Salinas (Carretera de Las Salinas, km 4. Tel. 983 804 450), una maravilla modernista de comienzos del siglo pasado donde hay todo tipo de tratamientos termales.

EL DOMINGO POR LA MAÑANA

Como nos hemos despertado mecidos por el sonido del Duero en el Parador de Tordesillas (Carretera de Salamanca, nº5. Tel. 983 770 051), allí mismo disfrutaremos de las primeras horas de nuestro último día de escapada. Hay que ir a la Plaza Mayor, una tradicional plaza porticada repleta de bares que rebosan de visitantes y locales en las mañanas de los domingos, para tomar el aperitivo: buen vino acompañado de tapas del lugar. En Tordesillas fue donde Juana la Loca perdió la razón y donde también, como si de un suceso de Juego de Tronos se tratase, el mundo se partió en dos cuando se firmó el Tratado de Tordesillas y españoles y portugueses se quedaron cada uno con la mitad del planeta: ahí han quedado como testigo Las Casas del Tratado.

placeholder © Miguel Ángel Muñoz Romero

El otoño, cuando el invierno aún no hallegado pero la temperatura es confortablemente baja para que, al caer la noche, el calor de un buen fuego sea sentida como una bendición, es la época ideal del año para buscar y encontrar destinos perfectos de escapada. Viajes cortos pero intensos en los que no nos falte de naday que estén cerquita, a un golpe de volante. Pues eso lo tenemos en la Ruta del Vino de Rueda, donde, desde los muchos placeres de la buena mesa a un viaje en el tiempo de la mano de un impresionante patrimonio arquitectónico y cultural, todo se alía para que tengamosun gran viaje en un fin de semana cualquiera. ¡Que comience!

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