¿Solo un postre? Helado de aceite, remolacha o palomitas de primero (o de segundo)
Para darle alegría al cuerpo, nada como un helado que nos transporte a otra dimensión, la de lo salado. El jenjibre, el codium, las espinacas o las palomitas están por la labor. Veamos
¿Quién dijo que el helado era solo un postre y que solo se podía tomar en cucurucho, en polo o en tarrina? En esta época de experimentación culinaria máxima e innovación diaria, el helado ha tomado la delantera en el menú. O sea, que ahora podemos pedir de primero o de segundo y hasta de plato único sin poner en peligro por ello la pirámide nutricional de nuestro bienestar. Podríamos decir que ahora el helado es todo un capicúa y que se ha vuelto verde. Veamos con qué insolencia se ha colado en las cartas. Y añadimos tres recetas.
Bacira, en gazpacho y de aceite
No esperábamos menos de los chicos de Bacira, tan amantes de la vanguardia y la fusión. En su restaurante, que es a la vez asiático, americano y mediterráneo, sirven no solo gazpacho de cerezas con tartar de langostinos, que está diciendo cómeme, sino que lo acompañan de helado de 'ginger', o sea de jengibre, esa raíz milagrosa que nos quita hasta el estrés. Para darle más alegría al cuerpo aún le han puesto al salmorejo asado de rocoto (fruto picante) con atún y migas crujientes, que es todo un poema en prosa, helado de la estrella de la dieta mediterránea, es decir, de aceite en sus variedades picual y arbequina. De paso, celebramos con ellos su segundo aniversario.
Dónde: C/ Castillo, 16. Madrid.
Delirios, de cine y con palomitas
El chef de este restaurante leonés, Javier Rodríguez, nos propone empezar por el final en su carta de verano y dejarnos literalmente helados ya desde el principio y sin necesidad de esperar al postre, que también se puede, con el 'Oreo a nuestra manera', que es galleta en tres versiones, o la piña colada vista de un modo diferente. El protagonismo en Delirios, tal cual, ahora es para el aperitivo: terrina de hígado de pato de Villamartín con crema de maíz, kikos y helado de palomitas, una delicia 'delirante' que se puede tomar en su terracita casi a la sombra de la magnífica catedral.
Dónde: C/ Ave María, 2. León.
Desencaja, al hilo de Julio Verne
Todo porque los menús 'Un viaje a la luna', 'Un viaje al centro de la tierra' o 'El rayo verde' se completan con helados que no son precisamente de vainilla o chocolate y punto. En Desencaja hay de primero sopa fría de hierbas y frutas con helado de romero y miel, antes de que llegue la hora de los postres y caigamos en la tentación de una infusión de frutos rojos con esponja de frambuesa y helado de miel de flores, o en la de un bizcocho fluido de chocolate con helado de Baileys. Cosas de Ivan Sáenz.
Dónde: Paseo de la Habana, 84. Madrid.
La Candela Restò: la literatura está servida
Samy Alí practica en los fogones de La Candela lo que llama 'fusión planetaria', que puede llegar tan lejos como para sublimar un pichón, servido en tres pasos el último de ellos un helado de higaditos cubierto de chocolate blanco, o el llamado 'Codium: mar y montaña', que es codium (alga), queso Montenegro, helado de remolacha, berros y pepino. Platos propios de un trasgresor, lo que es Alí, autor de platos como 'El origen del cacao' o 'Yo estuve en Hangzhou'. Literatura en la mesa.
Dónde: C/ Amnistía, 10. Madrid.
Para hacer en casa con verduras congeladas
La Asociación Española de Fabricantes de Vegetales Congelados (ASEVEC), por su parte, recomienda hacer helados de verdura en casa. Decir adiós a los clásicos de fresa, nata y chocolate, y hola a los sofisticados sándwich helado de cremoso de zanahoria, gazpacho de guisantes o polo de espinacas con horchata de chufa. De hecho, su propuesta es integrar estas creaciones en las comidas habituales.
Nada de restaurante de postín o heladería a la última. Estos helados verdes se pueden hacer en casa. ASEVEC nos da las recetas:
Polo de espinacas, horchata de chufa y aguacate
Ingredientes
250 g de espinacas congeladas, 1 aguacate congelado, ½ litro de leche de chufa, zumo de limón, azúcar, sal.
Elaboración
Metemos todos los ingredientes sin descongelar en un vaso batidor y mezclamos bien hasta conseguir que todos los sabores se unan armónicamente. Probamos y corregimos de azúcar o de leche de chufas según el gusto. Se vierte la mezcla en los moldes de polo y se congela de cuatro a seis horas.
Sándwich helado de cremoso de zanahoria y coco
Ingredientes
400 g de zanahorias congeladas, ½ litro de leche de coco, sal, azúcar, galletas tipo María.
Elaboración
En un vaso batidor se trituran las zanahorias congeladas y crudas junto con la leche de coco. Ponemos una pizca de sal y azúcar al gusto hasta conseguir una textura densa. Con la ayuda de un molde redondo, colocamos una galleta al fondo, rellenamos con la mezcla de zanahoria y coco, y tapamos con otra galleta. Se deja en el congelador durante unas cuatro horas.
Gazpacho de guisantes con su helado a la menta
Ingredientes
500 g de guisantes pequeños congelados, hojas de menta al gusto, sal, agua, pan, vinagre de Jerez, aceite de oliva extra virgen (variedad picual).
Elaboración
Se ponen lo guisantes sin descongelar en el vaso batidor, se echa una pizca de sal, medio vaso de agua, pan (del día anterior o de molde) y un chorrito de vinagre. Se bate y cuando veamos que queda una textura cremosa se añaden las hojas de menta y otro poco de agua. Dejamos macerar la mezcla al menos un par de horas en la nevera. Después, se bate otra vez añadiendo poco a poco aceite y se congela una parte de esta mezcla. Se presenta el gazpacho en un plato sopero acompañado de una bola de helado de guisantes y unas hojas frescas de menta. Se le puede añadir una cuchara de yogur griego. Ya solo queda decir como nos hemos quedado. Como ellos y ellas, helados.
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¿Quién dijo que el helado era solo un postre y que solo se podía tomar en cucurucho, en polo o en tarrina? En esta época de experimentación culinaria máxima e innovación diaria, el helado ha tomado la delantera en el menú. O sea, que ahora podemos pedir de primero o de segundo y hasta de plato único sin poner en peligro por ello la pirámide nutricional de nuestro bienestar. Podríamos decir que ahora el helado es todo un capicúa y que se ha vuelto verde. Veamos con qué insolencia se ha colado en las cartas. Y añadimos tres recetas.
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