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El efecto vacaciones: ¿romper o no romper después del verano?
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El efecto vacaciones: ¿romper o no romper después del verano?

Hasta un 30% aumentan las rupturas a la vuelta del feliz veraneo juntos. Si todavía ves alguna posibilidad a tu relación, esto es lo que puedes hacer para que sobreviva

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Septiembre, además de ser el mes de la vuelta al cole, tiene que cargar con otro sambenito: el de ser la treintena del año en la que se producen más divorcios. Las peticiones de cortar por lo sano incrementan un 30%. ¿La razón? Que la convivencia en vacaciones no siempre es un camino de rosas. Durante el año, las ocupaciones hacen que las parejas tengan menos contacto y los conflictos se escondan bajo la alfombra. Pero en verano no hay donde enterrar las diferencias y es terreno abonado para las peleas. ¿Tus vacaciones no han sido, precisamente, una luna de miel? Descubre si vale la pena llamar al abogado.

APRENDE A PELEAR

Y eso no significa ser más letal y desmontar a tu 'enemigo', sino conseguir que la discusión sirva para avanzar y no acabe desembocando en un drama shakesperiano. Para ello, se ha de ir con mucho cuidado con lo que se dice, pues las palabras pueden herir como afilados cuchillos. Se tendría que decir: “Yo me siento así” y no “tú me has hecho esto o lo otro”. La discusión tendría que acabar con acuerdos por ambas partes para solucionar el problema.

Y una última cosa: el escenario y la duración es importante. Busca uno que después no se vaya a contaminar, como la cocina o, incluso, una cafetería y acota el tiempo.

HAZ LISTAS

Escribe lo que te gusta y no te gusta de la otra persona. Las actitudes que se podrían cambiar y puntúa la posibilidad real que hay de que eso ocurra. También escribe lo que crees que le molesta a la otra persona de ti y hasta qué punto eres capaz de modificar esas actitudes. Nadie cambia en lo esencial, pero sí que hay comportamientos que se pueden evitar si realmente no se quiere herir al otro. Pero se ha de ser bastante realista en este punto: no dejarse llevar por el idealismo ni por el catastrofismo.

VALORA LOS VALORES

Una pareja ha de construir una escala de valores en común, pero la propia de cada uno no debe verse totalmente afectada por ello. ¿Compartís valores similares? Esta respuesta es básica para saber si vuestra relación ha de pasar por el mecánico o se va directa al desguace. Y la otra son los planes de futuro, que también tienen que ver con esos valores: desde la decisión de tener hijos y el tipo de educación de estos hasta el concepto de fidelidad, por poner dos ejemplos.

En muchos casos, al principio de la relación los dos miembros de la pareja acoplan sus valores a los del otro, pero cuando las cosas se tuercen culpan a la otra persona de esas renuncias.

PROYECTOS DE FUTURO

Una pareja se une con un objetivo común que ilusiona a ambos: desde tener un hijo hasta hacer un viaje. Esos proyectos hacen que ambos trabajen en la misma dirección y se han de ir renovando. Y cuando hablamos de proyectos, no nos referimos a pagar una hipoteca.

¿Tienes alguno a medio plazo con tu media naranja –que ahora te parece medio limón– o crees que aún tienes ganas de tenerlo? Este es otro punto básico para saber si vale la pena coger el salvavidas.

GUIÓN Y ESCENARIO

Hay películas que tienen grandes escenarios, pero un guión soporífero. Y esto se puede aplicar también a las relaciones. Tener la casa, el tipo de vida o el círculo social que siempre has querido es solo el escenario. Si el argumento de la película es que tienes que compartir todo ello con un actor que no encaja en el papel, mejor que pares el rodaje antes de darte un batacazo en la taquilla.

Septiembre, además de ser el mes de la vuelta al cole, tiene que cargar con otro sambenito: el de ser la treintena del año en la que se producen más divorcios. Las peticiones de cortar por lo sano incrementan un 30%. ¿La razón? Que la convivencia en vacaciones no siempre es un camino de rosas. Durante el año, las ocupaciones hacen que las parejas tengan menos contacto y los conflictos se escondan bajo la alfombra. Pero en verano no hay donde enterrar las diferencias y es terreno abonado para las peleas. ¿Tus vacaciones no han sido, precisamente, una luna de miel? Descubre si vale la pena llamar al abogado.

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