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Chaouen, el pueblo índigo que no quiso un McDonald's
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Chaouen, el pueblo índigo que no quiso un McDonald's

Chefchaouen es de esos lugares en el mundo que a uno le llama la atención en las fotos. Un pueblo muy azul escondido en el valle del Rif. Lleno de sorpresas

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Chefchaouen es de esos lugares en el mundo que a uno le llama la atención en las fotos y desde que ve la primera instantánea, no para de investigar hasta dar con él. Este pueblecillo enterrado en las montañas del Rif, cuyo nombre significa "mira a los picos", distrae la atención de los mas bucólicos y muchos de los que llegan no vuelven a bajar nunca más su ladera. La villa está enclavada en la falda de una cadena montañosa, fue bereber en su origen, en 1.471;luego acogió a muchos exiliados judíos y musulmanes de Al Ándalus, y por eso, su apariencia es tan similar a la de muchos pueblitos andaluces, con sus estrechas e irregulares callejuelas, sus casitas encaladas y su empedrado desigual.

El reclamo turístico es talque pronto los americanos quisieron instalar un McDonald's, pero la adversidad que mostró el pueblo al proyecto hizo que inmediatamente los empresarios desistieron de su cometido. Los rifeños prefieren chamizos más modestos como Chez Aziz, con precios marroquíes,y donde los bollitos salidos del horno aún huelen a canela.

TURISTAS COMOPAUL BOWLES,FARAH DIBA O RICHARD NIXON

Paul Bowles solían acudir a Xauen, como también se dice, para encontrar el silencio y olvidar la tumultuosa Tánger. Assiz Begdouri, uno de los expertos en turismo marroquí mas prestigioso, explica a Glamouratis que "Xauen sigue conservando su atmósfera de pueblo de media montaña.A finales de los años 60 venían a instalarse los poetas malditos de la beat generation", atraídos por su magia y por el misterio que le daba el ser una ciudad que estuvo cerrada a los extranjeros hasta 1920". Assiz expresa la fascinación que ha supuesto para personalidades como la princesa Farah Diba o Richard Nixon, a los que acompañó para ver uno de sus amaneceres en el monte de los Dos Cuernos. El término laid back, ese que define una cultura de vida pausada y mente abierta,es la pura descripción de Chaouen.

MEDINA ESCANDALOSAMENTE AZUL

Melodías rápidas y vivaces nos llevan a la Medina. Toda ella de un tamaño abarcable, tiene el olor espeso de las especias. Hayquesos, alfombras, placitas con palmeras, té moro, chilabas, bordados, afrodisíacos, mezquitas y alfareros. La atracción consiste en pasear porsus callejuelasy tomar fotos hasta la saciedad. En todas aparecerá un gato:sus escarpadas cuestas están plagadas de felinos adormecidos. Cualquiera que llegue a Chaouen estáobligado a contagiarse de los olores de sus guisos recién hechos saliendo de los tejados de las viviendas. Su arquitectura no defrauda y no desmerece su fama. Es tan azul como en las fotos, tan enigmática y tan bonita y tranquila como cuentan. Hay muchísimas escaleras y miles de artículospara comprar. Y cuando uno considera que ya lo ha dado todo, siempre nos queda La Plaza Uta.

TAJINE, TÉ A LA MENTA,ZUMO DE NARANJA Y MUCHAS ALFOMBRAS

El Hammam, en el centro de la medina, para buscar un sitio donde cenar. Allí el tajine, de ternera, ciruelas y almendras, resucitará el espíritu del viajero. Si alguien quiere desayunar también puede hacerlo bebiendo uno de los muchísimos tés a la menta que ofrecen los rifeños. Los ágapes son sencillos pero muy sabrosos: zumo de naranja enorme y muy rico, sin mezclar con agua, tostada o crepe, mantequilla, mermelada de albaricoque y queso blanco. Luego se continúa el paseo. Los marroquíes, en general, no quieren ser fotografiados;las mujeres son muy esquivas, tienen mirada desconfiada. Los hombres son más lanzados y ofrecendesde chocolata buenas alfombras.

Ellos mismos te llevan a alguna de las cooperativas bereberes que pueblan la kasbah: un sitio donde están los telares. Allí dentro explican cómo se fabrican estos enseres de forma artesanal. Las alfombras son cosa de mujeres,las hacen con seda de cactus que tejen con una aguja de cedro. La seda de cactus es antialérgica, no la prende el fuego y encima pesa poco;toda una costumbre milenaria. Una alfombra rifeña puede llevar todo un año de trabajo.Los hombres, por su parte, hacen mantas de lana y chilabas. Otro delicioso espacio del ir y venir de Chaouen es El rincón de Said. Su dueño pinta figuritas y muebles de madera, escayola y cristal. El local es como la cueva de Alí Babá: tiene todo tipo de cacharros, pero lo mejor es lo que él decora. Y también que no te intenta vender nada, costumbre que impera en casi todo Marruecosde "compre:bueno bonito y barato".

ESPECIAS Y ACEITE DE ARGÁN

El pueblo índigo le da color a sus ojos con el khol. Este tinte lo utilizan las mujeres marroquíes para embellecer su mirada. Es negro y protege de varias enfermedades oculares, mientras que el de colores no tiene ninguna propiedad curativa y solo sirve para que los turistas los coloquen en los botes de cristal y disfruten de la rica gama de tonos. Al lado en la repisa, reposa el codiciado aceite de argán que rejuvenecerá la piel de cualquier mortal europeo. The argan magicen le Petit Socco,este es el lugar ideal para las compras de cosméticos y especies naturales. Todo en Xauen es incandescente. Y su olor invita al regreso. A ese volver a la ciudad que se extiende entre dos montañas, como dice Assiz, "la prohibida para los cristianos, hoy santa para los musulmanes". Unfestival de azules, añiles y rosados: el brazo de Europa en África.

Chefchaouen es de esos lugares en el mundo que a uno le llama la atención en las fotos y desde que ve la primera instantánea, no para de investigar hasta dar con él. Este pueblecillo enterrado en las montañas del Rif, cuyo nombre significa "mira a los picos", distrae la atención de los mas bucólicos y muchos de los que llegan no vuelven a bajar nunca más su ladera. La villa está enclavada en la falda de una cadena montañosa, fue bereber en su origen, en 1.471;luego acogió a muchos exiliados judíos y musulmanes de Al Ándalus, y por eso, su apariencia es tan similar a la de muchos pueblitos andaluces, con sus estrechas e irregulares callejuelas, sus casitas encaladas y su empedrado desigual.

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