Un hotel en cada capital europea
Atención a los nombres: Fabric, Ampersand, Ribeira Tejo, Aitana y Life. ¿Averiguarías dónde están? Nos vamos de Erasmus a nuestra manera nueva por la vieja Europa.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fb6f%2Ff5b%2F12f%2Fb6ff5b12fe12c63697457432987543a5.jpg)
El hotel Fabric, con su pasado obrero, como sacado de una película de Ken Loacha la parisinay con la desbordante imaginación de Tim Burton, por eso de las máquinas e ingenios de taller. El Aitana en Ámsterdam para confirmar una vez más nuestra fe en la impostura, las flores y Van Gogh. El Ampersand de Londres, que nos volverá más británicos de lo que somos y con más ganas aún de pastas y té, y ese gusto por la decoración que nos deja sin argumentos. Y luegoel Ribeira Tejo, que como está en Lisboa no puede ser otra cosa que lisboeta,con todo lo que esto es,casa de huéspedes además y muy literaria. Para terminar en el Life de Madrid, que está dando, no pidiendo, más madera, yhuele a nórdico. Recorremos Europa, de hotel en hotel.
HOTEL FABRIC, EN PARÍS
El barrio Oberkampf tiene, como tantos barrios modernos de hoy, un pasado obrero. Y ya sabemos lo que gustan las paredes de ladrillos, los enormes ventanales y ese espíritu de hangar donde una vez se pudo reparar un avión. El hotel Fabric cuenta la revolución industrial a su manera y en París. Hay mucha bohemia entre algunaque otra ferretería y mercería. Cuatro plantas de hotel de barrio, como de barrio son ahora el arte y los chefs, y 33 habitaciones en las que se impone el mueble de fábrica, tanto como las preciosas telas de los huertos antiguos de Ménilmontant, donde, por cierto, descansan en paz Jim Morrison y Edith Piaf (cementerio de Père-Lachaise), por no hablar de Apollinaire, Modigliani u Oscar Wilde; mucho artista maldito por allí. Pero nuestro hotel está en el 31 de la rue de la Folie Méricourt (en pleno Oberkampf, tan de moda). No verás grandes monumentos, pero sí muchas tascas, artisteo y callejas para patear.
Donde hubo un taller hay servicios a la carta:una sauna marroquí, un entrenador deportivo ouna amplia variedad de masajes. Por lo demás, el muy textil Fabric está pensado para los amantes de la tecnología: un iPad a su disposición para navegar en libertad, una jukebox táctil para escuchar música;esas cosas. Del gimnasio: hay una sala de fitness y yoga totalmente equipada. Y de la vida en general: un espacio consagrado al té y el café por la tarde, y una invitación a venir a redimirse.
HOTEL ROOM MATE AITANA, EN ÁMSTERDAM
La Aitana de Alberti (su niña Aitana) en la otra ciudad de los canales, la Venecia del Norte, o sea, Ámsterdam, donde hasta el sol sale mientrasllueve. Es el nombre que el maestro de ceremonias Kike Sarasola le ha puesto a este hotel que alarga su cadena y que se encuentra en una isla artificial del río IJ (IJdok, 6), no lejos de la Estación Central y de la Plaza Dam, desde donde partir hacia el Leidseplein, el Montmartre de aquí, y llegarpor fin hasta Van Gogh y su museo,el obligatorio Rijksmuseum (para llenar los ojos) o la casa de Ana Frank.
El Room Mate Aitana parece estarahí, desde hace tan solo un año, para jugar: el interiorista Tomás Alía ha puesto las asimetrías y el color. Vayamos al mercado flotante de las flores, al barrio rojo y caigamos en la tentación de loscoffee shops. Después, haremos el descanso del guerrero en este hotel con vocación marinera que ofrece amarres para barcos de recreo, bicicletas de alquiler y habitaciones con grandesvistas.
THE AMPERSAND HOTEL, EN LONDRES
Es un edificio victoriano salvando las distancias -las que van de entonces a ahora-, esto para empezar. De escalera de película, papel pintado, lámpara de araña y suficiente sofisticación y extravagancia. El diseño ha hecho de las suyas, salta a la vista: en las habitaciones, en el restaurante El Apero, de cocina mediterránea (en el sótano, con arcos y de ladrillo), y en la sala de juegos, presidida por un apetecible billar, donde cualquiera querría ser por lo menos juguetón.
Estamos en el Londres de South Kensington (10 Harrington Road), a cuatro pasos de Harrods, a tres del Albert & Victoria Museum y a dosdel Museo de Historia Natural, que parece haberse colado en el hotel. Este ha aprovechado para hacersuyas la ornitología, la botánica y también la astronomía y la música (atención a los estampados, a los cuadros que se suben por las paredes ya la decoración). The Ampersand es también, como la de E.M. Forster en Florencia, 'una habitación con vistas'. No todas, pero síalgunas de las 111, que como número no está nada mal. Por supuesto, el té se sirve a las cinco.
RIBEIRA TEJO BOUTIQUE GUESTHOUSE, EN LISBOA
Lisboa llega al alma y esto es así, antes incluso de que el fado empiece a doler y te hablede nostalgias. Esta ciudad enamorada del Tajo, vieja porque sí, espera siempre al viajero como en un andén. Lo sabe Pessoa, el multipoeta (por lo heterónimos), sentado para siempre en A Brasileira, que no es un café sino una institución para todos lo que vienen a perderse en este laberinto donde lo que más importa es el tranvía, donde hay una torre de Belém, aun sin ser Navidad, y donde se acaba de llegar y ya se quiere volver.
Nada mejor que la casa de huéspedes Ribeira Tejo (Travessa de Sâo Paulo, 5), recientemente renovada, para dejarse querer. Tiene esa cosa tan de Lisboa que no se puede explicar: una decadencia que el tiempo cura y unos azulejos sobrados de leyenda en azul. Además, muebles antiguos y suelos de madera. Se siente el piano que no hay. Desde la quinta planta, el Tajo se muestra inmenso y se ven los barcos pasar. El desayuno es casero. Y está a diez minutos del corazón que es laPraça do Comércio.
HOTEL LIFE,EN MADRID
Se han propuesto que el que pase por aquí tenga una experiencia con los cinco sentidos. Y lo han hecho poniendo mucha madera y algo de hierro, en manos del diseñador Luis Delgado, y acercándonos lo nórdico hastanuestra capital,más allá de Ikea y el edredón. Como perderse en un bosque, pero sin salir del hotel. Tiene algo de estancia junto a la chimenea, es muy 'natural' ypor algo se llama Life. Hay habitaciones de todos los tamaños: hastacuádruples. Y todo decorado al detalle: un color sorprendente aquí, cuadros que cuelgan allá, materiales que se cruzan de pronto, objetos inesperados. Volverá locos a los amantes de la decoración. Además, está en el centro, para los que quieran vivir Madrid: cerca de la Gran Vía y de la bienquerida calle de Fuencarral (C/Pizarro, 16).
El hotel Fabric, con su pasado obrero, como sacado de una película de Ken Loacha la parisinay con la desbordante imaginación de Tim Burton, por eso de las máquinas e ingenios de taller. El Aitana en Ámsterdam para confirmar una vez más nuestra fe en la impostura, las flores y Van Gogh. El Ampersand de Londres, que nos volverá más británicos de lo que somos y con más ganas aún de pastas y té, y ese gusto por la decoración que nos deja sin argumentos. Y luegoel Ribeira Tejo, que como está en Lisboa no puede ser otra cosa que lisboeta,con todo lo que esto es,casa de huéspedes además y muy literaria. Para terminar en el Life de Madrid, que está dando, no pidiendo, más madera, yhuele a nórdico. Recorremos Europa, de hotel en hotel.