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Catas, barricas y viñedos: descubre lo divertido que es el enoturismo
  1. Estilo
viajar por amor al vino

Catas, barricas y viñedos: descubre lo divertido que es el enoturismo

El vino alegra, y mucho, el corazón de los hombres. Y qué decir si además de beberlo nos paseamos por las fincas, visitamos las bodegas y nos metemos en faena a pie de vid

Foto: No te pierdas la bodega con mucha historia de Marqués de Arviza, en La Rioja
No te pierdas la bodega con mucha historia de Marqués de Arviza, en La Rioja

Ya sabíamos, vía tradición,que el vino alegra (y mucho) el corazón de los hombres y que no podemos (ni queremos) vivir sin él. Pero hay una manera de acercarse al preciado elemento que no es precisamente empinando el codo o al menos no solo, sino más bien yendo hasta el fondo de la cuestión, remangándose yponiéndose literalmente las botas. Queremos ver los viñedos como hacía Angela Channing, saberlo todo de la vendimia (un vendimiador puede llegar a coger hasta 1.500 kilos de uva al día),fisgar en la bodega y meter las narices en la barrica cual Lazarillos de Tormes (también él de la ribera)hasta merecer ser nosotros quienes catemos elgozosofruto de la vid. La cuestión es que todos podemos ser por un díabodegueros. Nos vamos de enoturismo.

1. Aprendiendo a vendimiar

Visitar el viñedo y la bodega, aprender en qué momento justo está lista la uva para ser vendimiada, pasar a la práctica –o sea vendimiar una cepa–, prensar la uva y degustar su mosto. Es justo lo que queríamos: nadade mirar y no tocar, sino enoturismoactivo y bien activo. Una jornada completa en el campo quetermina gloriosamentecon cata. En esto consiste el taller que ha organizado por cuarto año consecutivo Bodegas Cepa21, un modernísimo edificio equipado a la última sobre un manto de viñedos (hasta 50 hectáreas) de la D.O. Ribera del Duero. En manos de la familia Moro. Para colmo,su restaurante, dirigido por el chef Alberto Soto, ofrece un menú de vendimia por 40 euros (más IVA).

Precio: 15 euros. Cuándo: hasta el 15 de octubre.Dónde: Castrillo de Duero (Valladolid).

2. Y además con caballos

Si es que suena todo tan bien. Vinos únicos, bodega con arte, mundo vitivinícola, vanguardia. Así las cosas, cómo no van a conquistar nuestros paladares. Ylo que no son los paladares. Además en Trujillo, ciudad hermosa e imponente donde las haya en esa Extremadura a la que siempre hay que volver. Pues en sus contornos están estas bodegas de cobre y cristal, que vienen a ser lo nuevo en la vieja villa cacereña. El plan es recorrerlas y degustar tres referencias de estos vinos de alta gama: Habla Nº 9, Habla Diez y Habla del Silencio.

Para apuntarse hay que reservar en el teléfono 927 659180 o enviar un 'email' ahabla@bodegashabla.com.La visita no termina aquí porque a medio kilómetro estáDehesa de la Torrecilla, una hacienda habitada por un centenar de magníficos ejemplares de pura raza española en la que hay una colección de carruajes, lo que se traduce en coches de caballos, espectáculos ecuestres, etc. No decimos más.

Precio: 14 euros.Dónde: A-V, km. 259. Camino de la Coronada. Trujillo (Cáceres).

3. Visitas exclusivas solo para sibaritas

Las Bodegas y Viñedos del Marqués de Vargas, que tanto tienen que decir en ediciones limitadas de vinos de alta gama -cuatro generaciones ya de pasión por las vides-, están preparando en estos momentos su desembarco en el mundo del enoturismo. Y lo van a hacer en plan exclusivo. Empezarán en la bodega Marqués de Vargas, en el corazón de La Rioja, en pleno valle del Ebro, zona conocida como Los Tres Marqueses, y seguirán en Conde de San Cristóbal, en la Ribera del Duero, y en Pazo de San Mauro, en las Rías Baixas. No hay que perdérselo. Ni tampoco este vídeo, que te pondrá la miel (y el vino) en los labios.

Dónde: Carretera de Zaragoza,km 6, enLogroño (La Rioja). Carretera de Valladolid a Soriakm303, enPeñafiel (Valladolid). Salvaterra do Miño, enPontevedra.

4. De ruta con vino de Rueda

No hay mejor momento para emprender la Ruta del Vino de Rueda que este, el de la vendimia. Las bodegas están a pleno rendimiento ylos viñedos fardan de esplendor (luego vendrá noviembre para teñirlos de otro color). Todo un espectáculo a las orillas del Duero. Hay muchos planes:

-Vendimia nocturna. Por ejemplo, en la bodega Cuatro Rayas. La nocturnidad (y la alevosía) es muy propia de la uva verdejo. El programa incluye recogida en viñedo, recepción en bodega y otros secretos del vino de esta denominación de origen, sin olvidar las tapas y raciones maridadas en la tapería La Fragua. Precio: 20 euros. Dónde: La Seca (Valladolid).

-Donde se hacen las barricas. En Bodegas Castelo de Medina se pueden ver los viñedos y la zona de elaboración de los vinos, y catar tres de sus caldos. Precio: desde 6 euros. Pero no solo: hay un 'pack' enoturístico que incluye visitar la Tonelería Burgos para conocer cómo se fabrican las barricas, ver unas instalaciones antiguas como las de Bodegas Urdil y degustar cuatro platos maridados en la Casa Rural Doña Elvira. Precio: 45 euros. Dónde: Villaverde de Medina y Nava del Rey (Valladolid).

-Te lo darán con queso. Una visita especial enla bodega Emina, del grupo Matarromera, todos los fines de semana de octubre, con recorrido por su jardín de variedades, cata de uvas, vinos y aceites, y degustación de queso de la zona. No podía ser más ‘gourmet’. Dónde: Valbuena de Duero (Valladolid).

-Ay, esas catas. No hay que irse de la zona Rueda aún, porque aquí mismo Bodega Grupo Valdecuevas ha organizado una actividad diurna, donde se explican el ciclo biológico de la cepa y los procesos de elaboración del vino, se recorren las instalaciones y se catan racimos, mostos y el verdejo Valdecuevas. Y otra visita nocturna a pie de viñedopara echar un ojo a los trabajos de recogida mecanizada de noche, con degustación de mosto y cata de tres vinos, y con pincho campero y todo. Precio: 7,5 y 20 euros, respectivamente. Dónde: Carretera Rueda-Nava del Rey, km 2,5. Rueda (Valladolid).

-El Hilo de Ariadna. Es la bodega temática del grupo Yllera, inspirada en la leyenda del Minotauro de Creta y aquel Teseo, donde te lo contarán todo de la vendimia, con degustación de vinos y mostos directamente del depósito y tapas. Precio: 10 euros. Dónde: Avenida Mariano Ruiz, 1. Rueda (Valladolid).

5. ¿Tempranillo? Uvas de los cinco continentes

Ya estamos en La Rioja, concretamente en los 9.000 metros cuadrados de Vivanco, allí donde se alza el Museo de la Cultura del Vino yse hallaesta mítica bodega que presume de jardín de Baco, un edén en elque campan a sus anchas hasta 222 cepas y los visitantes pueden degustar variedades de Nueva Zelanda, Sudáfrica, China, Grecia, Argentina, India, Israel o España. La teta de vaca, la sultanina, la rayada melonera, la de cuerno o las más clásicas merlot o albariño.

A esto hay que sumar la clásica visita, pertrechados de delantal, guantes y tijeras, para ponerse manos a la obra (niños también), con catade mosto y vinos incluida, y los talleres pedagógicos y lúdicos de Vivanco Kidspara los pequeños. Para poner el broche de oro está el restaurante con su menú especial maridado ya sabemos con qué. Y mientras, el paisaje ahí, poniéndose rojo y también ocre,granate,amarillo y verde. Un espectáculo.

Cuándo: hasta el 30 de octubre a las 12 h, previa reserva (cata).Dónde: Carretera Nacional 332, km 442.Briones (La Rioja).

6. A vista de pájaro: la finca desde el globo

Visitar la bodega, hacer un curso, asistir a una sesión de cata y después tomarse un buen vino como mandan los cánones en el Wine Bar del Espacio Torre Muga, la meca del enoturismo de Bodegas Muga. Este paseo sensorial te llevará hasta el cielo, literal, en un viaje en globo en toda regla, que incluye almuerzo y visita a la bodega, para ver los viñedos como pájaros. Desde luego será inolvidable.

Precio: 160 euros por persona. Vuelo exclusivo en pareja, 650 euros. Dónde: Barrio de la Estación, s/n. Haro (La Rioja).

7. Llegar hasta el fondo

En una de las bodegas más antiguas de la denominación de La Rioja que acaba de abrir sus puertas tras años de inactividad. Sus instalaciones datan nada menos que de 1874 y se levantan, leemos, sobre más de 500 m de calados de los siglos XVI y XVII. Qué mejor sitio para observar cómo se elabora un rioja y entregarse a una cata comentada en toda regla: siguiendo las fases visual, olfativa y gustativa. El final feliz es una cata maridada de los vinos crianza y reserva con los productos típicos de esta tierra.

Precio: 10 euros. Dónde:C/ Bodegas San Cristóbal, 31. Fuenmayor (La Rioja).

8. Ojos que todo lo ven

Frank Gehry nos enseñó que al titanio y la arquitectura de vanguardia les van las cuevas (y cubas) del vino mejor que bien. Ahora aRamón Bilbao, la bodega riojana, le han otorgado el premio Best Of a la experiencia innovadora de turismo vitivinícola. Y todo por su tecnología Oculus, gracias a la cualel visitante sigue todo el recorrido de la uva desde que nacehasta que termina sumida en una copa, a través de la realidad virtual. El viaje, claro, es sensacional y un tanto onírico. Estamos en la Rioja Alta.

Dónde: Avda. Santo Domingo de la Calzada, 34. Haro (La Rioja).

9. I Fiesta Slow de la Vendimia

La susodichatendrá lugar este mismo sábado 15 de octubre en el hotel Hacienda Zorita. Empezará con la teoría, por parte de Jaime Boville García de Vinuesa, vicepresidente de The Haciendas Co. y presidente de Slow Food Valle del Duero, y seguirá con la práctica. Para la ocasión, huéspedes y amantes de la enología serán invitados a vestirse el delantal, calarse el sombrero, echar mano de tenazas y ceñirse los guantes para participar en la recogida de las uvas que rodean el antiguo convento dominico sobre el que se levanta el hotel. Los que lo deseen podrán pisar la uva en un lagar centenario y tomar parte de la barbacoa final que clausurará el festejo a lo grande: en los jardines, junto al Tormes y maridada por los tintos y blancos de The Haciendas. Todo muy 'slowly'.

Dónde: Carretera de Ledesma, km 10. Valverdón (Salamanca).

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Ya sabíamos, vía tradición,que el vino alegra (y mucho) el corazón de los hombres y que no podemos (ni queremos) vivir sin él. Pero hay una manera de acercarse al preciado elemento que no es precisamente empinando el codo o al menos no solo, sino más bien yendo hasta el fondo de la cuestión, remangándose yponiéndose literalmente las botas. Queremos ver los viñedos como hacía Angela Channing, saberlo todo de la vendimia (un vendimiador puede llegar a coger hasta 1.500 kilos de uva al día),fisgar en la bodega y meter las narices en la barrica cual Lazarillos de Tormes (también él de la ribera)hasta merecer ser nosotros quienes catemos elgozosofruto de la vid. La cuestión es que todos podemos ser por un díabodegueros. Nos vamos de enoturismo.

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