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Escapadas con aroma a Navidad
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Escapadas con aroma a Navidad

Las fiestas navideñas pueden no ser solo un festival de pantagruélicos banquetes familiares, carreras en busca de los últimos regalos e interminables cenas de empresa

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Las fiestas navideñas pueden no ser solo un festival de pantagruélicos banquetes familiares, carreras en busca de los últimos regalos e interminables cenas de empresa: también pueden -y tal vez deban- ser una excusa perfecta para huir de todo ello y viajar por el mundo descubriendo y disfrutando de otros modos de celebrarlas. Allá vamos.

LISBOA

En la capital portuguesa la Navidad pasa, sí o sí, por la plaza del Comercio, y no hay en ella lugar alguno para la saudade. En la plaza, cuyo gigantesco árbol de Navidad es punto de encuentro obligado para los lisboetas durante estos días, se proyectará en la fachada del arco un espectáculo donde bailarines de la Compañía Nacional de Ballet danzarán entre las ventanas y puertas del monumento, acompañados de animaciones en 3D y efectos especiales al más puro estilo Broadway. El otro punto imprescindible de la Navidad en Lisboa es el Convento dos Cardaes, el lugar preferido por los lisboetas para realizar sus compras de Navidad, o simplemente tomar un té y dulces con los amigos.

GOZO (MALTA)

No es tan solo el clima privilegiado que se vive todo el año en la isla de Gozo-que también-, lo que convierte en especiales a las Navidades que se viven en la hermana pequeña de Malta. Ahí están para vivirlos eventos como el belén viviente de f’Ghajnsielem, que se celebra en Fort Chambray, transformado para la ocasión en una fortaleza romana con toda la imaginería tradicional; el mercadillo navideño de Pjazza San George de Victoriao el auténtico festival gastronómico en que se convierte en estos días la aldea de Gozitano.

LAPONIA FINLANDESA

¿Quién dijo que Santa Claus no existe? Para comprobar lo falso de la afirmación, no hay mejor momento que este para viajar a la Laponia finlandesa; y si es con los pequeños de la casa, más aún. Allí, a unos kilómetros de Rovaniemi, la capital de la región -a la que cruza la imaginaria línea del Círculo Polar Ártico-, vive Santa Claus en su aldea, acompañado de sus elfos ayudantes. El pueblo de Santa Claus -así se llama- acoge, además de la Oficina Postal donde franquear nuestras cartas al generoso Santa, la Casa de la Navidad, donde se puede visitar una exposición permanente de temática navideña tanto de costumbres actuales como de las centenarias tradiciones finlandesas y extranjeras, y un parque de atracciones, el Santa Park.

SIDNEY

Para celebrar el cambio de año antes que nadie, hay que poner rumbo a las antípodas, Sidney. El espectáculo del cambio de año en el Sydney Harbor, con los fuegos artificiales reflejándose en las aguas de la bahía de la ciudad e iluminando el edificio de la Ópera es un clásico de las programaciones televisivas del que aún es -al menos en España- el último día del año. Las calles del centro de la ciudad presentan una espectacular iluminación navideña, sobre todo en Martin Place, el epicentro de las celebraciones, donde además hay conciertos gratuitos y un árbol de navidad bajo el que se organizan desde concursos de baile hasta proyecciones de mensajes navideños.

Las fiestas navideñas pueden no ser solo un festival de pantagruélicos banquetes familiares, carreras en busca de los últimos regalos e interminables cenas de empresa: también pueden -y tal vez deban- ser una excusa perfecta para huir de todo ello y viajar por el mundo descubriendo y disfrutando de otros modos de celebrarlas. Allá vamos.

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